Resulta muy difícil escindir las conflictividades que caracterizan a las sociedades del tercer milenio del estado de excepción que imponen el nuevo modelo de acumulación del capital y un sistema de control global punitivo en cuyo interior se saldan las guerras contemporáneas.

Breves e impecables reflexiones del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos sobre los lugares comunes del pampenalismo y la demagogia punitiva.

 
Por William Fredy Pérez Toro (*)

 
 
Hace algún tiempo he estado pensando en trivialidades, lugares comunes, tópicos, frases de cajón, obviedades y verdades de Perogrullo. Me embelesan cosas que se repiten, tonterías.
“Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación” (Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 7).  “Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social” (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 2.1)

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

“Esta nueva cultura de la incertidumbre refleja, en definitiva, un mayor reconocimiento social de las limitaciones humanas en relación a la comprensión y anticipación de situaciones que representan un alto grado de complejidad, situaciones que se resisten en gran medida a su encasillamiento dentro de estructuras cognitivas-institucionales que buscan su control”[1]

Por Eduardo Luis Aguirre


Fue un verdadero honor participar del excelente I Congreso Internacional de Victimología en Homenaje al querido Profesor Juan Carlos Domínguez Lostaló como miembro del Comité Científico del mismo y como disertante en el Simposio por Invitación “Genocidio y Derechos Humanos: intervención de instancias internacionales en regiones de conflicto”, compartiendo palestra junto a  Ticciana Palumbo. Lic. en Psicología. de la Corte Penal Internacional de La Haya, Países Bajos,· Unidad de Víctimas y Testigos (VWU - Victims and Witness Unit);  Alejandra Slutzky. Consultora en ámbito de Derechos Humanos en regiones de post· conflicto y justicia transicional. Diputada por el Partido Socialista de Holanda(2001-2003).

Un merecido y memorioso reconocimiento a este emblemático docente y amigo, quien allá lejos y hace tiempo me invitara a intervenir en algunas de sus multitudinarias clases en la Facultad de Psicología de la UNLP. Un homenaje a Juan Carlos, en semejante encuentro, se asemeja en lo que el sistema cosmogónico de los antiguos pueblos originarios podría ser asumido como un hecho ordenador de la vida cotidiana, una restauración del equilibrio comunitario, que es bueno, muy bueno, que se propicie desde la propia Academia.
Más info de este extraordinario encuentro en http://www.psico.unlp.edu.ar/victimologia

 

 
Por César Manzanos Bilbao (*)
 
La exponencial aceleración de los acontecimientos en la era de la hipervelocidad hace que no nos dé tiempo a pensar lo vertiginosamente que cambian las cosas en un único sentido: homogeneización, generalización del control y del malestar social, aislamiento del individuo en su cárcel interior y, sobre todo, merma de la capacidad de resistencia para así conseguir convertirnos sin que lo apreciemos en sujetos enfermos, sujetados, pasivos, fatigados, estresados, en un estado anímico permanente de ansiedad difusa cuya única salida es recurrir a la droga televisiva, a la evasión puntual y desenfrenada, a los psicofármacos y a no pensar en nuestra condena aceptada.
Por Fernando Casullo (1)
" El capitalismo ha creado, desde que reina en forma absoluta, las condiciones que permiten demasiado a menudo y trágicamente la asimilación del pobre, del proletario y del deportado, asociados en una comunidad de destino, despojados de su individualidad, sometidos, sujetos, sin esperanza de dejar las prisiones en las que se pudren, como quien expía una falta mayor , un pecado capital: el de salir a la luz, el de haber nacido"
Michel Onfray. Política del Rebelde[2].