Por Eduardo Luis Aguirre
El predominio mundial del neoliberalismo y la inexistencia de ideologías políticas alternativas robustas y consistentes parecen caracterizar los albores del tercer milenio. En ese contexto inédito de agobio, la pregunta sobre los márgenes de acción para intentar políticas nacionales y populares indóciles a los mandatos unidireccionales del capitalismo financiero surge de manera inexorable y prioritaria.
Una buena parte de nuestra generación recibió una influencia intelectual, directa o indirecta, de lo que podríamos denominar el pensamiento crítico, que reconocía a su vez una matriz ideológica irradiada desde el corazón mismo del pensamiento marxista.
Por Eduardo Luis Aguirre
Escribió hace unos días el analista Artemio López: "Con el triunfo de Néstor Kirchner y luego con los gobiernos de CFK, por primera vez desde la recuperación democrática, el gobierno se comportó COMO CONTRAPODER en el país, convocando por eso en su apoyo a buena parte de los sectores juveniles que vieron en él un canal para expresar su rebeldía y oposición al modelo neoliberal. "Humildemente, creo que no podemos perder de vista que las condiciones objetivas y las relaciones de fuerzas mundiales han cambiado dramáticamente en la región en los últimos tiempos.
Por Tony Judt (*)
Yo nací en Inglaterra en 1948, suficientemente tarde, por unos años, para no tener que hacer el servicio militar obligatorio, pero a tiempo para los Beatles: tenía 14 años cuando sacaron Love me do. Tres años después aparecieron las primeras minifaldas, y yo era lo bastante mayor como para valorar sus virtudes y lo bastante joven como para aprovecharlas. Crecí en una época de prosperidad, seguridad y confort y, por tanto, al cumplir 20 años, en 1968, me rebelé. Como tantos jóvenes pertenecientes al baby boom, fui conformista en mi inconformismo.
Por Ignacio Castro Rey
Intentamos analizar un genérico de distribución masiva, idolatrado por todas partes. Se trata de una media algebraica juvenil que no existe exactamente en ningún cuerpo ni en ningún estadio determinado. Desde luego, no en el hombre de carne y hueso que, joven o no, siempre permanece abierto a potencias de las que poco sabe. Acaso esta juventud es solo un peligro tendencial en todos nosotros, conviviendo a la vez con tendencias contrapuestas. Sería entonces, solamente, un peligro que exageramos para intentar definirlo.
Por Liliana Ottaviano
A casi un año y medio de haberse declarado el estado de pandemia por Covid -19 podemos afirmar que ésta es hoy mucho más que una catástrofe sanitaria. Como muchas veces hemos dicho, asistimos tal vez a un desastre civilizatorio sin precedentes.
Cuando referimos al acontecimiento pandémico lo hacemos pensando en todo aquello qué de la pandemia excede el proceso de salud-enfermedad-atención que se desarrolla de manera dispar en los amplios y diversos espacios geográficos de nuestro planeta.
La mayor letalidad del virus se da en las personas mayores de 60 años. Después de escuchar la noticia apagó el televisor con un dejo grave. El sol comenzaba a iluminar los caldenes y en los ventanales se reflejaba el imponente cielo mañanero. Desde la irrupción inesperada de su adultez experimentaba una sensación extraña. La intensidad extrema en la forma de transitar su existencia le hacía pensar que había vivido muchos más años de los que ahora se habían convertido en una repentina amenaza. Nada será igual en este mundo después de la pandemia, reflexionó.
Por Eduardo Luis Aguirre
Cuenta la historia que en el París de los años 60 y 70, cada vez que acontecía un hecho político o social relevante muchos esperaban a ver qué decía Sartre sobre ese acontecimiento. La palabra del intelectual era esperada porque su pensamiento establecía un punto de partida para reflexionar sobre el suceso público acaecido. Y aunque el propio Sartre no lo señalara expresamente cuando caracterizaba el rol de un intelectual, diferenciando incluso entre los intelectuales de los países opresores y los pueblos oprimidos, seguramente intuía que entre la expectativa que se formaba respecto de su palabra y la opinión pública ulterior existía un imperceptible lazo unitivo.