"La ciudad sin luz": premoniciones árticas
Por Ignacio Castro Rey
A pesar de generarle sentimientos encontrados, Iñigo Errejón llegó a hablar recientemente de una desolada orfandad al terminar La ciudad sin luz, primera parte de Mil ojos esconde la noche. No es de extrañar. La intensidad carnal de los personajes y situaciones que Juan Manuel de Prada recrea es tal, el ritmo que nos acoge en ese universo ficticio es tan vivo que muy bien se puede producir, al término de convivir con esos perfiles en hervor, la aflicción de un vacío. Quizá la sensación de orfandad se alimente finalmente de algo parecido al temblor de una emoción que en La ciudad sin luz late por todos los poros y, sin embargo, en la vida corriente hemos dejado languidecer.

Por Lidia Ferrari (*)

En continuidad con mis últimos textos comparto este hallazgo en Antonio Gramsci. Parece Gramsci también haber padecido algo de la vergüenza por su lengua subalterna, el sardo. Traduzco un fragmento de una carta desde la cárcel a su hermana Teresa.

Por Santiago Alba Rico (*)

España es un país difícil. La derecha lo quiere simplificar. Es ese, desde los Reyes Católicos, su impulso histórico: lo llamaré el "método Procusto", por el mitológico ladrón que ajustaba el cuerpo de sus huéspedes, sierra o martillo mediante, al tamaño de la cama; o también "método Gordias", en referencia al complicadísimo nudo que Alejandro Magno, sin tiempo que perder, cortó de una cuchillada para conquistar la Frigia. La derecha quiere decidir el tamaño de España. La derecha quiere deshacer el nudo llamado España a golpes de espada.

Por Ignacio Castro Rey (*)



La velocidad y el movimiento se han convertido en el conservadurismo perfecto. La interactividad usa la dialécticaentreaislamiento real (estrellas) y conexión virtual (barras) que sigue a la higiene angloamericana que dirige al mundo occidental desde la Segunda Guerra.

Por Eduardo Luis Aguirre

El Partido Popular espera dar mañana el golpe de gracia y desalojar al socialista Pedro Sánchez del gobierno español.

Eduardo Luis Aguirre y un análisis sobre la reciente reunión entre la CELAC y la UE. La cuestión Malvinas y las disputas por el desarrollo energético que llegó para quedarse.

Por Diego Tatián

En “Ética Eudemia” 1240a-b Aristóteles dice algo muy extraño y muy bello al desarrollar la idea de “amistad consigo mismo” (una de las ideas más importantes de su arte de vivir, irreductible a cualquier narcisismo y más bien lo contrario): quien es su propio amigo, escribe, desea morir consigo.

Por Eduardo Luis Aguirre

“El progresismo de mi época –dice uno- era el orégano que se le ponía a una pizza, pero no era la pizza” (1).