El poder y el estado profundo
Por Eduardo Luis Aguirre
 
La estética hitleriana emulada a través de cánticos sin métrica alguna e  insultos a repetición proferidos por las calles porteñas, en la previa de un acto fatídico y ralo que pone en evdencia la debilidad de sus proyectos trasnochados. Las criaturas de las redes están a punto a darse un baño helado de realidad. A esa altisonancia bravucona y bizarra no hay nada que temerle.El poder real les queda tan lejos a ellos como a nosotros. La verborragia soez no alcanza para confundir lo importante de lo accesorio, mucho menos si las agresiones provienen de estas fascis de cotillón.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

Más allá de la guerra de Ucrania, algo muy importante se está gestando aceleradamente en el espacio vital de la región Asia Pacífico.

Por Eduardo Luis Aguirre

 



Recuerdo haber leído hace ya varias décadas un texto impactante que -si la memoria no me falla- pertenecía a Teilhard de Chardin.

Por Eduardo Luis Aguirre


Una década al frente de una materia en la Maestría en Derecho Penal de la Universidad Torcuato Di Tella me han significado por partes iguales un esfuerzo saludable y una enorme responsabilidad.

Por Lidia Ferrari (*)

 


Uno de los síntomas de este mundo neoliberal, uno de los tantos, es la soledad. En la crónica cotidiana en Europa y Estados Unidos se encuentran después de meses y años ancianos muertos en sus casas, sin que nadie lo advirtiera.

Por Eduardo Luis Aguirre.

La teoría es parte inescindible de la política. No hay transformación social posible sin una concepcion teorica vigorosa.

Por Lidia Ferarri 

Un anciano italiano, célibe y solitario, que vivió toda su vida bajo la tutela de su autoritaria madre hoy se lamenta porque el Estado no se ocupa de viejos como él para procurarles una compañía. Esa compañía que nunca buscó por sí mismo sería tarea exigible al Estado.

Por Eduardo Luis Aguirre 

La guerra de Ucrania ha dejado al descubierto la barbarie y la violencia que pueden perpetrar los estados. Los estados y eso que nos vamos acostumbrando a llamar "bloques'. Esos bloques son los protanonistas centrales de las modalidades criminales mediante las que se saldan las contradicciones y los diferendos que atañen a las hegemonias que tensiona un mundo multipolar que, paradójicamente, sigue reconociendo -al menos hasta ahora-a una superpotencia planetaria. En ese contexto, otros bloques ponen de relieve el retroceso al que los ha sometido el neoliberalismo. Uno de ellos, acaso al más notorio, es Europa.