Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

Los amigos de la militancia son, definitivamente, una herramienta de evocación continua de recuerdos e ideas. Después que Alberto Gurruchaga escribiera en este portal un breve y formidable artículo (“El desafío de la transición energética”), nos quedamos conversando sobre la singularidad de un momento donde pareciera que la preservación del medioambiente y la necesidad acuciante de exportar por parte de la Argentina fueran dos términos irreconciliables de una ecuación que dista de haberse formulado correctamente.


El primer recuerdo de ese encuentro fue para Andrés Soliz Rada, a quien su propio pueblo, conociera como el Guardián de los Recursos Naturales Bolivianos. Soliz Rada falleció el 2 de septiembre de 2017, luego de ponerse al hombro una de las cuestiones económicas y geoestratégicas más sensibles del Altiplano durante el primer tramo del gobierno de Evo Morales Ayma. Evo, el portador de la wiphala, reivindicó a la Madre Tierra, a la cultura indígena, su idioma, su arte, su lengua, su peculiar cuidado por los recursos naturales, por la fauna, la flora y las riquezas naturales. El que forjó una República Plurinacional donde el Buen Vivir era un eje de centralidad indiscutible, convocó a ese firme luchador por una Patria Grande Unida para trabajar en el área más trascendente del país fundado por Simón Bolívar. Andrés fue la máxima expresión política e intelectual de la Izquierda Nacional en Bolivia. Heredero del gran Sergio Almaraz Paz y de nuestro Jorge Abelardo Ramos, Andrés dedicó su vida a pensar y luchar por la independencia y la soberanía de su país y por la unidad que mancomunaba a los grandes patriotas de América unida.

En sus años mozos, Soliz tuvo un paso por el Partido de Izquierda Stalinista que en Bolivia lideraba Sergio Almaraz Paz. Con el advenimiento revolucionario nacionalista del MNR, se va del comunismo y ensaya su primera militancia desde una perspectiva marxista que reivindicaba el nacionalismo popular. En ese momento aparece en su vida una figura consular de la Izquierda Nacional. Jorge Abelardo Ramos visita La Paz y a partir de ese momento Soliz Rada abraza el ideario marxista, nacional y antiimperialista que encarnaba Abelardo.

En 1970, desde esa nueva perspectiva, dio su apoyo al gobierno de los generales Ovando y Torres, y desde el sindicato de los periodistas paceños bregó por políticas públicas que encarnaban el nacionalismo económico de ambos líderes.

Al caer el General Juan José Torres, a manos de un oscuro golpe encabezado por Hugo Banzer Suárez, Andrés Solíz Rada se exilió en Argentina en 1972.

Cuando regresó a Bolivia fundó, con “El Compadre” Carlos Palenque, el movimiento nacionalista CONDEPA (Conciencia de Patria) siendo su gestor ideológico, llegando a ser diputado nacional en dos ocasiones (1989 y 1997), senador de la República y presidente de la Comisión de Política Internacional de la Cámara de Diputados (1997-1998).

Varias veces visitó la Argentina. En 2005 presentó el libro de su autoría “Jorge Abelardo Ramos y la Unión Sudamericana – Del Mercosur a la Patria Grande” en un acto que desbordó de público el Salón Ignacio Rucci de la sede de la CGT de la calle Azopardo.

Se caracterizó por la férrea defensa de la soberanía de sus recursos naturales, tarea que llevó adelante desde sus libros y numerosos artículos.

Al asumir como presidente Evo Morales, nombró a Soliz Rada como ministro de Hidrocarburos y le tocó llevar adelante la tercera nacionalización del petróleo boliviano. Allí lo encuentra la historia. En la custodia del petróleo y del gas. Una custodia que, desde luego, implicaba el engrosamiento de la renta nacional evitando la explotación extranjera del recurso, pero nunca desdeñando su cualidad fundamental para el desarrollo equitativo del pueblo boliviano."El decreto de nacionalización desató un proceso revolucionario" decía Soliz.

Si lo hicieron Evo Morales, Solís Rada y el pueblo boliviano, sin que a nadie se le ocurriera dejar de lado la extracción y comercialización de un producto vital, quizás sea hora de medir el alcance de las posiciones que se asumen de cara a a esta actividad extractiva, de los controles nacionales que pueden minimizar las consecuencias socioambientales que preocupan a muchos activistas argentinos en un momento en que el país necesita de esa renta y además debe hacerlo en un plazo exiguo que fijan unilateralmente los países más poderosos y contaminantes de la tierra. Esa es la tarea verdaderamente nacional, popular y revolucionaria. La de Mosconi, la de YPF, la de Ramos, la de Jauretche. La que hizo posible el monopolio estatal de la exploración, la explotación y el traslado de combustibles con una YPF autónoma. No fue casualidad que esos pasos decisivos los dieran dos gobiernos populares en nuestro país. Porque el Yrigoyenismo fue fundamental para encarar la tarea de recuperar la riqueza “de las entrañas de la tierra”. Ese fue el camino que nos mostró, sin fecha de vencimiento, Soliz Rada, el Guardián de los Recursos Naturales del Alto Perú.



Fuente:

Ramos, Jorge Abelardo: “Revolución y Contrarrevolución en la Argentina”, Tomo 5, “La era del peronismo”, Ed. Peña Lilo, 2013.

Fernández Baraibar, Julio: El Guardián de los Recursos Naturales de Bolivia ha muerto, La señal, disponible en file:///C:/Users/aguir/OneDrive/Documentos/ANDR%C3%89S%20SOL%C3%8DS%20RADA%20_%20El%20Guardi%C3%A1n%20de%20los%20Recursos%20Naturales%20de%20Bolivia%20ha%20muerto%20%E2%80%93%20La%20Se%C3%B1al%20Medios.html