Por Lidia Ferrari


A la angustia, a la desesperación, a la impotencia, a las ganas de llorar hay que ponerle palabras. Nos están saqueando, robando, matando. Encontrar las palabras. Durante el gobierno de AF se hablaba todo el tiempo de lo mal que estábamos, del hambre. Creo que había más palabras para el hambre que ahora que es mucho más difícil para un padre o una madre darle de comer a sus hijos. Es que son las palabras las que le dan o no existencia a lo que nos sucede.

Por Eduardo Luis Aguirre



Como en los tiempos bíblicos, parece en un principio que es posible construir una cronología exacta de la historia. En la práctica, en cambio, la confusión, las disputas, la vaguedad y el generoso transcurso del tiempo lo dificultan. Si decodificar el presente implica un mandato de cumplimiento imposible, recorrer más de dos mil años de la era común parece una empresa utópica.

Por Eduardo Luis Aguirre


Las provincias, de pie. Las Provincias Unidas de pie. Una vez más, después de dos siglos, emerge institucionalmente el prejuicio abisal que enfrentó a civilizados y bárbaros. Creímos, durante mucho tiempo, que ese antagonismo quedaba reservado para la vieja manualística conservadora de las escuelas primarias. Pero de pronto, con la misma pedagogía sesgada con la que nos formaron, reaparece una conflictividad que a algunos puede llamar la atención y a otros no tanto. Entre estos últimos, un número cada vez más importante de militantes y pensadores nacionales comenzó a analizar si un resabio de la crisis no saldada de la argentinidad no seguía radicando en el incólume peso específico del puerto. De la ciudad cuya burguesía europeísta y arriñonada al contrabando no se oponía descaradamente a las gestas libertarias sangrientas que gauchos e indios, a la sazón, “bárbaros” disputaban por la libertad y la unión de lo que finalmente sería este país.

Por Eduardo Luis Aguirre 

A pocas horas de haberse concretado el paro general y las innumerables concentraciones y marchas en todo el país contra el regresivo paquete normativo que impulsa el gobierno de Javier Milei, sobresalen algunas singularidades que iluminan los posibles desenlaces ultaactivos de esas rotundas manifestaciones populares, que nos ayudan a pensar lo que por ahora siguen siendo meras conjeturas.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

Recién ayer me dediqué a completar la escucha del discurso pronunciado por Javier Milei en el Foro de Davos. En este caso, quisiera marcar dos breves aspectos de la intervención del presidente argentino. Uno de ellos, que remite a retóricas históricamente temibles, es el de la afirmación de la "superioridad moral" del capitalismo.

Un encuentro entre Cintia Alcaraz y Eduardo Luis Aguirre dió lugar a una conversación que apunta ideas y conceptos a un mes de iniciado el laboratorio liberal libertario de Javier Milei en Argentina.

Por Eduardo Luia Aguirre

En entregas anteriores abordamos la cuestión de las derivas de las democracias liberales de occidente, al menos como las conocimos durante alrededor de dos siglos. También nos ocupamos del miedo como una sensación ancestral que se expresó de diferentes maneras en distintas etapas de la historia universal.

Por Eduardo Luis Aguirre


Algo inesperado y de dimensiones desconocidas profundiza y acelera la debilidad de las democracias occidentales. Las formas de esas amenazas ni siquiera se limitan a los cinco tradicionales pasos de los golpes blandos de Gene Sharp.
Por el contrario, una serie de expresiones de nueva creatividad contingente, pródiga violencia, se expande sobre lo que se pretendió asumir como un hemisferio, justo en el momento cuando los bloques y naciones parecen hacerle frente al globalismo posmoderno.