Por Eduardo Luis Aguirre
"Quien enseña sin emancipar, embrutece" (Jacques Ranciere)Desde hace muchos años venimos planteando nuestra profunda preocupación respecto de la forma en que se enseñan los Derechos Humanos en muchas de las escuelas de derecho argentinas. Esa preocupacción está vinculada centralmente a un perfil de enseñanza notoriamente desagregado del resto de las materias que integran la carrera.
Pero además - y lo que es mucho más grave- predomina un dogmatismo pretendidamente neutral, que hace que los alumnos conciban a los Derechos Humanos como derivados casi mágicos de algunos ágoras que se presuponen inmaculados y por lo tanto insusceptibles de toda mirada crítica. Por ejemplo, la ONU, la OEA y sus organismos y ONG´S afines, aliadas o funcionales.
Esta sola evidencia advierte sobre una epistemología colonizadora en cuyo contexto los DDHH se incorporan en no pocas ocasiones con la misma lógica que el Caballo de Troya, enunciando significantes capaces de ser colonizados por las ideologías más regresivas.
Es claro que esto configura una problemática filosófica que amerita una discusión en ese plano. Que, hasta ahora, no fue posible dar. Ni en los ámbitos académicos ni entre las agencias encargadas de aplicar los nuevos sistemas procesales adversariales, muestra cabal y dramática de la penetración cultural señalada.
Filosofar, también en los claustros de derecho, implica la búsqueda para nada sencilla de una respuesta concreta, existencial, encarnada en la vida cotidiana. Respuestas a preguntas que generalmente no ensayamos los juristas.
Nuestra formación académica nos permite repetir y memorizar el derecho sucesorio de la nuera viuda, la altitud que debe poseer un cerco para que se tipifique el hurto agravado por escalamiento, las "teorías del caso" o las extravagantes especulaciones acerca de si el hombre puede ser víctima de abuso sexual por parte de la mujer. Hipótesis construidas en base a conjeturas abstrusas, casi delirantes, pero nunca inocentes.
Por eso, mientras conjeturamos por estos avatares desopilantes, otras pregunntas que fatalmente en algún momento deberíamos hacemos, carecen de respuesta. O, lo que es peor, ni siquiera se abordan ni se enuncian en las aulas. Por ejemplo, el atraso de nuestra legislación interna en materia de delitos ecológicos, la noción de testigos-testimoniantes (crucial para entender los testimonios de las víctimas del horror), la filosofía jurídica del patriarcado,el rol trascendental de los tribunales de opinión, la influencia de las leyes antiterroristas y los nuevos sistemas procesales respecto de los pueblos originarios y demás grupos vulnerables o la relación entre derecho penal y materialismo filosófico. Observemos la mayoría de los planes de estudios y programas analíticos se escamotea el análisis histórico, jurídico y político de los tribunales Russell-Sartre o del Tribunal Permanente de los Pueblos, por citar solamente dos ejemplos emblemáticos, que desconocen muchos alumnos y algunos docentes.
Esas ausencias tangibles no son producto de la casualidad ni tampoco exponen (solamente) un déficit en la articulación programática de nuestra facultades. Importan el señorío de un derecho que se enseña en clave de reproducción de las relaciones de dominación de las sociedades y del mundo en su conjunto, absolutamente alejado de una concepción emancipatoria.
Por eso no nos queda claro si la emergencia de los DDHH son el producto de una derrota histórica o de de una victoria cultural. Y esa disyuntiva crucial abre la puerta a otras discusiones no menores.
La primera de esas reflexiones pendientes debería apuntar a la relación entre Derechos Humanos, sistema jurídico internacional y conflictos globales, absteniéndonos de la tentación maniquea de renunciar a una mirada alternativa respecto del sistema internacional institucional de Derechos Humanos. Más claramente: los Derechos Humanos, planteados desde una lógica emancipatoria (categoría ésta que, para muchos, supone incluso la admisión de un duelo de la revolución y la liberación como categorías históricas).
A partir de allí, deberíamos indagar qué es lo que se ha hecho en nombre de los Derechos Humanos, si tanto la OEA como algunas promocionadas ONG´s latinoamericanas -de las que nadie habla- han sido copartícipes de la creación de sistemas acusatorios con las que todos podemos estar de acuerdo, salvo por la forma en que la cultura de los operadores los aplica, lo que deriva en una macdonalización de la justicia y un crecimiento exponencial de la población reclusa, ratificando de tal manera la generalizada sospecha de que la legalidad internacional se corresponde mucho más con la relación de fuerzas vigente que con la idea de justicia, suponiendo que la misma fuera unívoca. Y, en nuestro caso, y volviendo a nuestro sistema procesal, la preparación de los futuros juristas en el tema se realiza desde justas medievales de litigación que, encima, se conciben como parte de la enseñanza de los Derechos Humanos. Sobre las consecuencias político criminales de los códigos, que son las mismas en toda AL, nadie parece ocuparse. Los simulacros de litigios en espacios imaginarios sustituye en la práctica a una mirada emancipatoria sobre el tema.
Entre esas ONG´s, figura, como sabemos, el CEJA. Una poderosa organización que, al menos en una oportunidad (eso surge de la documentación que hemos podido encontrar) habría sido financiada por la USAID (1). Ahora bien: ¿qué es la USAID? Al parecer, nada más y nada menos que uno de los arietes de la intervención imperial en América Latina. La escritora Stella Calloni lo explica de esta manera: "Estados Unidos ya nos tenía invadidos por debajo con todas esas fundaciones, como la National Endowment for Democracy (NED), “por la democracia” – que es una mentira absoluta- , la USAID y otras tantas fundaciones. Habían invadido la base social con una especie de tela de araña. Esos movimientos sociales extraordinarios libraron luchas contra las medidas neoliberales, y derrotaron al neoliberalismo en las calles, debilitándolo con los nuevos gobiernos.
Entonces yo creo que es un error decir que los actuales gobiernos son neoliberales. Son gobiernos que tienen otra constitución. Veamos el caso de Michel Temer en Brasil : era espía del Comando Sur, y además pertenece a fundaciones de Estados Unidos. Todos estos presidentes y gobiernos son formados desde Washington. Tienen asesores estadounidenses e israelíes.
En el caso de Argentina, Israel tiene mucho peso, como lo vimos con el reciente viaje de Netanyahou y las posiciones que ha tomado Argentina, que por primera vez votó en el tema de la capital de Jerusalén, decidida por Estados Unidos. Es otra vergüenza para el mundo, que un país extranjero decida cual va a ser la capital de otro país". De esta manera completa Calloni su idea: "hay muchísimas ONGs, como Provea, que también está en Venezuela, que responden a grandes fundaciones, que a su vez obedecen a agencias de inteligencia USAID y NED" (2).
Según un artículo de José Steinslegerlo "desde 1776, los gringos no mueven el dedo del renglón. Y organismos como la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés) está entre los muchos mecanismos de que disponen para plagarla América de miserias en nombre de la libertad.Con base en archivos desclasificados del Departamento de Estado y la CIA, la copiosa información procesada durante años por Allard y Golinger deja pocas dudas: de Irak a Venezuela, la USAID es uno de los mecanismos de inteligencia y desestabilización más activos del mundo. La USAID tomó forma en la llamada Oficina de Seguridad Pública (OPS), establecida en 1957 por el presidente Dwight Eisenhower con el propósito de entrenar y formar fuerzas policiales en otros países. En 1961 fue creada como una entidad dedicada a laayuda humanitaria, y se convirtió en agencia oficial con el fin de operar en los países coninclinaciones antidemocráticas.En realidad, la relación entre la USAID y la CIA no es nueva. En 1974, por ejemplo, el gobierno clausuró una división de la USAID utilizada para entrenar, financiar y armar a más de un millón de policías en América Latina, Asia y Medio Oriente. Pero en 2009, la incorporó a la llamadaIniciativa Interferencia de Contrainsurgencia, junto al Departamento de Estado y el Pentágono (3) . Según el analista Arturo Ledezma "La USAID... es la Agencia que se encarga de ir, país por país, metiéndonos en la cabeza que los Estadounidenses están acá para ayudarnos a superar nuestra imbecilidad ramplona de sudacas desnudos y con taparrabo mental. Se meten en nuestros colegios, arman proyectos de cooperación con las ONG’s y así pasan colados para meternos el Speak in english de sus políticas de consumo y superación.En Bolivia el presidente Evo Morales los sacó cagando y declaró en 2013 “Hemos decidido expulsar a USAID de Bolivia, se va USAID de Bolivia”. En Ecuador ahora Correa está haciendo lo mismo. Ya que más allá de que puedan ocultarse bajo la sana idea de la cooperación no-armada todos sabemos que un gringo desarmado ayudando a otro pueblo es un gringo mintiendo. Rafael Correa lo dijo clarito “No vamos aceptar ser colonia de nadie”. Bien hecho. Nosotros desde Chile tenemos una presidenta que lo único que declara en relación a EEUU es “The roof is on fire” y nos tira a la pista a bailar a todos" (4).
Uno puede discutir legítimamente, desde su sistema de creencias, la veracidad de toda información. Pero lo que quizás no pueda poner en tela de juicio, es que la USAID financió al CEJA , al menos en una oportunidad, según las constancias que surgen de la documentación aportada. Y la incidencia que el CEJA tuvo y tiene en la puesta en vigencia, implementación y promoción de nuestros códigos procesales y sus consecuencias: el Ceja dicta cursos, capacitaciones, hace auditorias sobre el funcionamiento de nuestra justicia, promueve instancias de "acceso a la justicia", etc,etc. Preocupante por donde se lo mire, un brazo cultural de las nuevas formas de control colonial estaría entre nosotros. Y nadie, hasta ahora, ha querido debatir sobre el particular. Algunos por conveniencia, otros por afinidad ideológica, y otros porque no perciben que lo que está en juego, en estos casos, es mucho más que un diseño normativo.
(1) INFORME TRIMESTRAL DEL CENTRO DE ESTUDIOS DE JUSTICIA DE LAS AMÉRICAS, Enero 2.002 a Marzo 2.002, disponible en http://biblioteca.cejamericas.org/bitstream/handle/2015/134/trimestre06.pdf?sequence=1&isAllowed=y
(2) https://www.investigaction.net/es/stella-calloni-en-america-latina-hay-un-proyecto-de-recolonizacion-regional-2-2/