“Tenemos el desafío de bajar la invisibilidad social porque no todos los seres humanos son tratados como personas. Es necesario contar con funcionarios profesionales y tener los instrumentos para llenar de defensores públicos a toda América Latina, América del Norte y porqué no, todo el mundo” (Haman Tabosa de Moraes, Defensor Público General Federativa de la República Federativa del Brasil).
Prácticamente desde que asumió su función, en el año 2012, el titular de la Defensa Pública santafesina, Gabiel Ganón, fue objeto de una persecución sistemática por parte de diversas agencias estatales y poderes fácticos determinados que observaron la labor del funcionario como una amenaza para el establishment local.
Por Ignacio Castro Rey (*)
Con cierto cansancio, hay que volver a hablar de este personaje televisivo cuyo tono soez –que a partir de ahora modulará cuidadosamente– hace que Berlusconi casi parezca un intelectual. Los jóvenes que estas noches se manifiestan en más de veinte importantes ciudades norteamericanas tienen sus poderosas razones para expresar su miedo e indignación, aunque la victoria haya sido –con el peculiar sistema electoral estadounidense– incontestablemente legal.
Por Jorge Alemán (*)
No deja de sorprender que Trump y sus seguidores, como lo acabo de comprobar en una cadena americana que suelo ver, haga permanentes referencias a la “clase trabajadora”, matizada con una retórica “antisistema”. Incluso sazonada con algunas declaraciones contra los organismos internacionales y su supuesta amistad con Putin.
Por Boaventura de Sousa Santos**
El futuro de la izquierda no es más difícil de predecir que cualquier otro acontecimiento social. La mejor manera de abordarlo es haciendo lo que llamo sociología de las emergencias. Consiste en prestar especial atención a algunas señales del presente para ver en ellas tendencias, embriones de lo que puede ser decisivo en el futuro.
Ser docente en una universidad pública puede significar muchas cosas. Ninguna de ellas subalterna o accesoria. La condición docente –así la denominaré en adelante- supone siempre una construcción colectiva compatible con epistemologías liberadoras, y una vocación irrenunciable en favor del pensamiento crítico.