Por División Las Heras


En poco más de cien días aciagos, ha quedado claro que a  estas nuevas derechas no se le pueden dar ventajas. A su sólida representatividad de antiguas hegemonías e intereses foráneos, claramente contrarios a los de la mayoría del pueblo argentino, le añaden un equipo de lúmpenes burgueses dispuestos a hacer la tarea sucia capaz de provocar a la Argentina un retroceso en tiempo récord, desmontando las tareas incompletas del desarrollo  autonómico articuladas por el gobierno kirchnerista durante más de diez años. Con su enorme potencialidad transformadora y sus contradicciones, sus errores y sus crípticas opacidades, por todos conocidas. 
Dispone además, el gobierno neocon criollo, de vínculos empresariales que se conjugan con la complicidad sin límites de los medios de comunicación dominantes, especialistas en impactar en la opinión "pública", en particular en la de los sectores más despolitizados de las clases medias urbanas. 
La disputa sobre la cultura se salda, en buena medida, en esos territorios. En la capacidad popular de articular sistemas de información alternativos, y no tanto en los medios de comunicación convencionales, jaqueados por la creciente falta de legitimidad y confiabilidad con las que la mayoría del pueblo comienza claramente a identificarlos.



Esos medios, igualmente, han intentado infructuosamente -hasta ahora- subalternizar, con la absurda novela de un plantel  de corruptos de cabotaje, la inscripción de Macri y sus principales acólitos en un sistema de control global. Un círculo de poder financiero al que bien podríamos denominar imperialismo, perpetrador de la debacle de países enteros (denunciada hasta por el propio Presidente Obama), violentando, las reglas impuestas por la mismísima "comunidad internacional" a la que durante tanto tiempo el establishment argentino dijo querer parecerse. Báez pasa a ser, de esa manera, la "contracara" pedestre ("fea, sucia y mala") , menor, de un gigantesco sistema de expoliación global del que participa protagónicamente la matriz macrista. Esa que los medios argentinos, en soledad global, naturalizan, cuando no invisibilizan sin remordimiento ni prurito alguno. Hasta que comienza a agitarse la pesadilla tan temida: los vínculos del chivo expiatorio con el riñón del macrismo.

Hace unos días  Carlos Pagni advertía en La Nación que la campaña “mani pulite” que están impulsando groseramente los medios concentrados y el Partido judicial brasileño contra Dilma, preocupan a empresarios y funcionarios argentinos:

“... ahora sobran testimonios de legisladores que reciben llamadas de antiguos funcionarios y empresarios preocupados por un uso imprudente de estas normas. No vaya a ser que Brasil sea un espejo que adelanta.

El espejo brasileño devuelve una imagen deformada a la Argentina. En 2004, Moro estudió el proceso mani pulite (http://s.conjur.com.br/dl/artigo-moro-mani-pulite.pdf), que en 1992 produjo en Italia una revolución en cámara lenta. Extrajo una lección: como la corrupción suele ocultarse en sofisticados montajes institucionales, es indispensable contar con arrepentidos que ofrezcan precisiones sobre los delitos. Y para que los delincuentes se arrepientan hace falta meterlos en la cárcel. El método desata reacciones en cadena: el preso que supone que en otra celda alguien lo delata, pide confesar sus fechorías para negociar la pena. La otra enseñanza de los fiscales italianos fue que las investigaciones deben legitimarse ante la opinión pública con la filtración de datos a la prensa..... Los magistrados están hiperactivos para autopreservarse". 
 El columnista anticipaba que el gobierno puede haberse arrojado a una ciénaga sin fondo que terminará fatalmente devorándolo. 

Así como en su momento anticipábamos que la citación a CFK de Bonadío era sólo una enorme pantalla para ocultar el particular negocio real que habían hecho Macri y sus Ceos con el dólar futuro y que C5N detallaba en absoluta soledad, creemos que aún con el manejo de los “arrepentidos”, el Poder Judicial y la creación de un clima de época mediante los medios hegemónicos, el tiro al gobierno le puede salir otra vez por la culata. Igual que al juez autonomizado, enterrado a manos de una primera multitud de decenas de miles de militantes que acompañaron un día hábil bajo la lluvia a CFK, en la primera gran pueblada contra la derecha encaramada en el gobierno. La primera de tres en cinco meses.

Los promotores de la mani pulite vernácula están caminando por el filo de la navaja, ya que el poder real sigue siendo el mismo y tanto jueces aptos para todo servicio, empresarios, políticos “influyentes” y medios concentrados siguen siendo también los mismos. Que se encuentran estrecha y peligrosamente (para ellos y para el gobierno) emparentados en sus intereses de clase con los burgueses litoraleños del Brasil. Y  en el caso de los empresarios, hasta a veces son los mismos a ambos lados de la frontera o al menos conservan  lazos carnales.

Esto genera una situación extremadamente complicada para el gobierno, ya sea por su incapacidad manifiesta o por su preocupación centrada exclusivamente en transferir riquezas a los sectores más concentrados del capital, y en atender sus rapaces intereses particulares, que quedaría una vez más al descubierto. Basta recordar que hasta en el episodio de Báez asumen un rol protagónico personajes "vinculado"s a Macri.

Mientras tanto, los CEOS en el gobierno siguen sembrando miedo (encarnan la nueva "inseguridad" percibida como principal temor por los argentinos) y devastación, disminuyendo el salario promedio al del año 2007, lo que augura que ninguna recuperación será fácil ni rápida, a menos que el próximo gobierno nacional y popular decida llevar adelante las tareas incumplidas por un keynesianismo táctico que ha demostrado que es capaz de producir un empoderamiento masivo y provocar una inclusión social sin precedentes. Pero que también se ha revelado como insuficiente e incapaz de desapoderar a los sectores hegemónicos de segmentos estratégicos de la economía y la cultura.

Lejos de parar la pelota, la lumpenburguesía acelera -mientras tanto- la destrucción sistemática de la riqueza nacional  y multiplica el endeudamiento del país. La pulseada contrahegemónica debería llevar a fondo  las investigaciones de corrupción, cuentas off shore, complicidad con los sectores más concentrados de la economía interna y con los centros financieros de mayor densidad del capital mundializado, la evasión, el enriquecimiento ilegal de políticos y empresarios para, al menos, dejar en evidencia de que es la matriz del robo la que caracteriza la rapacidad neoliberal. También su adscripción a formas de disciplinamiento y control que pasan por la construcción de un nuevo enemigo -el narcotráfico- respecto del cual no habrá límites ni garantías en una "lucha" que binariza la conflictividad y militariza la disputa, incluso con la participación de potencias que representan la centralidad misma del imperio.
La respuesta popular debe pasar por la consolidación de un bloque histórico, que acierte en la construcción de una diagnóstico y una propuesta política que hasta ahora (debemos admitirlo) no existe. Que obviamente deberá ser llevada adelante por el pueblo “empoderado”. O sea, con la participación consciente, organizada y activa de las grandes mayorías.
La ardua transición admite escenarios distintos. Uno, reproduce la deriva conservadora que parece no tener fin, y en ese caso estaríamos ante un epílogo abierto que obliga a pensar alternativas de cara a la necesidad de generar una densidad democrática acorde con escenarios rupturistas provocados por la derecha en el poder y los millones de nuevos pobres y desocupados que habrá generado en estos meses. En ese caso, el pueblo deberá estar igualmente atento a las pulsiones exógenas, que no suelen ser contemplativas ni piadosas con los gobiernos autonómicos y las gestas emancipatorias en cualquier lugar del mundo. Ese contexto hipotético permitiría una exhibición obscenamente tergiversada de la realidad objetiva. Las grandes cadenas comunicacionales han demostrado ser especialistas en este sentido.
Otro contexto posible -igualmente complejo- es que la bicicleta financiera y el eudeudamiento suicida le den un aire inesperado al gobierno, a costa de nuevas calamidades.
Un aire que debe ser interpretado en su real dimensión. Los ingresos de capitales en un marco de bicicleta financiera complaciente (apertura de cuenta de capitales) contribuyen a financiar los déficits de las cuentas corrientes (la álgida relación exportaciones-importaciones) o el balance comercial (mediante los que se incorpora servicios.  Cuando la tendencia se revierta y revele la profundidad de aquella ficción macabra, la clase trabajadora será -nuevamente- la que mayores daños sufrirá. Y será también , como siempre, el sector más dinámico y progresivo de cara a las contradicciones que vienen.