Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

 

 

Hace muchos años que el medievalista Enrique Ruiz Doménec viene insistiendo sobre un aspecto esencial de esa etapa crucial de la historia europea. Durante décadas, este catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona ha desarrollado una tesis difícil de conciliar con los relatos que asimilan al medioevo a un período oscurantista, teocrático, profundamente místico y conservador, con formas de control social reactivas a toda transformación y cambios colectivos, que llegarían recién con el Renacimiento y se consolidarían institucionalmente en la denominada modernidad.

Por Eduardo Luis Aguirre

 




Durante más de quinientos años, la historia del derecho en América produjo un silencio ensordecedor alrededor de un personaje cuya obra literaria, su militancia, sus convicciones irreductibles y una consagración total a la causa de los derechos humanos de los indígenas (entendiendo por ellos el derecho a ser considerados personas, a su libertad, a la resistencia a la opresión, al respeto de sus creencias y a la conversión pacífica) nunca debería haberse ignorado de esa manera.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 



¿Pueden los jueces comprender que quizás la reproducción de un hecho histórico es un mandato de cumplimiento imposible? ¿Pueden asumir que la conminación ritual de decir” la verdad y nada más que la verdad” puede significar, la mayoría de las veces, una nueva penosidad que el proceso infiere a aquellos testimonantes, que además han sido víctimas de un hecho traumático acaecido meses, años o décadas antes de esa declaración que se le requiere?

Por Ignacio Castro Rey (*)

 

 

 

 

Sería grato que todo el mundo delirase, como piensan algunos psicoanalistas. Lo preocupante es más bien lo contrario, un masivo conductismo que hace previsibles a los otros hasta en su mala educación. Posiblemente la repetición de la exigencia «Demuestra que no eres un robot» expresa un peligro de automatización en la misma carne. Si es así, asistiríamos a una pavorosa pérdida de mundo en cada uno de nosotros.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 


La pandemia, como acontecimiento, pudo y puede observarse desde una enorme disimilitud de perspectivas. Una de ellas, quizás no demasiado atendida, fue (y es) su decisiva capacidad de intervención en el tiempo y en la vida cotidiana de los sujetos.

Por Jorge Alemán (*)



El Nombre del Padre, es la función lógica que permite estabilizar la relación significante - significado .Gracias a esa función ingresamos al lenguaje sin tener que pasar por la experiencia de sentir a la lengua como una intrusión aluvional de significantes que se disparan o se congelan en significaciones fijas y coercitivas.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 



Durante su juventud, Friedrich Nietzsche escribió un breve artículo que tituló “Fatum e Historia”. El texto, en líneas generales, no fue atendido durante décadas, hasta que la realidad objetiva de las grandes tragedias históricas lo puso definitivamente en valor. A los diecisiete años, el filósofo había logrado profundizar y enlazar las relaciones entre la autonomía de la voluntad humana y la acción (1).

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

 

La ultraderecha necesita un enemigo. Los desvaríos épicos deben trascender la palabra y traducirse en acción. La acción es contrapuesta a la teoría y a la razón y en ese fluir se glorifican la violencia y la guerra. Ese enemigo, desde luego, es un sujeto que resume todos los males y explica las frustraciones y desventuras, incluso las propias.