Balances sobre las elecciones porteñas

Por Juan José Giani 

1) La participación fue efectivamente baja. Si bien es cierto que en legislativas locales la concurrencia históricamente disminuye (el promedio de los últimos tiempos ronda el 65%) en este año ha claramente disminuido.

2) La explicación podría ser tal vez la siguiente. Una desafección de la ciudadanía, producto de que la expectativa generada por Jaiver Milei ha decrecido y el peronismo no es visto aún como alternativa deseable. Eso ha fortalecido (salvo en CABA) a los oficialismos locales, en un contexto de progresiva provincialización del sistema político (es el caso de los Frentes sin anclaje nacional que gobiernan por ejemplo Santa Fe, Misiones, Salta, Chaco, Neuquén, Córdoba, Río Negro o Santa Cruz).

3) En el caso de CABA la Libertad Avanza apostó con éxito a la nacionalización para acorralar a Macri y polarizar con el kirchnerismo. Si se observan las otras provincias (casi sin involucramiento personal de Milei) su desempeño fue modesto (en torno al 15%).

4) Aún con deterioros el gobierno nacional conserva niveles de apoyo importantes, donde se combinan un núcleo firme de adhesiones ideológicas (que antes adhería a Juntos para el Cambio), un contexto de baja inflación y leve crecimiento y debilidades de las opciones opositoras.

5) Ese cuadro de situación podria alterarse en caso de implosión de una macroeconomía insustentable con apreciación cambiaria, pero eso dificilmente ocurra antes de los comicios de octubre.

6) Por lo demás, queda claro que la opción geopolitica diseñada por Milei rindió sus frutos. Cuando enfrentaba un precipicio cambiario con pérdida incesante de reservas Trump y el FMI le facilitaron un préstamo que estuvo bien por encima de las estimaciones previas. Todo sea para que no retorne "el populismo".

7) Es palpable que permanece un clima nacional refractario al peronismo. Entendible por las dificultades de su último gobierno, insondables rencillas internas que continúan y una identidad programática entre silente y confusa. 😎 El peronismo, que ha tenido un buen desempeño como oposición legislativa, es el único espacio político que puede eventualmente canalizar el voto disgustado con Milei. Pero si rehuye la autocrítica y no corrige sus falencias en la construcción politica ese disgusto, como queda visto, puede desembocar en la apatía electoral.

9) La dicotomía entre kirchnerizarse o deskirchnerizarse está mal planteada. Hay que en todo caso mostrar un kirchnerismo inteligente, lo que quiere decir con capacidad para exhibir sus méritos históricos pero también admitir sus tropiezos y dar paso a nuevos liderazgos. Por lo demás, el kirchnerismo debe incluir con generosidad a sectores que nunca han sido ni serán kirchneristas, y y también a identidades que no han sido ni serán peronistas, bajo las banderas irrenunciables de una profundización de la democracia y de un desarrollo económico soberano y con justicia social.

10) La pésima idea de haber acompañado la suspensión de las PASO abre un grave escenario de fragmentación en todas las provincias. La única forma de evitarlo es dar paso a un conducción más horizontal y federal, y que perfeccione una propuesta nacional y popular que se muestre en condiciones de recuperar la confianza social perdida para derrotar a la Libertad Avanza en las elecciones de octubre.