Por Eduardo Luis Aguirre
Hay palabras que adquieren una significación indiscutible al momento de caracterizar determinados acontecimientos. Los crímenes masivos en Gaza admiten por eso mismo algunas citas de autoridad que nos relevan de toda polémica. Cuando es la Cruz Roja Internacional quien se expresa de una manera tan dramática se acotan los espacios de discusión. Mirjana Spoljaric Egger asumió como presidenta del CICR en octubre de 2022.
Entre 2018 y 2022, se desempeñó como subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas. Hace algunos días concedió una entrevista a la BBC. Allí dijo que 'Gaza es peor que el infierno'. Que la humanidad allí ha fracasado. Que el dolor infligido al pueblo palestino es una afrenta a su dignidad .Que lo que allí sucede sobrepasa cualquier estándar legal, moral y humano. Que por eso hacía un llamado.ado urgente a los líderes de los estados porque la eventual profundización de la indignidad de esta guerra tarde o temprano tocaría a sus puertas. Ese momento ha llegado. A pocos días de haberse producido esa entrevista, Israel atacó Irán, mató a algunos de sus líderes, y destruyó sitios sensibles, tales como centrales nucleares wue, como sabemos, los analistas consideran lugares que deberían ser respetados por su potencial peligrosidad para la población civil. La respuesta de Teherán fue terrible. No solamente perforó el escudo de acero israelí con misiles hipersónicos, sino que abatió aviones F-35 de última generación que se consideraban indetectables.
El conflicto en Medio Oriente tiene ahora siete frentes y la escalada entre israelíes e iraníes ya es una guerra abierta en la que el paradójico Trump pide negociaciones diplomáticas que el país persa, en su condición de agredido ha rechazado hasta ahora. Es probable que alguien piense que el agravamiento de esta crisis corra del escenario el genocidio en Palestina. Sería un acto de cinismo infernal, igual o peor que el que refería Spoljaric.
Lo verdaderamente grave, es que Irán dice haber constatado que el presidente Trump sabía del ataque que Tel Aviv lanzaría sobre aquel país y calló. En ese intríngulis de intereses y pulsiones, de guerras y crímenes fuera de control orbita alrededor de un sujeto acusado de crímenes masivos un hombrecillo extraviado y menor que agita como un niño una bandera de Israel. Oremos porque el desastre de la guerra no repare en esa presencia torpe y bufonesca y que el martirio no produzca una réplica absurda en este sur.