Un ejercicio esforzado de anticipación (a propósito de la marcha en defensa de la Universidad Pública)
Por Eduardo Luis Aguirre
Mientras echo mano a la contemplación, infranqueable límite que a veces nos impone el cuerpo, me asalta un recuerdo vívido proveniente de la filosofía del derecho. Por supuesto, siempre dando vueltas sobre las certidumbres y falacias, sobre la culpa y la inocencia, sobre un agresor y su víctima. En fin, bien binarios, típicos de la trepanación de cráneos con la que el dogmatismo jurídico empantana nuestro pensamiento crítico.

Hay un axioma básico, que debería ser explicado a los estudiantes de abogacía en las primeras oportunidades en que asisten a clase: el derecho es política.

Por Jorge Alemán (*)

La palabra Comunismo ha vuelto a ingresar en la escena teórica de distintos pensadores, que podríamos designar como “radicales”. En todos ellos encontramos un rasgo similar que insiste de distintos modos: la cada vez más evidente incompatibilidad entre el Poder del Capital y la organización democrática de la sociedad.

En este trabajo final hemos intentado recorrer, dialécticamente, las perplejidades iniciales que nos plantea un profundo proceso de colonización epistemológica en América Latina, que data de cinco siglos, seguido por una revalorización reciente de los contenidos tradicionales medulares del pensamiento indígena, incluyendo sus vertientes míticas y religiosas, para finalmente dar cuenta de las tareas incumplidas en materia de la construcción de una filosofía de la liberación y el método propiciado en aras de alcanzar ese objetivo.

No resulta sencillo, ni existen vías rectas para aproximarnos a las perspectivas de Jean Paul Sartre respecto del poder punitivo y el castigo. En efecto, el marxismo sartriano no se ha ocupado expresamente de abordar un fenómeno, que, ya en su época, condicionaba la realidad mundial y era materia de permanentes debates, incluso al interior de otras vertientes existencialistas y humanistas.

Por Nazanin Armanian (*)

No hace daño a nadie tener gustos horteras y colgar cortinas doradas en el Despacho Oval, cuando alguno de estos ricos tienen su inodoro bañado en oro; el prestamista indio Datta Phuge adornaba su cuerpo macizo con una camisa hecha de aquel metal amarillo.

Por Ignacio Castro Rey

Lo dijimos algunos y lo volvemos a repetir. Es de agradecer en Trump que, sin ningún tipo de reparo ni educación, muestre la fuerza unilateral y la brutalidad que siempre ha sido el primer argumento en el poder mundial de la "mayor democracia".

Por Jorge Alemán (*)

Hay una confusión que a mi juicio insiste en la valoración del fenómeno Trump: creer que se ha producido el “fin del neoliberalismo progresista”. En esta fórmula hay un problema que luego da lugar a malentendidos.