Por Eduardo Luis Aguirre


Mientras echo mano a la contemplación, infranqueable límite que a veces nos impone el cuerpo, me asalta un recuerdo vívido proveniente de la filosofía del derecho. Por supuesto, siempre dando vueltas sobre las certidumbres y falacias, sobre la culpa y la inocencia, sobre un agresor y su víctima. En fin, bien binarios, típicos de la trepanación de cráneos con la que el dogmatismo jurídico empantana nuestro pensamiento crítico.

Por Eduardo Luis Aguirre

Queríamos compartirlo con nuestros seguidores. No como un reflejo inmediato con aire de primicia, sino como una referencia descriptiva que maduró con el correr de los días. Derecho a Réplica nació hace casi dos décadas. Alrededor de dieciocho años, para intentar ser un poco más precisos. Era la época del blogspot. Los tiempos en los que este medio respondía a un sesgo artesanal y casi exclusivamente jurídico. Con el transcurso de los años y su potencialidad transformadora, el portal cambió su fisonomía y se fue completando con análisis sociológicos, internacionales, filosóficos y esencialmente políticos. No es fácil sostener un medio así durante tanto tiempo. Como dice la canción, ni él es el mismo ni uno es igual, como cantan Los Olimareños en "Este es mi pueblo". Lo que síempre tuvimos claro es que nuestro objetivo era concitar a la lectura y exigirnos en el detalle de las publicaciones, en un ida y vuelta permanente caracterizado por el respeto a nuestros lectores. Por supuesto, nunca estuvo entre nuestras rrioridades la masividad, sino la invitación permanente a la reflexión. Hoy tenemos catorce mil seguidores. No hemos declinado un ápice de nuestra pasión iniciática. Al contrario, pudimos encontrar amigos y amigas que accedieron a añadir sus aportes sobre los temas más cruciales y urgentes. Esa posibilidad terminó de iluminar a aquel portal añoso, que hace algunos días fue declarado de Interés Municipal por el Concejo Deliberante de la ciudad de Santa Rosa, el lugar donde hacemos pie, nuestro sitio en el mundo. Y si, estamos felices por ese reconocimiento y queríamos hacerlos parte del mismo.

Por Lidia Ferrari


A la angustia, a la desesperación, a la impotencia, a las ganas de llorar hay que ponerle palabras. Nos están saqueando, robando, matando. Encontrar las palabras. Durante el gobierno de AF se hablaba todo el tiempo de lo mal que estábamos, del hambre. Creo que había más palabras para el hambre que ahora que es mucho más difícil para un padre o una madre darle de comer a sus hijos. Es que son las palabras las que le dan o no existencia a lo que nos sucede.

Por Eduardo Luis Aguirre



Como en los tiempos bíblicos, parece en un principio que es posible construir una cronología exacta de la historia. En la práctica, en cambio, la confusión, las disputas, la vaguedad y el generoso transcurso del tiempo lo dificultan. Si decodificar el presente implica un mandato de cumplimiento imposible, recorrer más de dos mil años de la era común parece una empresa utópica.

Por Eduardo Luis Aguirre


Las provincias, de pie. Las Provincias Unidas de pie. Una vez más, después de dos siglos, emerge institucionalmente el prejuicio abisal que enfrentó a civilizados y bárbaros. Creímos, durante mucho tiempo, que ese antagonismo quedaba reservado para la vieja manualística conservadora de las escuelas primarias. Pero de pronto, con la misma pedagogía sesgada con la que nos formaron, reaparece una conflictividad que a algunos puede llamar la atención y a otros no tanto. Entre estos últimos, un número cada vez más importante de militantes y pensadores nacionales comenzó a analizar si un resabio de la crisis no saldada de la argentinidad no seguía radicando en el incólume peso específico del puerto. De la ciudad cuya burguesía europeísta y arriñonada al contrabando no se oponía descaradamente a las gestas libertarias sangrientas que gauchos e indios, a la sazón, “bárbaros” disputaban por la libertad y la unión de lo que finalmente sería este país.

Por Eduardo Luis Aguirre 

A pocas horas de haberse concretado el paro general y las innumerables concentraciones y marchas en todo el país contra el regresivo paquete normativo que impulsa el gobierno de Javier Milei, sobresalen algunas singularidades que iluminan los posibles desenlaces ultaactivos de esas rotundas manifestaciones populares, que nos ayudan a pensar lo que por ahora siguen siendo meras conjeturas.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

Recién ayer me dediqué a completar la escucha del discurso pronunciado por Javier Milei en el Foro de Davos. En este caso, quisiera marcar dos breves aspectos de la intervención del presidente argentino. Uno de ellos, que remite a retóricas históricamente temibles, es el de la afirmación de la "superioridad moral" del capitalismo.

Un encuentro entre Cintia Alcaraz y Eduardo Luis Aguirre dió lugar a una conversación que apunta ideas y conceptos a un mes de iniciado el laboratorio liberal libertario de Javier Milei en Argentina.