Por Eduardo Luis Aguirre
Epiménides se convirtió en uno de los personajes más célebres de la antigüedad y también de los más oscuros a caballo entre la realidad y la leyenda. Ubicado con seguridad en la isla de Creta, en Cnoso o Festo, según los autores, estuvo emparentado con la religión, la mántica, la filosofía y la poesía.
Epiménides de Creta, a pesar de la fragmentaria obra que de él conservamos, llega hasta nosotros como uno de los grandes precursores del pensamiento racional, junto con Hesíodo, Ferécides, Museo y el autor anónimo de la Teogonía Orfica Antigua (la referida a Orfeo, el mítico poeta y músico de la Grecia antigua). Además de ser filósofo y poeta, Epiménides es para el pueblo griego un personaje misterioso y semidivino. En muchos artículos han podido recuperarse los fragmentos y testimonios cosmogónicos conservados de la obra de Epiménides, algunos de ellos aún inéditos, que nos permitan estudiar su pensamiento mítico-filosófico y la influencia que ejerció su obra sobre el pensamiento racional arcaico (1). Que la cosmogonía de Epiménides estaba impregnada de la corriente órfica del momento, se observa claramente en el nacimiento del Huevo cósmico, a partir del cual surgiría una nueva generación divina. Los términos analizados en el poema de Epiménides son Noche, Aer, Tártaro y el Huevo Cosmogónico. La presencia en la cosmogonía de Epiménides de la Noche y el Huevo Cosmogónico (una forma ancestral y mítica que explica el origen del universo. Como en muchas otras ocasiones y en distintas civilizaciones antiguas, el mito de la creación no debe ser leído como una construcción esencialmente falsa. Los mitos son formas de avance del conocimiento y del pensamiento, elementos propios -en este caso de las teogonías órficas- son de gran ayuda para confirmar la antigüedad de las composiciones cosmogónicas órficas. La racionalidad antes anunciada del pensamiento de Epiménides así parece corroborarlo.
Epiménides, que vivió entre los siglos VI y VII antes de nuestra era, se convirtió en uno de los personajes más célebres de la antigüedad y también de los más oscuros intelectuales que vivieron a caballo entre la realidad y la leyenda. Ubicado con seguridad en la isla de Creta, en Cnoso o Festo, según los autores, estuvo emparentado con la religión, la mántica, la filosofía y la poesía.
Este poeta, filósofo y legislador griego, a quien se le atribuye haber liberado a Atenas de la peste, mediante una serie de expiaciones, compuso 5000 versos sobre la generación de los curetes y coribantos y sobre la de los dioses, y 6500 sobre la construcción de la nave Argos y la expedición de Jasón a Colcos. “Escribió también en prosa acerca de los sacrificios y de la república de Creta; como también de Minos y Radamanto hasta unos 4000 versos. Corre una carta suya a Solón legislador que trata de la república cretense, ordenada por Minos: bien que Demetrio de Magnesia en su libro De los poetas y escritores colombroños o de un mismo nombre se esfuerza en sostener que esta carta es moderna: no va escrita en dialecto cretense, sino en ático moderno. Es conocido por la famosa «Paradoja del mentiroso»: «Epiménides el cretense dice que todos los cretenses siempre mienten. Por lo tanto, si Epiménides miente, dice la verdad; pero si dice la verdad, entonces miente». Bertrand Russell logró resolver esta paradoja, distinguiendo entre lenguaje-objeto y metalenguaje” (2). Lo mágico, lo mítico, lo artístico, lo racional y lo imaginario fueron capaces de construir “una” verdad. Una verdad que, como toda la que se refiere a lo pretérito, está mediada por la imaginación, lo mítico, incluso por lo imposible, que es justamente el caso de aspirar a reconstruir un hecho histórico con precisión absoluta.
Esta imposibilidad no es una limitación de los antiguos. Es una evidencia más de lo inasible e irreproducible de aquello que juzgamos verdadero, y de los interminables prismas conque pueden ser moldeados los hechos de la historia. Nos gustaría compartir la relación casi platónica que el cretense tuvo con la caverna. Epiménides, que dice haber dormido y meditado 50 años en una caverna, también hizo las veces de sacerdote del culto a Zeus en Creta. Apasionante personaje para revisar la presuntuosa sentencia de lo verdaderos 2800 años después de su muerte, sobre todo cuando todavía no podemos distinguir lo verosímil de la mentira. Cuando se juega con el aforismo de la mentira y los cretenses, es imposisible no validar los aportes de un filósofo tan premonitorio como abarcativo.
1) Epiménides de Creta en el relato de un liberal español del siglo, Manuel Serrano Espinosa (universidad de Alicante) , Clásica Cracoviensia, 2015.
2) Disponible en https://biblioteca.nueva-acropolis.es/2020/epimenides-de-cnosos/”