"La ciudad sin luz": premoniciones árticas
Por Ignacio Castro Rey
A pesar de generarle sentimientos encontrados, Iñigo Errejón llegó a hablar recientemente de una desolada orfandad al terminar La ciudad sin luz, primera parte de Mil ojos esconde la noche. No es de extrañar. La intensidad carnal de los personajes y situaciones que Juan Manuel de Prada recrea es tal, el ritmo que nos acoge en ese universo ficticio es tan vivo que muy bien se puede producir, al término de convivir con esos perfiles en hervor, la aflicción de un vacío. Quizá la sensación de orfandad se alimente finalmente de algo parecido al temblor de una emoción que en La ciudad sin luz late por todos los poros y, sin embargo, en la vida corriente hemos dejado languidecer.

Por Eduardo Luis Aguirre

La guerra entre Israel y Hamas estalló en el peor momento. Desde hace mucho tiempo que no había tres zonas geopolíticas neurálgicas al borde del espanto. La crisis de Medio Oriente se suma a la guerra en Ucrania y el inestable equilibrio de la región Asia- Pacífico.

Por Lidia Ferrari (*)




El porteño no puede jactarse de una vida estable. El habitante de Buenos Aires habita un mundo que cambia. El porteño se debe adaptar a situaciones nuevas todo el tiempo. La imprevisión, la improvisación, el repentismo son su patrimonio. En un suelo tan resbaladizo como el suelo porteño, se aprende a caminar a los saltos, el equilibro es más difícil y la estabilidad se alcanza cambiando con el suelo.

Por Eduardo Luis Aguirre.


El 2 de octubre,de 1994 se apagaba la vida de Jorge Abelardo Ramos, uno de los exponentes más lúcidos y agudos de la izquierda nacional.

Por Marcelo Barros *

Lacan dice algo remarcable en su seminario XVI, al señalar la falta de seriedad del poder político en la modernidad.

Reproducimos esta columna de Alastair Crooke, ex diplomático británico, fundador y director del Foro de Conflictos con sede en Beirut, una organización que aboga por el compromiso entre el Islam político y Occidente (*).

Por Eduardo Luis Aguirre

En nuestra última entrega analizábamos lo que algunos medios caracterizaron como la posible "primera guerra por el agua". Se trataba del diferendo entre República Dominicana y Haití por los caudales del río Masacre, que había planteado una nueva situación de sensibilidad entre ambos gobiernos.
Hoy queremos ocuparnos de otro conflicto desatado por el aprovechamiento de los caudales del Nilo, entre Etiopía, Egipto y Sudán, una tensión concomitante, que nos interpela acerca de la importancia creciente de un recurso vital en un planeta donde las desigualdades y el daño ambiental permiten entrever un futuro por demás complejo.

Por Eduardo Luis Aguirre

República Dominicana y Haití vuelven a vivir el recalentamiento cíclico de sus fronteras. La particularidad de este diferendo radica en que agricultores haitianos decidieron unilateralmente crear un canal destinado a regar sus tierras, para mitigar la sequía en las pobres explotaciones agrícolas Maribaroux, afectando el curso natural del agua del río Masacre (también conocido como Dajabón) y las lagunas y humedales dominicanas cercanas a la obra.