El existencialismo es un humanismo complejo. En esa complejidad, la noción de libertad se parece, siempre siguiendo las máximas sartreanas, a lo que somos capaces de hacer con lo que hicieron de nosotros. Una de las herramientas que nos permite ejercer la libertad, concebida en esos términos, es el conocimiento comprensivo de los procesos totales. Debo admitir que creo, todavía, en la totalidad, en la construcción de un relato holístico alternativo capaz de soñar con un mundo más justo, entre otras cosas, porque la muerte de las ideologías y el fin de la historia fueron los paradigmas más efímeros y embusteros de la historia de la humanidad. Pero esta perspectiva no se contradice ni impide la posibilidad de estar atentos a los procesos microfísicos subyacentes, sobre todo en lo que tiene que ver con la historia y el poder. Veinticinco años es mucho tiempo en el ejercicio de la docencia. Demasiado como para obturar la emergencia de cuadros que nosotros mismos hemos contribuido a formar a lo largo de un prolongado trajinar en el grado. Y el trasvasamiento generacional, en mi modesta opinión, es imprescindible en la academia para poder deconstruir relaciones históricas y arcaicas de poder y profundizar la horizontalización del conocimiento y el pensamiento crítico. El primer cuatrimestre de 2015 será, seguramente (al menos, eso espero) mi último año al frente de la cátedra de Derecho Penal II en la UNLPam. Como 2013 lo fue respecto de Adaptación Profesional en Procedimientos Penales. En ambas asignaturas, existen los recursos humanos más prestigiosos, una camada de nuevos exponentes jóvenes por demás capacitados. Me parece un sano ejercicio de alteridad propiciar y facilitar los espacios institucionales a las nuevas generaciones. Una práctica imposible de desagregar del rol del docente. La docencia es eso. Un proceso de construcción colectivo, silencioso, profundamente transformador y democrático. Ejercido pensando en los otros, en el conjunto social y en la potencialidad creadora y revolucionaria del pensamiento. En la articulación de relaciones sociales y la permanente provisión de significados.Lo que había anunciado hace un año (por eso el video), parece aproximarse aceleradamente, en el marco de una historia mínima más, respecto de la cual -también en este caso- somos a la vez producto y sujetos creadores.
ACADEMIA, HISTORIA Y PROCESOS TOTALIZANTES. DE HISTORIAS MÍNIMAS Y TRASVASAMIENTO GENERACIONAL
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