Por Eduardo Luis Aguirre



La intrincada política interna de Estados Unidos compromete al mundo. Durante seis meses se acelerarán los escarceos y preparativos para la asunción del próximo gobierno. La debacle del presidente Biden obligó a reemplazar el candidato demócrata para las elecciones de noviembre próximo. La mayoría de los analistas señalan que la vicepresidenta Kamala Harris será quien habrá de sustituir al anciano mandatario. Otros advierten de que habrá más ´postulantes a la presidencia, y eso marca una enorme incertidumbre que ha impedido una reacción unívoca en el trumpismo.

Por Eduardo Luis Aguirre


Un fantasma recorre el mundo. El supuesto atavismo de las tradiciones. Las que enunciaba y explicaba Alexander Dugin en su libro "La cuarta teoría política". Las que se expresan en las contradicciones entre las atildadas ciudades y el esforzado y desdeñado interior de las naciones. Este es el caso de James Vance, elegido por Trump como su compañero de fórmula. Viene del estado subalternizado y mayoritariamente blanco de Kentucky, habitado por 4 millones de personas. Otro millón ha debido emigrar producto, en buena medida, del abandono de los gobiernos demócratas.

Por Eduardo Luis Aguirre


En la historia de Estados Unidos, cuatro presidentes han sido asesinados. El atentado contra Donald Trump, a pocos meses de las elecciones generales remite a ciertas peofundidades oscuras, opacas, que empalidecen a las democracias occidentales, comenzando por su potencia emblemática.
El ataque contra el candidato republicano ocurre en un contexto particularmente sensible. La mayoría de los analistas del mundo pronostican un triunfo electoral del magnate sobre el actual presidente Biden.

Por Eduardo Luis Aguirre



Me llamo Jean Luc Mélenchon, nací el 19 de agosto de 1951 en Tánger. No he heredado un castillo ni un partido político de mi padre. No tengo coche ni chófer. No he empleado a ningún miembro de mi familia y ninguno de mis consejeros tiene una cuenta en Suiza". Así se definía el referente de la izquierda democrática francesa en su propio sitio electrónico, en la previa de las elecciones de 2018. El mismo que el domingo pasado acaba de imponerse en los comicios generales galos y generar una tormenta política de proyecciones mundiales.

Por Eduardo Luis Aguirre

El matizado belicismo que han demostrado los países de Europa Occidental con relación a la guerra en Ucrania no deja de llamar la atención. Hasta algunas formaciones progresistas se han alineado en una postura claramente rusofóbica o han recobrado el pragmatismo de los partidos comunistas europeos durante la guerra fría para justificar una inexplicable animadversión contra Moscú. Esa propensión incluye desde el envío de ingente cantidad de armas, pertrechos y tecnología hasta la intervención de grupos armados, militares o paramilitares. Curiosa desmemoria de un continente que ha soportado dos guerras mundiales en su geografía y una alteración volátil de su mapa político durante el siglo pasado.

Por Eduardo Luis Aguirre



Los años que signaron el esplendor y la debacle de Portugal y España en su relación con los territorios de ultramar muestran algunas similitudes, pero también permiten advertir diferencias ostensibles. Una vez firmado el Tratado de Tordesillas (Valladolid) en 1494 entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla y Juan III, se saldan las disputas esenciales sobre los territorios “descubiertos” en el Nuevo Mundo después de un año de arduas tratativas y hasta la posibilidad concreta de llegar a un enfrentamiento militar entre ambas potencias al momento de dividir los nuevos territorios.

Por Eduardo Luis Aguirre



Los países más poderosos de Europa y los dirigentes más encumbrados de Estados Unidos, casi al unísono, han hecho pública su tesis en el sentido de que Ucrania tendría derecho a atacar los territorios rusos desde donde proviene el machacar mortífero de la artillería enemiga. El ataque que estimulan Francia, Alemania y el Reino Unido, debería hacerse con el armamento que la propia OTAN le provee al gobierno de Zelenki, el curioso gobernante que se mantiene en el poder sostenido por el Maidán mientras su país afronta la más lastimosa crisis demográfica de las últimas décadas.

Por Eduardo Luis Aguirre


La introducción del Tratado de Guadalupe Hidalgo, celebrado entre Estados Unidos y México refleja la retórica canalla que imponen los vencedores: “Los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, animados de un sincero deseo de poner término a las calamidades de la guerra que desgraciadamente existe entre ambas Repúblicas, y de establecer sobre bases sólidas relaciones de paz y de buena amistad, que procuren recíprocas ventajas a los ciudadanos de uno y otro país, y afiancen la concordia, armonía y mutua seguridad en que deben vivir, como buenos vecinos, los dos pueblos; han nombrado a este efecto a sus respectivos plenipotenciarios […] quienes […] han ajustado, convenido y firmado el siguiente Tratado de paz, amistad, límites y arreglo definitivo entre la República mexicana y los Estados Unidos de América.”