Por Eduardo Luis Aguirre
En “La Razón populista” (1), Ernesto Laclau completa un recorrido por una multiplicidad de categorías abordadas históricamente por la filosofía política (democracia, pueblo, hegemonía) en el que muchas de ellas son objeto de una resignificación que permite dotar de sentido a otras tantas que completan la siempre inquietante relación entre el populismo y la democracia. Los significantes, las demandas equivalenciales, la construcción de pueblo,, la representación, entre otras conceptualidades, le confieren un sentido definitivo a un texto canónico que intenta construir un nuevo metarrelato que viene a rellenarla carencia de una mirada totalizante, crítica y emancipatoria, después del colapso de las burocracias socialistas y la debacle de las postulaciones ontologistas del marxismo clásico.
Por María Liliana Ottaviano (*)
"No olviden jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para poner en cuestión los derechos de las mujeres. Estos derechos nunca son adquiridos deberéis permanecer alerta durante toda vuestra vida". Simone de Beauvoir.
Mi apuesta personal de un tiempo a esta parte está vinculada a la relación psicoanálisis y política, relación que muchas veces ha devenido en un sintagma que intenta velar el carácter novedoso e innovador de la confluencia de los dos términos: psicoanálisis y política. Desde esta coordenada parte el intento de cernir o analizar de lo que está en juego cuando hablamos de feminismos y derechos, convencida que siempre se tratará de una apuesta sin garantías, tal como ocurre cuando intentamos atrapar con nuestras referencias teóricas aquello que se nos presenta sustrayéndose la mas de las veces en su verdadero alcance. ¿Qué tiene para decir el psicoanálisis a la política? A los fines de este artículo tomaré algunas de las ideas, que al respecto desarrolla Timothy Appleton. Podríamos decir que el ejercicio de un pensamiento crítico constituye una praxis política. Con lo cual el psicoanálisis es portador de un pensamiento hiperpolítico, que encuentra en Lacan su más importante renovador luego de Freud. Tomar su referencia es imprescindible para pensar la política en nuestro tiempo desde nuevas coordenadas que conmocionan el campo de la teorías sociales y políticas clásicas. ¿Qué del feminismo para la política?
Por Eduardo Luis Aguirre
La Corona española conserva intacta la memoria de la conquista. Lo resuelve y lo reconoce como el hecho más trascendental de la historia de la humanidad. No hay fisuras en el relato dominante sobre el más fabuloso encuentro de todos los tiempos, como lo define Svetan Todorov, o el genocidio que adelantó las coordenadas de la Modernidad, según lo concibe Enrique Dussel.
"La cabeza de Mariano Rosas", el libro de Sergio Schmucler en cuya presentación intervine hace algunos días en la sede de la Asociación Pampeana de Escritores, habilitó algunas conjeturas que desbordaron y -como de ordinario ocurre en las lecturas que nos concitan- modificaron las perspectivas que podríamos haber intentado al inicio de ese recorrido de recuperación (no del todo) ficcional de una trama histórica palpitante y atroz de entramados genocidas y universos inconciliables.
Por Jorge Alemán (*)
"La revolución terminará con muchas cosas menos con la estupidez humana" respuesta de Trotsky a Lenin en Mi Vida, su autobiografía.