Por Eduardo Luis Aguirre.

La suerte de la Presidenta Dilma Rousseff, y de la democracia de la octava economía del mundo, parece estar echada. Todo hace suponer que mañana triunfará el golpe de estado en Brasil. 

Por Eduardo Luis Aguirre

Comienzan a alzarse nuevas voces tendientes a lograr el ímprobo objetivo de que José María Aznar sea enjuiciado por el Tribunal de La Haya (*), por su presunta responsabilidad en la guerra de Irak y en los crímenes que durante el ataque y la ocupación del país persa cometieron las fuerzas de la coalición invasora, cuestión que sería necesario investigar esclarecer.

Por Eduardo Luis Aguirre


Se conmemora en estos días un nuevo aniversario del ataque nuclear a Hiroshima y Nagasaki. La primera y única vez en la historia que se utilizó armamento no convencional para aniquilar a población civil indefensa. Fue uno de los crímenes masivos más horrendos de la modernidad, y a esta altura lo único que podría admitir algún tipo de discusiones es el encuadre típico del delito, pero nunca la perpetración del mismo.

Por Eduardo Luis Aguirre

El 64 por ciento de los rusos votarían en la actualidad por la conservación de la Unión Soviética, en caso de celebrarse una compulsa popular sobre ese tema, según informó recientemente el Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia (CRIOP), que realizó la encuesta entre los habitantes del país territorialmente más grande de la tierra. Lo verdaderamente llamativo es que este resultado se obtiene después de 25 años del desmembramiento de la antigua URSS, y en buena medida se explica en base a circunstancias políticas, históricas y culturales. 

Por Eduardo Luis Aguirre

El mundo está en guerra, no guerra de religiones, es una guerra de intereses, por los recursos naturales, guerra por el dominio de los pueblos. Alguno puede pensar que estoy hablando de guerra de religiones. No. Todas las religiones queremos la paz. La guerra la quieren otros. ¿Entendido? (Papa Francisco)

 
Por Miguel IZU (*)

Hay una curiosa versión de cómo se inició la guerra civil de 1936, tras el fracaso del alzamiento militar, que se contiene en el blog del Hotel La Perla de Pamplona, y que carece de respaldo alguno en los libros de historia. Versión que hasta hace poco no había salido de dicho blog, pero que al ser acogida por Iván Giménez (El corralito foral, Arre, Pamiela, 2015, pp. 124 y ss.) en un libro que, por méritos propios (salvo algún error como el que voy a señalar), ha recibido una amplia y exitosa difusión, corre peligro de ser tomada en serio. Resulta curioso que Iván Giménez, de forma acrítica, dé pábulo a esta historieta cuando descalifica otras leyendas que se contienen en el mismo blog, como la de que Hemingway fuese cliente asiduo del Hotel La Perla.

Afirma el citado blog que el fracaso del alzamiento militar del 18 de julio saltaba a la vista y cuenta lo siguiente:

«De hecho, esa mañana del 19 de julio, el sublevado Francisco Franco llamó por teléfono a Pamplona para hablar con el general Mola; quería transmitirle que las guarniciones no habían respondido, que Melilla y Pamplona eran las únicas sublevadas, que no merecía la pena seguir con la revuelta. Pero Mola no estaba en el Palacio de Capitanía, y le remitieron al teléfono del Hotel La Perla, pues le informaron que estaba en la Plaza del castillo pasando lista a las tropas.
Ante la llamada de Franco en La Perla salieron a buscar al general, y este último, una vez escuchada la opinión de su compañero de alzamiento, apoyado en el mostrador del hotel, le respondió con rotundidad: “Francisco, tu haz lo que quieras, pero en la Plaza del Castillo de Pamplona hay en este momento miles de hombres listos para luchar y que me están diciendo que ¡adelante!, así que yo con ellos estoy, y esto ya es imparable”. Ante esta reacción al joven general Franco no le quedó más remedio que admitir: “pues si tú estás dispuesto a seguir, yo no voy a ser menos”. Y ese día salían desde Pamplona varias columnas de combatientes hacia una guerra que habría de durar tres años».



Y añade:

«En aquel locutorio telefónico que había en el vestíbulo del hotel el general Emilio Mola acababa de sentenciar que la sublevación debía de seguir adelante, que la maquinaria de la guerra no debía pararse. Junto a él, en la pared, aparecía dibujado un gran mapa de España; sobre esta piel de toro se había puesto unas banderas nacionales, bicolores y tricolores, según fuese el dominio en ese momento; Ceuta y Melilla (Franco) y Pamplona (Mola) eran las únicas ciudades tomadas por el bando nacional, el resto estaba en manos del bando rojo».

Ninguno de los hechos contenidos en este relato merece el menor crédito. En la mañana del 19 de julio de 1936 la suerte del alzamiento militar era incierta, pero no se puede afirmar que hubiese fracasado en todas partes menos en Pamplona y Melilla. Esa misma mañana a las siete Franco aterrizaba con el Dragon Rapide en Tetuán, procedente de Casablanca donde había hecho noche, para comprobar que todo el ejército de Marruecos se había unido a la sublevación. Las Canarias, bajo el mando del general Orgaz, también estaban controladas por los sublevados. El golpe militar había triunfado esa madrugada en la mayor parte de Galicia, León y Castilla la Vieja, así como en Sevilla, con el general Queipo de Llano, en Zaragoza, con el general Cabanellas, o en Córdoba, con el coronel Cascajo. Si hubiera existido esa conversación entre Franco y Mola, que ningún historiador menciona, habría tenido que discurrir por otros cauces bien distintos.

(*) Doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Ex Docente de la Universidad de Navarra y de la Universidad Pública de Navarra.

Pubicado originariamente en http://mizubel.blogspot.com.ar/2016/07/la-guerra-no-empezo-en-la-plaza-del.html?spref=fb


Por Nazanin Armanian
Desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EEUU —presentados falsamente como el inicio del terrorismo—, hay un gran esfuerzo por parte de los políticos, sociólogos e incluso de los todólogos tertulianos de los medios de comunicación, para explicar las razones que llevan a unos fieles del Islam, muchos nacidos en Europa, a matar a personas en Occidente sin importarles su religión, su origen étnico o su clase social.
El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, representa la respuesta más común al afirmar que la “exclusión de musulmanes franceses provoca su radicalización”. Pero, ¿por qué esta misma discriminación que sufrieron durante las décadas anteriores a 1990, por ejemplo, no tuvo la misma manifestación? El profesor tunecino Yves Charles Zarka cree que hay otro motivo: “la crisis moral que vive Occidente y el desengaño que provoca en algunos individuos”.
Sin embargo, ¿dará la misma explicación sobre los atentados cometidos por los mismos grupos terroristas en los países musulmanes? El señor Zarka añade que la búsqueda del bienestar, fundamento de las sociedades europeas, no constituye para dichas personas un motivo suficiente para vivir. Aunque, los ‘decapitadores del Estado Islámico’, además de cobrar millones de dólares de Arabia Saudí y Qatar (entre otros patrocinadores), reciben una ingente cantidad con el contrabando del petróleo iraquí y el patrimonio cultural de Siria, para vivir en un Estado de bienestar envidiable y pagar un sueldo a los miles de jóvenes del lumpenproletariado que están a su servicio.

Otro grupo, los talibanes, dirige el principal cartel de opio del planeta, y no precisamente como una muestra de su rechazo al capitalismo de consumo. Además, en ninguna parte del Corán se pide al creyente que viva pobre, todo lo contrario. La economía islámica es de mercado.
El versículo 9:38 del Corán refleja esta realidad en los tiempos del propio profeta:“¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuándo se os dice: «¡Id a la guerra por la causa de Alá!» permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de aquí a la otra? Y ¿qué es el breve disfrute de esta vida comparado con la otra, sino bien poco…?”
En Egipto, un año fue suficiente para que los musulmanes dieran la espalda al Gobierno islamista de Mursi, quien, con su estómago lleno, pedía más y más paciencia a los hambrientos que ya no tenían ni pan seco para llevar a la boca.
En un Irak devastado por la invasión de EEUU y sus socios, y fracturado entre grupos chiitas y sunnitas, los seculares ganaron las elecciones parlamentarias del 2010, mientras que el Consejo Supremo Islámico tuvo sólo ocho escaños de 325.
Miradas mutiladas
¿Por qué se identifica a millones de personas que en Oriente Próximo y Norte de África luchan en unas circunstancias extremadamente difíciles por una democracia económica y política, con una minoría oscurantista, totalitaria y antimoderna, y que no es antiimperialista ni guardiana de las tradicionales exóticas y alternativas?
El principal mal que padecen las medidas europeas para integrar a los inmigrantes es justamente uno de los principios de las ideologías religiosas: dividir a los ciudadanos por su fe, con el fin de controlarles, además de mantener el caldo de cultivo de conflictos que siempre viene tan bien a las aristocracias gobernantes.
En este sentido, se organizan jornadas de puertas abiertas en las mezquitas, con té de menta incluidas, para que los escépticos ciudadanos cristianos comprueben por sí mismos que allí no esconden bombas ni misiles. Este ‘Diálogo de civilizaciones, que también se celebra en los encuentros entre cardenales, obispos, rabinos, lamas, muftíes y ayatolás —la élite de la casta religiosa mundial—, desvía la atención pública del origen real y de las manos que mueven un poderoso ‘terrorismo fantasma’ que cruza las valladas fronteras del mundo sin ningún visado. En Pakistán, víctima silenciosa del terrorismo, no se les ha ocurrido a los cristianos y musulmanes invitarse mutuamente a tomar la merienda en sus templos: saben perfectamente que el terrorismo es ciego y los que están detrás, buscan una guerra civil y la desestabilización de este estratégico país, abandonado por EEUU y recogido por China.
Terrorismo, el fantasma
El rey de Jordania, Abdullah II, nos ofrece su visión: señala intereses geopolíticos de determinados Estados para promover el terrorismo islámico, en el caso de los recientes atentados en Europa. El dirigente jordano habla directamente del presidente turco, Tayeb Erdogan (perteneciente a la organización de Hermanos Musulmanes y socio de la OTAN), como exportador de terroristas a Europa “para llevar adelante su agenda”, que según él, consiste en provocar “desorden” e imponer “una solución islámica radical a los problemas de la región”. Jordania que, a pesar de ser un servil peón de EEUU en la región, puede ser otro país afectado por el plan de Nuevo Oriente Próximo de Washington y la remodelación de las antiguas fronteras que EEUU ha puesto en marcha desde la caída de la URSS. Además, sabe que los estados en general, y EEUU en concreto, no tienen aliados estratégicos, sino intereses estratégicos.
Los yihadistas sunnitas afganos, el primer gran grupo terrorista islámico, lejos de ser una reacción de las sociedades musulmanas modernas (idea que tanto les gusta a los seguidores de Bush y de Samuel Huntington), fue creado en 1987 por el presidente estadounidense Jimmy Carter, con el fin de derrocar al gobierno marxista de Kabul y encerrar a la Unión Soviética con un ‘cinturón religioso’.
En aquellos mismos años, Ruhollah Jomeini instaló su República chiita en un Irán con 1600 kilómetros de la URSS, mientras Carter elevaba al máximo poder en el Vaticano al anticomunista polaco Karol Wojtyła, colaborador de la CIA (según afirma Carl Bernstein, uno de los investigadores del escándalo Watergate), para que, junto a Lech Walesa y su sindicato derechista-católico de Solidaridad, golpeasen también desde Europa a aquel país por prometer que había vida fuera de la economía capitalista.
Así nace la nueva estrategia de Washington: financiar la religión política organizada contra las fuerzas anticapitalistas en todo el mundo y, paralelamente, lanzar su antídoto, el chollo de la “lucha duradera contra el terrorismo islámico”, como si de un bombero pirómano se tratase. Volvieron a mentirnos al jurar que, matando a Bin Laden, (nos costó miles de vidas afganas y paquistaníes —sepultadas bajo las bombas que supuestamente atacaban los refugios del terrorista saudí—, además de billones de dólares y euros), el mundo vería la paz.
“Pagan justos por pecadores”
Por ello, no debe sorprender que tras cada atentado en Occidente, el país afectado, anuncia el bombardeo de un Estado estratégico, que para más inri no había sido el país natal de los terroristas: en el 11-S, al menos 15 de los 19 terroristas eran de Arabia Saudí y, sin embargo, EEUU bombardeó y ocupó Afganistán. Asimismo, la mayoría de los autores de los atentados de París eran de origen francés, no obstante, François Hollande envió a sus cazabombarderos a matar a sirios; y ahora, Bélgica, uno de los países más protegidos con sistemas de seguridad instalados por aire, tierra y mar, por ser la sede de la OTAN y del mando político-económico de Europa, ha hecho lo mismo tras los recientes atentados. ¡Es como si Bashar al Assad bombardeara Bélgica, Francia, Arabia Saudí, Qatar o Turquía, alegando que son sedes de las células yihadistas que atacan a su país!
Ante el avance de la extrema derecha, antipobre (aporófobo), no les conviene a los inmigrantes musulmanes exhibir su religiosidad. Es lo que han hecho durante la historia los cristianos perseguidos, —los armenios o los cátaros, quienes practicaron riserva mentale—, los judíos, y los sunnitas y chiitas en los países musulmanes.
El terrorismo además de un negocio, es una cortina de humo para entretenernos, y para que demos prioridad a la seguridad sobre el bienestar y la libertad, derechos que se han conseguido a base de una larga lucha, y que el capitalismo más agresivo nos lo está arrebatando. Al menos 60.000 personas mueren de hambre cada día por el terrorismo económico-político.

Publicado originariamente en http://blogs.publico.es/puntoyseguido/3250/el-terrorismo-islamico-no-es-fruto-de-la-exclusion-de-los-musulmanes/?src=tpu
El recalentamiento de las relaciones diplomáticas entre los países de la OTAN y Rusia constituye un dato geopolítico sin precedentes desde el colapso de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín.
La reciente cumbre de la OTAN en Polonia ha consensuado un documento de 139 puntos, un tercio de los cuales se dedican a analizar su relación con Moscú, lo que ocupó además prácticamente la totalidad de las conversaciones de la primera jornada de labor conjunta.
Abstracción hecha de las expulsiones de delegados diplomáticos en Moscú y Washington, el acoso sistemático de occidente comienza a dejar sin alternativas a la administración Putin, actualmente rodeada por 29 bases militares de las principales potencias aliancistas.


La OTAN, la más grande alianza militar de su historia, se reconvirtió en una coalición ofensiva desde 1999 y demostró ser capaz de bombardear y destruir a los países que no acaten las directivas del capital concentrado internacional. La intervención "humanitaria" en Yugoslavia así parecen confirmarlo.
En todo este tiempo, Rusia ha demostrado un crecimiento sostenido y autonómico, no exento de dificultades, y ha consolidado a su vez vínculos cada vez más estrechos con China.
Según consigna la agencia iraní HispanTV, el presidente Xi Jinping expresó, de manera casi concomitante con la última de las frecuentes visitas de Vladimir Putin a Pekín: “Actualmente, somos testigos de acciones agresivas de EE.UU tanto hacia China como Rusia. Creo que Rusia y China pueden crear una alianza ante la cual la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) sea débil”. Xi cree que esa alianza está llamada a constituir un factor clave en el nuevo orden global. Una especulación que no admite demasiadas interpretaciones.
El ex presidente soviético y premio Nobel de la Paz, Mijail Gorbachov, por su parte, acaba de lanzar una advertencia igualmente explícita: "Los miembros de la OTAN intentan hacer ver que no tienen miedo de nada y es muy sospechoso, porque con eso nos fuerza a nosotros y a todo el mundo a un enfrentamiento mayor. "El mundo debe entender que no se puede aparentar que no sucede nada grave. Rusia deberá defenderse (de las iniciativas de la OTAN). Hay que parar este horrible proceso".
El problema es que el proceso consiste en prácticas de agresión de occidente cada vez más desembozadas. De las cuales, la más riesgosa es la insistencia de rodear a Rusia de enclaves militares, en lo que constituye una amenaza explícita contra Moscú. Al parecer, aquellos que conjeturaron que las maniobras de la OTAN se limitarían a estimular y patrocinar los golpes blandos en diferentes territorios sensibles en disputa y lograr un mero control disuasivo del gigante euroasiático se equivocaron groseramente. La situación actual pone al descubierto una vocación hegemónica mucho más intransigente y unilateral, compatible con la crisis del capitalismo, únicamente sustentable mediante un sistema de control punitivo y militar global.
Los socios menores de Europa han tomado debida nota de los riesgos que les depara su incómoda ubicación geográfica y política, e intentan revalorizar las vías diplomáticas como formas de resolución del conflicto,  después de las conclusiones francamente preocupantes de la reciente cumbre de la OTAN celebrada en Varsovia, que congregó a los 28 países miembros y los 26 asociados, más los esperables representantes de la Unión Europea, la ONU y el Banco Mundial. 
El presidente checo Milos Zeman ha salido a diferenciarse de algunas decisiones de la alianza, en especial el despliegue de cuatro batallones militares en la frontera oriental de Europa (más precisamente, cuatro mil hombres  distribuidos en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania).
Y hasta el propio presidente Hollande acaba de señalar categóricamente que "La OTAN de ninguna manera tiene que dictar qué relaciones con Rusia debe tener Europa. Para Francia, Rusia no es el enemigo, ni es una amenaza", según consigna el periódico Le Monde.
En ese contexto, huelga decirlo, la situación ofrece un abanico de posibilidades y un desenlace difícil de predecir. Lo que sí está claro, es que el marco ha derivado hacia una situación de grave conflictividad en cuya resolución está implicado el mundo entero.