Por Jorge Alemán (*)
El antiperonismo como constante histórica.
El verdadero secreto del antiperonismo fue el odio hacia Eva Perón.
Rodolfo Walsh le dio su gran forma literaria en el grandísimo relato “Esa Mujer”.
Más allá de los intereses políticos y económicos de las oligarquías dominantes, en la Argentina y por distintas razones, se cristalizó un odio hacia la presencia del cuerpo de lo femenino en la política, muy difícil de localizar en otras realidades geopolíticas.
“La vida rugosa, áspera y casi siempre mezquina, y de tiempo en tiempo un rayo de luz”.
Conocí a Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977) por una entrevista reciente contra la corrección política y el arte infame que genera. Con ese breve bagaje entré en lo último que encontré de ella, Degenerado (Anagrama, 2019).
Por María Liliana Ottaviano
La ultraderecha argentina y su ilimitada pulsión de muerte ha quedado al desnudo en “eso” que intentaron hacer pasar como una performance de diseño.
Esta fantasía genocida que no los abandona nunca y que en este caso los dejó en el límite del abismo que implica el pasaje al acto.
Por Eduardo Luis Aguirre
La muerte de Carlos Saúl Menem estuvo acompañada por una enorme repercusión que en la mayoría de los casos expresaban opiniones puntos de vista, reflexiones y especulaciones especialmente vinculadas a sus dos ejercicios consecutivos de la presidencia argentina.
Muchas de esas expresiones recorrieron puntualmente los aspectos más recordados de su gestión. El afán incontenible de sustentar puntos de vista propios impidieron, en la mayoría de los casos, analizar en el momento de la despedida, el contexto histórico y geopolítico mundial que prácticamente coincidieron con la presidencia del riojano.
Hay una cosa que es cierta: después de la palinodia de ocasión, resulta algo así como un no posible seguir este domingo adelante con la lectura del cohete. Algo (que no equivale a un poco) ha cambiado en esta mañana de reconfiguraciones quizás definitivas.
Interesante entonces lo de HV como fenómeno político y biopolítico.
Mario Ramírez Granados (*).
A veces el dolor es tan grande, que para nombrarlo, es necesario recurrir a la ficción. Es el caso de La llorona (2020) de Jayro Bustamante, que se sirve de la leyenda colonial para poder nombrar a la historia reciente de la sociedad guatemalteca.
La historia de Guatemala, como en tantas partes de América Latina se refiere al uso del terror como mecanismo para intentar socavar a los conflictos sociales, que se deben a la profunda desigualdad socioeconómica sobre la que se organizaron nuestras sociedades.