Por Eduardo Luis Aguirre

 




Uno de los significantes que más incógnitas depara en nuestra época es, paradójicamente, la categoría de izquierda política. La derrota que las expresiones institucionales del marxismo clásico sufrieron a fines del siglo pasado, la deriva de las estrategias y de la fisonomía de las ideas de izquierda y el eufemístico fin de las ideología, confirmaban la imposición unánime del capitalismo neoliberal como nuevo y único bloque capaz de disciplinar al mundo sobreviniente a partir del Consenso de Washington.

Por Eduardo Luis Aguirre

 


Acuciado por una multiplicidad de problemas, externos e internos, el descafeinado socialismo español que conduce el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha ido asumiendo medidas que lo reconcilian con sus tradiciones ideológicas, para regocijo de sus aliados de Unidas-Podemos y las evocaciones oportunistas (un verdadero golpe bajo) del Partido Popular y la anomalía política que encarna VOX desde la ultraderecha, ambos sin respuestas políticas frente a los anuncios.

Por Manuel Monereo (*)

 

 

"Este 'momento unipolar' tuvo una consecuencia perfectamente lógica y predecible: predispuso más a EEUU al uso de la fuerza en el exterior. Eliminada la amenaza soviética, EEUU quedó con las manos libres para intervenir prácticamente en cualquier lugar y momento que considerara oportuno", Robert Kagan (2003)


Una gran potencia es hegemónica cuando consigue -por los medios que sea- que sus aliados compartan, hagan suyos sus objetivos estratégicos, sus definiciones geopolíticas y sus líneas básicas político militares.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

En las elecciones andaluzas del domingo pasado arrasó el Partido Popular. Como contrapartida, el socialismo de Pedro Sánchez perdió por casi 20 puntos obteniendo uno de sus resultados históricos más pobres. Andalucía fue durante mucho tiempo un bastión del PSOE. La derecha conmocionó esa regularidad y ganó esta vez con mayoría absoluta.

Por Eduardo Luis Aguirre

Hace tiempo que el gaullismo tradicional y el socialismo venían languideciendo sin solución de continuidad. Extrañamente, la izquierda histórica había llegado al Elíseo hace poco más de una década. Los cambios, la permanente volatilidad política francesa se transformaron en una constante de última generación que no parece remitir. El propio Macron es un emergente de ese nuevo clima de época.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

Gustavo Petro y Francia Márquez ganaron algo más que una elección en Colombia, un país hermoso y a la vez crucial en la región, atravesado por la desigualdad y la violencia y convertido en una suerte de portaaviones estadounidense, un territo ocupado por una cantidad indeterminada de bases militares del imperio, según destaca Telma Luzzani.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

La prensa hegemónica de occidente logró, una vez más, contribuir a correr el eje de una contradicción principal. En las últimas elecciones presidenciales francesas, instó a votar por el neoliberal Macron para evitar el advenimiento de lo que significaba un pretendido abismo: el triunfo de la formación reaccionaria que postulaba a Marine Le Pen. Macron ganó, Le Pen fue derrotada y la maniobra logró además su objetivo subliminal y clandestino: postergar a Jean Luc Mélenchon.

Por Lidia Ferrari (*)


En Italia el 12 de junio se realizó un Referéndum sobre la Justicia. En verdad para la In-Justicia. Partidos de derecha y acólitos del poder varios querían que el pueblo votase una reforma para ablandar las pocas leyes que sirven para meter presos delincuentes y evitar que accedan a cargas públicas. Tarea muy difícil en Italia. En fin, fueron a votar menos del 20% del electorado.