"El abolicionismo penal como proceso de transformación cultural inacabado" fue el título de la clase pública con la que Maxi Postay vino a cerrar el curso de Sociología Jurídica en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam. El encuentro tuvo lugar el pasado día 15 de junio, y se convirtió en un espacio de indiscutible centralidad epistemológica, en términos de obstinada reedición de los espacios de pensamiento crítico que ponen en cuestión las categorías dogmáticas, ritualistas y burocratizantes que asolan los "programas" y contenidos curriculares de las escuelas de derecho en la Argentina. La intervención de Postay fue una invitación a reflexionar críticamente, replantearse los paradigmas hegemónicos y concebir el abolicionismo como una expresión rizomática en un horizonte de proyección tendiente a desmontar las distintas expresiones de una cultura colonial, patriarcal, neoliberal y represiva. Valió la pena -qué duda cabe- haber propiciado esta iniciativa por parte de la Cátedra. La venida de Postay logró su cometido: inaugurar preguntas y subalternizar las augustas respuestas con las que nos educamos en los credos convalidantes de un derecho de matriz colonizadora. Dos horas de desarrollo del tema, con un salón Azul colmado de estudiantes, egresados, funcionarios y empleados judiciales, en un día y un horario absolutamente inconvenientes para este tipo de expresiones, asumidas únicamente desde la convicción de una cátedra, así parecen confirmarlo.