Por Lidia Ferrari
A la angustia, a la desesperación, a la impotencia, a las ganas de llorar hay que ponerle palabras. Nos están saqueando, robando, matando. Encontrar las palabras. Durante el gobierno de AF se hablaba todo el tiempo de lo mal que estábamos, del hambre. Creo que había más palabras para el hambre que ahora que es mucho más difícil para un padre o una madre darle de comer a sus hijos. Es que son las palabras las que le dan o no existencia a lo que nos sucede.
Ahora parece que hay hambre sin palabras. Entonces no se ve. Los medios ocultan el desastre, lo que hacen siempre. Contribuyen al desastre cuando es un gobierno que no les gusta. Tenemos que decirlo de alguna manera. En el 2001 y con el corralito la desesperación le puso palabras al saqueo, al robo: ¡Que se vayan todos! Hay que encontrar las palabras para este robo colosal al bolsillo de cada argentino, a la dificultad de sostener la vida cotidiana. Algunos todavía tienen un resto acumulado de cuando se decía que estábamos muy mal, que no se podía estar peor. Esas palabras decían y actuaban. Por eso se votó el cambio, ‘no se podía estar peor’. Ahora se está muchísimo peor, pero no se lo nombra. Eso paraliza la reacción. Hay que ponerle palabras a lo que nos están haciendo. Es urgente. Es lo que hará reaccionar a la clase política y a todo el pueblo sufriente. No es lo mismo un gobierno que te subsidia remedios y pasajes que el que te los quita. Aquí reside la inconmensurable diferencia que no pueden confundirnos con que todos son iguales. Por eso, ahora, no es que se vayan todos. Habrá que encontrar las palabras. Ponerle palabras para actuar y terminar con este estado de cosas antes que el estado de cosas nos termine a (casi) todos.