Por Martín Lozada (*)
 
Apenas recordado resulta el discurso inaugural con el cual Jean Paul Sartre dio la bienvenida al International War Crimes Tribunal, luego conocido como Tribunal Bertrand Russell. Aquél estaba llamado a pronunciarse en relación a las acusaciones efectuadas en contra de losEstados Unidos, Corea del Sur, Nueva Zelandia y Australia, en cuanto a su comisión de crímenes de guerra en el conflicto de Vietnam.
Por Nora Merlín  (*) 

Artistas, intelectuales, juristas, escritores y dirigentes políticos de varios países preparan un libro contra el golpe en Brasil, en apoyo a Dilma Rousseff. La psicoanalista argentina Nora Merlín participa del proyecto con un capítulo que detalla cómo operan los medios masivos sobre las subjetividades. Aquí, un fragmento de ese texto.

 

Uno de los problemas más acuciantes que asedian a las universidades de nuestro país, tiene que ver con el acotado marco de proyección que se asigna a un concepto esencial -aunque devaluado- como el de gestión, generalmente vinculado a retóricas y prácticas eficientistas, ritualistas o burocráticas, conforme las pautas coloniales derivadas del Consenso de Washington.
A partir del domingo 17 de julio asumimos el desafío de conducir un programa de radio dedicado exclusivamente a la Filosofía, que, no casualmente, elegimos denominar "La condición Humana". El ciclo, se emitirá por www.radiokermes.com (FM 106.1), los domingos a partir de las 11, 30 de la mañana.
 
Vattimo, en sintonía con Lyotard, está convencido de que la modernidad ya haya hecho su tiempo y que, si el postmodernismo es la experiencia de un fin, lo es en primer lugar como experiencia del “fin de la historia”, es decir, de la concepción moderna de la historia como curso unitario y progresivo de eventos a la luz de la ecuación según la cual ‘nuevo’ es sinónimo de ‘mejor’: “la modernidad, en la hipótesis que propongo, se acaba cuando – por múltiples razones – ya no parece posible hablar de la historia como algo unitario” (“La sociedad transparente”).

Por Eduardo Luis Aguirre

El concepto de "liberación", consolidado al interior del pensamiento crítico latinoamericano a partir de la irrupción de la Teoría de la dependencia, allá por la década de los años 60, se nutre de experiencias y aportes revolucionarios experimentados en distintos lugares del mundo durante la segunda posguerra. Desde el legendario texto "Los condenados de la tierra", de Frantz Fanon (imagen), hasta la experiencia resultante del emerger de experiencias insurreccionales, el triunfo de la Revolución Cubana, la aparición del grupo de los No Alineados, el mayo francés y la toma de conciencia de la gravitación decisiva del imperialismo en los procesos de "subdesarrollo" de los pueblos del Tercer Mundo, entre otros sucesos influyentes en la conciencia colectiva de los pueblos, comienza una disputa teórica todavía no saldada, para dotar de sentido la nueva categoría filosófico política de la "liberación"

Por Eduardo Luis Aguirre
 
Y al que apetezca la gloria debe despedirse a tiempo del honor y dominar el arte difícil de irse en el momento oportuno ( F. Nietzsche)
 
Almas espectrales. Que deambulan desorientadas entre la opacidad de las lógicas infranqueables del dogmatismo y el positivismo, nuestros fetiches extremos. Que, en el fondo, seguimos pensando que el derecho puede ser neutral  e independiente de las ideologías y las relaciones de fuerzas políticas.
Álvaro Núñez Vaquero
Por Eduardo Luis Aguirre

Para comprender y dimensionar el alcance de las teorías críticas del derecho, hay pocas aproximaciones más precisas que las que ensaya Álvaro Núñez Vaquero. Este movimiento, la teoría crítica, asume una clara direccionalidad política (que parte de la premisa de que el derecho es política) y se cuestiona no tanto «¿qué es el derecho?» o «¿cuál es el contenido del derecho?», sino «¿qué podemos hacer en el mundo como juristas? ¿cómo podemos mejorar el mundo?» (*).
 
En líneas generales, la teoría crítica afirma que el derecho es una construcción cultural asimétrica, tendiente a reproducir un determinado orden de las sociedades y garantizar las jerarquías existentes al interior de las mismas. En el orden global, el derecho internacional responde, también, a una determinada relación de fuerzas políticas, militares, económicas, geoestratégicas y culturales. Por esos motivos, el derecho no puede ser comprendido con prescindencia de la realidad social y de las injusticias que caracterizan a estos agregados. Este punto de partida cancela la posibilidad de una concepción neutral del derecho como la que históricamente ha venido planteando el positivismo, una de las herramientas de colonización intelectual más formidables que se ha apropiado del aprendizaje y la enseñanza de esta disciplina.