Por Francisco María Bompadre
La película “El experimento” fue dirigida por Oliver Hirschbiegel en el año 2000. Este film es una ficción sobre un estudio real que se hizo en los EE.UU bajo la dirección del profesor Philip Zimbardo en los principio de los años 70. Las investigaciones llevadas a cabo tenían por objeto estudiar y analizar la obediencia a la autoridad y captar la esencia de la actitud obediente y voluntaria. Si bien pensado para durar dos semanas, el experimento real debió suspenderse a la semana de estar en ejecución por miedo a que se produjera en los voluntarios un daño irreparable en sus cuerpos y mentes.
En dicha ficción, se buscan voluntarios para participar durante 14 días en un experimento acerca de una prisión simulada; la oferta se publicita en un diario de circulación masiva, y se ofrece a cambio de la participación un considerable suma de dinero. El experimento se centra sobre la conducta en la cárcel, destacándose el análisis en la obediencia/desobediencia a la autoridad.
La dirección del experimento está a cargo del profesor Thon, quien se encuentra asistido por la doctora Grimm y un encargado de vigilar y monitorear las cámaras de vigilancia. Una vez que los voluntarios se encuentran reunidos en una sala de espera, la doctora Grima presenta al profesor Thon y éste les dice que son muy valientes en participar en el experimento: los voluntarios en su mayoría se ríen, todo sucede un clima de humorismo y soltura, pero el profesor les aclara que habla muy en serio. Luego presenta el experimento diciendo que cada uno de ellos serán presionados y presionarán, que se va a tratar de una experiencia nueva, y que algunos de ellos deberán renunciar a sus derechos civiles durante dos semanas (plazo estipulado del experimento). El profesor Thon les aclara que no deben subestimar la renuncia a sus derechos civiles, y les pregunta si alguno desea abandonar el experimento: obteniendo por resultado que nadie lo hará.
Entre las reglas se establece como prioridad la seguridad de los voluntarios, y el no uso de la violencia, bajo sanción de ser expulsado del proyecto. Acto seguido el profesor pide que se pongan de pie determinados voluntarios que son asignados al rol de guardiacárceles, y a quienes se les da los uniformes y los elementos (esposas, silbatos, bastones, etc.) necesarios para desempeñar sus tareas. Todo el ritual de vestirse, ponerse el uniforme, tomar los bastones, las esposas, etc., es realizado por los guardiacárceles con mucha diversión y haciendo bromas entre ellos. El profesor Thon les dice que a partir de ese momento son guardiacárceles, y su trabajo es mantener la paz y el orden, y que se acaten las reglas. También les dice que su primer asignatura es explicarle la situación a los prisioneros. Pasan a los bañarlos en las duchas con mangueras y les dan un camisón para ponerse, que lleva un número que los identifica, un par de hojotas para calzarse y no tienen ropa interior para usar. Luego, van todos hacia las celdas para asignarlos. Son llevados por los guardiacárceles y durante el recorrido, en un clima de entusiasmo y relajación, un guardia llama la atención de un preso por el número que lleva en su bata. Esto provoca que todos los internos miren qué número le toco a cada uno de ellos. Hacen fila y entran por un pasillo hacia las celdas. Los guardias les piden a los prisioneros que se formen detrás de la línea blanca trazada en el suelo del pasillo de las celdas. Uno de los guardias les lee las reglas a los prisioneros: la primera regla establece que se los identificará y se identificarán entre sí sólo por el número que llevan. La segunda establece que a los guardias se los llamará “Sr. Guardia de Prisión”. La tercera regla expresa que cuando se apaguen las luces los prisioneros no deben hablar entre sí (hasta ese momento aún persiste un clima de camaradería, ejemplificado en el caso que uno de los prisioneros al escuchar esta regla contesta “entonces cantaremos”). La cuarta, establece que los alimentos se deberán consumir por completo (uno de los prisioneros retruca entonces “léanos el menú”, y todos los demás aplauden). La quinta regla obliga a obedecer inmediatamente cada orden de los guardiacárceles. La sexta, sanciona la desobediencia de una orden con un castigo que no se especifica; y ante la consulta de un interno sobre el tipo de sanción un guardia expresa que son flexibles. Finalizado esto, los internos son ubicados de a tres por celda. El lugar cuneta con cámaras filmadoras para que se pueda ver lo que está sucediendo. El líder que asume el rol de tal desde el principio es un ejecutivo, que según sus propias palabras en la entrevistas personal con los responsables del experimento expresa que “varias personas trabajan para mi”. Ninguno de los voluntarios tuvo algún tipo de experiencia en prisión alguna, por lo que no se puede atribuir sus conductas a esas experiencias previas que en este caso están ausentes.
Primer Día: Una vez realizadas las cuestiones formales y ubicados los internos, los guardias los dejan pasar el tiempo libremente. Varios de los presos se ponen a jugar al básquet y como les falta un jugador para completar el juego, invitan a uno de los guardias, que si bien titubea al principio luego accede y se pone a jugar; en ese momento el líder de los guardiacárceles (Kamps) le dice y le hace señas para que salga de ahí y no se mezcle con los presos. Hace sonar el silbato poniendo a los prisioneros detrás de la línea blanca, pero uno de los internos sigue picando la pelota de básquet y se la da a 77, quien se la tira a un guardia (Eckert) y se cae al piso por el golpe de la pelota que lo agarra desprevenido. Luego en la cena se da un nuevo conflicto entre guardiacárceles y prisioneros, cuando el preso 82 (Schütte) no quiere tomar su leche (cumplimiento de la regla cuarta) y Eckert le dice que debe tomarla igual, momento en que nuevamente interviene 77 y la toma él: y le dice al guardiacárcel “uno a cero a nuestro favor”. En ese momento 77[1] se ha ubicado en el rol de líder de los internos. Frente a esta situación el líder de los guardias los obliga a terminar de comer en dos minutos, pero no sanciona a nadie. Cuando todos los internos vuelven a las celdas, el compañero de 77 que leva el número 38[2] le dice a éste que fue un idiota por lo que hizo.
Una vez que están todos los internos dentro de sus celdas se apaga la luz y Eckert les dice a los internos que no se habla más, y cuando un interno le retruca qué sucederá si alguien habla, el guardia titubea y lo amenaza con que lo hará hacer lagartijas. Cuando todos los guardias se juntan en su lugar a comer, el líder de los guardias Kamps le dice a Eckert que no se deje manipular por los internos, y pasa a charlar con el resto de los guardias sobre los hijos de cada uno, cuando Eckert sale rápidamente caminando hacia las celdas, llega a la de 77, le dice que salga y se ponga a hacer lagartijas. Por su parte, 77 le dice que no tiene inconvenientes en hacerlas pero que se lo pida de una manera más amable; entonces Eckert hace salir a los dos compañeros de celda de 77 y los pone a los tres internos a hacer lagartijas. Uno de los momentos importantes es cuando el guardia fanfarronea y le dice a 77 que mientras hace las lagartijas le bese los pies. Finalmente, Eckert se dirige al lugar donde se reúnen los guardiacárceles, y cuando entra todos los demás lo felicitan por lo que hizo.
Segundo día: Los guardias sacan de las celdas a los internos, y los llevan a desayunar. En el camino, Eckert riéndose les pregunta a los presos de la celda tres si no les duele un poco los músculos, en obvia alusión a las lagartijas que les hizo hacer la noche anterior. Una vez en el desayunador, se vuelve a plantear el problema de la leche que el 82 no quiere tomar. Como 82 alega que no puede hacerlo porque le falta una encima que no le permite beber la leche y esto hace que la vomite, los guardias entonces lo sancionan y lo obligan a hacer lagartijas; ante esta situación, nuevamente 77 asume el rol de líder de los internos y los levanta a todos de la mesa para que hagan las lagartijas solidarizándose con 82 (y circunstancialmente eliminando el hasta ese momento único método de sanción que utilizaron los guardicárceles). Una vez que los guardicárceles se encuentran solos empiezan a discutir lo sucedido en el desayunador, y al margen de las cuestiones que desencadenaron los hechos de desobediencia, algunos llegan a la conclusión que el problema es el interno 77. Como puede apreciarse el segundo día comienza con una situación de violencia que supera a la ocurrida en la noche del primer día. Es decir que los guardiacárceles no han podido frenar aún el conflicto y el desafío que 77 planteó el primer día del experimento. Dos guardiacárceles (Eckert y Berus) se dirigen a la celda donde habita 77 y le desarman la cama que el interno ya había tendido, tirándole las sábanas fuera de la celda, a los pasillos. Eckert le dice a 77 que contará hasta tres para que 77 comience a hacer su cama, y cuando va contando 77 amaga con salir de la celda para buscar la sábana y así tender la cama, pero cuando está saliendo empuja a Berus hacia dentro de la celda y los encierra a los guardias junto con sus dos compañeros de celdas que se encontraban dentro de las mismas. En ese momento todos lo prisioneros empiezan a festejar, a gritar y a exigir una serie de reclamos (TV por cable, pizza, revistas pornográficas, etc.). Durante el alboroto de los internos entra uno de lso guardias a rescatar a sus compañeros encerrados en la celda y es agredido por los internos que le tiran con cosas, por lo que finalmente se van corriendo los tres guardias bajo una avalancha de objetos y ropa que les tiran los internos. Por lo que puede verse, la situación se encuentra notablemente desfavorable a los guardias dado que su misión de mantener el orden y la paz no ha sido aún lograda.
Los guardicárceles empiezan a discutir cómo restablecer el orden, exponen que ellos son 8 mientras que los internos son 12. El líder le pregunta a Berus qué opina dado que siempre está en silencio, y Berus le contesta que una vez leyó que en una situación como esa lo que se tiene que hacer para obtener el control es humillar a los internos. La moción tiene quórum entre los guardias, y Berus comenzó en ese momento a demostrar ciertas actitudes que luego le permitirán asumir como líder de los guardiacárceles[3]. Los guardias apagan las luces de las celdas y el pasillo, entran con linternas para poder ver y encandilar a los internos, y llevan extinguidotes de incendio que vacían sobre los cuerpos de los internos a los que además obligaron a desnudarse. Al interno 77 lo hacen desvestir, lo esposan y lo sacan fuera de la celda dejándolo esposa junto a las rejas que están frente a las celdas (una forma de publicitar a los demás internos lo que les puede suceder a aquellos que desobedezcan). Los guardias vuelven a su lugar de reunión, y comienzan a hablar sobre lo que hicieron,; uno de ellos plantea si no se habrán excedido, y otro le responde que no porque los de arriba (el profesor y la asistente del experimento) no habían dicho nada.
El profesor Thon reúne a los guardias y les dice que cumplieron con su deber: restauraron la paz y el orden, y que deben seguir así, pero tienen que recordar actuar de forma apropiada y que el próximo conflicto deben resolverlo de otra manera. Aquí finaliza el segundo día, de una manera bastante particular, dado que los guardias han recibido instrucciones contradictorias: por un lado los felicitan por restablecer el orden y la paz en el lugar, y por el otro les dice que el próximo conflicto debe ser resuelto de otra manera, de lo que cabe concluir que esta manera entonces no fue la apropiada. No fue una buena señal desde la dirección y los responsables del proyecto.
Tercer día: Los guardias hacen salir a los prisioneros de las celdas, y el líder Kamps empieza a hablarles y les explica a los presos que nadie quiere que se vuelva a repetir lo de la noche anterior y les pide que se mantengan en términos razonables.
En el desayuno 82 vuelve a dejar la leche sin tomar, y al ser obligado a tomarla vomita cuando lo hace, frente a lo cual Eckert se justifica diciendo que son las reglas que hay que cumplir. Después del desayuno se dirigen a las celdas y se produce un nuevo conflicto entre Berus y 77 cuando este último le increpa al guardia haberse excitado cuando vio a 77 desnudo y además tener un olor muy fuerte, Berus reacciona y está a punto de golpear a 77 pero logra tranquilizarse y los otros guardias se los llevan. Los guardias se ponen a tomar alcohol -que está prohibido- y van a buscar a 77 como habían decidido previamente, para humillarlo nuevamente a él solo. Se lo llevan entre tres guardias, le tapan la boca con una cinta para que nadie pueda escuchar sus gritaos. Lo llevan al sótano del lugar donde los guardias no pueden ser filmados[4], lo sientan enana silla atado con cintas. Mientras la mayoría de los guardias hace chistes y molesta al ahora indefenso 77, Berus grita alto y saca una máquina para cortar el pelo, y varios guardias le van cortando un poco cada uno, mientras Berus le dice que al otro día presente una solicitud de renuncia al experimento. Luego lo tiran al piso y algunos guardias lo orinan. Siempre hay un guardia -Bosch- que se mantiene al margen de este tipo de acciones.
Cuarto día: Los responsables del experimento le hacen una serie de preguntas a 77 dado que tiene el pelo rapado y además los guardias les dijeron al profesor Thon y a la doctora Grimm que 77 había solicitado la salida del proyecto. A la cuestión del corte de pelo el interno explica que se lo pidió a los guardias porque le picaba el pelo, pero niega haber hecho una solicitud y dice que puede deberse a una confusión. Luego de esto los guardias llevan a 77 a las celdas y el líder Kamps les avisa a todos los demás presos que si 77 no se comporta, todos tendrán que pagar por él. Los internos son llevados a una sala para que escriban una carta a quien deseen, 77 se guarda la carta que escribe para el director del diario para el que trabaja y rompe delante de Berus las hojas en blanco que le sobraron, quien por su parte le expresa que si no le gusta escribir cartas será ésta entonces la última oportunidad en que lo haga. Una vez que están todos los internos en sus celdas, el 69 entra en una crisis emocional. Los guardias dicen que de ahora en adelante a 69 se lo va a llamar “la mariquita”. Más tarde 69 se entrevista con el profesor Thon y la doctora Grimm y les plantea que se quiere ir del proyecto, pero éstos le preguntan a 69 qué sucedería si no lo dejasen ir. Entonces 69 contesta que la participación es voluntaria y que puede marcharse cuando quiera; respondiéndole los directores que al otro día le informarán de la decisión que tomen, lo que sorprende a 69 dado que no quiere volver a las celdas. Finalmente 69 es colocado en el pasillo de las celdas mirando para abajo. Una nueva crisis se produce cuando el preso 53 se descompensa emocionalmente: cuando los guardias tratan de tranquilizarlo, 53 golpea a varios de ellos (incluido el líder Kamps) hasta que Berus lo golpea muy fuerte con el bastón y lo neutraliza. Esta situación provoca una nueva discusión entre el profesor Thon y la asistente Grimm, que pretende sacar a Berus del experimento (por haber ejercido violencia, que está prohibido) para así evitar una escalada. El profesor se niega dado que considera a Berus y a 77 como los dos factores dinámicos del experimento, y sacarlo sería como abortar el experimento. Berus entonces logra quedarse, pero la asistente le comunica que si vuelve a golpear a un preso lo expulsa del experimento. Berus le responde que hizo lo necesario para restablecer la paz y el orden, y luego le explica a la doctora que ella no debe decirle cómo debe hacer su trabajo, y que si existe algún problema que se lo diga el profesor Thon[5]. Durante esa noche 77 sufre un ataque de pánico y su compañero de celda -38- le dice que la actitud que está teniendo lo pierde, que debe entender que se trata sólo de un juego. Pero 77 le responde que no se trata de un juego. Un poco más tarde los guardias entran a 69 a la celda junto con 77 y 38.
Quinto día: El día comienza con la imagen de 69 orinándose en la cama, y despertando de esta manera a 77 que duerme debajo de él. Cuando va a ver qué está sucediendo, 77 se da cuenta que 69 está muy mal y pide la ayuda de los guardias. Una vez que se llevaron a 69 y 77 se tranquiliza ve que en el pasillo de las celdas los guardias han puesto una caja negra a prueba de luz y sonidos, que hará de nueva celda[6]. Los guardias sacan a los presos al pasillo de las celdas, y Berus (ya líder indiscutido entre los guardiacárceles) les dice que es el día de visitas, y le pregunta a 82 si va a recibir alguna visita de alguien (sabiendo que no, dado que no tiene amigos ni familiares) y le toma el pelo a 82 hasta que 77 reacciona y es sancionado por intento de agresión a un guardia. La sanción consiste en limpiar los baños con su bata, y se posterga la visita hasta que 77 termine su tarea de limpieza. Luego de limpiar los baños 77 debe ponerse por orden de Berus la misma bata que usó en la limpieza. Terminada la tarea, vuelve 77 a la línea blanca del pasillo de las celdas donde lo aguardaban los demás presos y el resto de los guardias. En ese momento Berus dice que el que apeste no podrá recibir a las visitas, por ende 77 es sancionado y se queda en su celda solo, mientras el resto de los internos va al encuentro de sus visitas. Pero después de un tiempo llega el guardiacárcel Bosch y le da a 77 una bata limpia para que así pueda recibir a su visita. Cuando van caminado para la sala de visitas 77 le dice a Bosch que debe ayudarlo, dándole a su visita la carta que 77 le entrega en ese a Bosch. Luego de finalizada la visita el guardiacárcel Bosch va a entregarle la carta de 77 a la visita de éste, pero es interceptado por Berus, que descubre todo el plan. Al mismo tiempo la asistente del proyecto le dice a Eckert que quizás aborte el experimento, que el profesor Thon está de viaje y que ahora ella se encuentra a cargo del mismo momentáneamente.
Los guardias retrasan el cambio de turno porque están discutiendo qué hacer. Ponen la música bien alta, sacan los videos de las cámaras para que no se grabe nada. El plan de Berus consiste en sostener que el 77, la doctora Grimm, la novia de 77 y el guardiacárcel Bosch quieren arruinar el experimento; y que dado que el profesor Thon no se encuentra en el lugar, aprovecharán para hacerlo en ese momento. Berus les plantea al resto del grupo que debe tratarse de una prueba para ver cómo reacciona el grupo de los guardias. Y propone que todos los guardiacárceles se encierren hasta que vuelva el profesor; y que vayan reaccionando según los sucesos que se dieran. Decidido esto, los guardias colocaron una bata como la de los presos a Bosch y al asistente encargado de controlar las cámaras de video[7]. Los guardiacárceles hacen salir a 77 de la celda y les explican al resto de los prisioneros que un guardiacárcel y el 77 intentaron atacar el penal, y que el guardia fue suspendido y ahora es uno más de ellos. Entonces meten a Bosch en la celda (más tarde al asistente) y golpean a 77 y lo introducen en la caja negra. En ese momento el 38 exige que se aborte el experimento por violación a los derechos humanos, y el 82 le grita a Berus que es un cerdo nazi y lo insulta. Berus lo hace salir de la celda y le pega un bastonazo en la cabeza desmayándolo; en ese momento los otros guardias lo miran a Berus como desaprobando la acción, pero nadie lo enfrenta. A todos los prisioneros se les coloca una cinta en la boca. Mientras tanto 77 se encuentra dentro de la caja negra y al encontrar un destornillador dentro de la misma, comienza las tareas para tratar de salir de la caja negra. La asistente del experimento también fue tomada prisionera y metida en una celda como los demás presos. Por su parte, Berus ha anoticiado a todos los presos que se ha decretado el estado de emergencia. En un determinado momento el antiguo líder de los guardiacárceles se enfrenta a Berus, negándose a sostener el estado de emergencia y el uso de la violencia, y propone que esperen la llegada del profesor, pero Berus lo desafía y le dice que puede irse si así lo desea.
Cuando 77 logra salir de la caja negra, Eckert estaba intentando violar a la asistente Grimm, y al escuchar el ruido que hizo la tapa de la caja negra al caer al suelo, intenta detener al 77, pero no puede y es reducido, le saca las llaves y se liberan los presos. Cuando 77 y 38 van a ayudar a 82 se dan cuenta que está muerto. Luego viene el escape del lugar de lso prisioneros y la persecución de los guardias. En las ultimas imágenes se ve a un Berus derrotado frente a 77, a quien quiso matar y no pudo: el hombre que en siete años nunca había llegado tarde al trabajo, había sí llegado demasiado lejos en el acatamiento a la orden de la autoridad, en este caso el profesor Thon. El saldo del experimento fue de dos muertos y tres heridos. Y se salió de control al segundo día de iniciado el mismo.
Pareciera ser entonces que personas normales que no demuestran patología alguna, insertos en un determinado dispositivo de poder terminan realizando ciertas acciones que en término abstractos negarían ser capaces de realizar. Justamente, es el diseño de un dispositivo determinado de poder el que va a permitir unas acciones y no otras. El dispositivo establecido en la película “El experimento” divide a los sujetos en dos bandos distintos. Uno es el que tiene la capacidad de sancionar y ejercer dominación no violenta, y el otro que debe obedecer y acatar las órdenes de la autoridad que funciona en el dispositivo. Ahora bien, es este un dispositivo muy particular dado que en principio tiene una autoridad en común por sobre guardias (que es la autoridad intra-dispositivo) y los prisioneros: El profesor Thon y sus colaboradores. Y la segunda característica particular viene dada por la modalidad temporal de conformación: entran todos los sujetos al mismo tiempo al dispositivo. Esto va a manifestarse en varias circunstancias y momentos del experimento, dado que no ha habido una transmisión del saber-poder de unos individuos hacia otros. Esto explica que en el primer día no se sepa qué responder por parte de los guardias ante la pregunta de un interno sobre cuál va a ser la sanción ante un determinado incumplimiento por parte de ellos. Y también explica que sea la persona que en el afuera (en la sociedad) está más jerarquizada (el ejecutivo) quien desde el comienzo pretende ser el líder de los guardias, cuando la lógica de poder debiera potenciar al guardia más hábil para hacerse obedecer, que es claramente Berus. También el dispositivo es interferido porque no todos los participantes dicen la verdad y algunos de ellos tienen objetivos propios que son más importantes que la obtención del dinero que se les ofrece por participar. Se pueden encontrar casos muy claros de voluntarios que no asumen el rol que se les ordena que asuman: los casos más claros son 77 (desde el inicio del experimento) y el guardia Bosch (tibiamente desde el principio y más evidentemente a medida que pasan los días: recordemos que es el único que mata a otro guardiacárcel -a Eckert-). Y pendulando sobre estos participantes encontramos también a 38 (militar encubierto) que a medida que pasa el tiempo comienza a actuar dejando de lado su papel (informar a sus superiores y no dejarse manipular) y Berus, quien va de menor a mayor construyendo un personaje que termina destruyendo el mismo dispositivo que pretende estar fortaleciendo: lo que para él es una prueba que va a fortalecer el rol de los guardiacárceles, “una prueba para ver cómo reaccionamos” según sus palabras, termina haciendo necesario la finalización del experimento.
Un párrafo a parte merecen los directores del proyecto, el profesor Thon y la doctora Grimm, dado que uno por excesivo interés científico y la otra por no animarse a renunciar a ser parte de lo que consideraba que ya no podía controlar, facilitaron en buena medida una escalada de violencia que superó a todas las predicciones científicas. Como bien describe Bauman respecto al rol que jugaron muchos de los científicos durante el nazismo: “Lo que los científicos desean es simplemente que se les permita ir allí donde les lleve su sed de conocimientos. (...) Casi todos los científicos, a cambio, estarán dispuestos a renunciar a una larga lista de preceptos menores” (2006:135). Thon sucumbe a los aspectos que podría llegara a descubrir con la continuación del experimento, poniendo en un lugar secundario varios aspectos que son éticamente superiores al conocimiento. Y la doctora Grimm responde como una especie de burócrata al no decidirse a cancelar el proyecto cuando ella considera que se está yendo de control.
El dispositivo de poder facilita, potencia y promueve ciertas conductas, pero indudablemente no explica a la totalidad de ellas: ahí radica al dificultad de establecer los diferentes grados de responsabilidad entre los distintos protagonistas.
En dicha ficción, se buscan voluntarios para participar durante 14 días en un experimento acerca de una prisión simulada; la oferta se publicita en un diario de circulación masiva, y se ofrece a cambio de la participación un considerable suma de dinero. El experimento se centra sobre la conducta en la cárcel, destacándose el análisis en la obediencia/desobediencia a la autoridad.
La dirección del experimento está a cargo del profesor Thon, quien se encuentra asistido por la doctora Grimm y un encargado de vigilar y monitorear las cámaras de vigilancia. Una vez que los voluntarios se encuentran reunidos en una sala de espera, la doctora Grima presenta al profesor Thon y éste les dice que son muy valientes en participar en el experimento: los voluntarios en su mayoría se ríen, todo sucede un clima de humorismo y soltura, pero el profesor les aclara que habla muy en serio. Luego presenta el experimento diciendo que cada uno de ellos serán presionados y presionarán, que se va a tratar de una experiencia nueva, y que algunos de ellos deberán renunciar a sus derechos civiles durante dos semanas (plazo estipulado del experimento). El profesor Thon les aclara que no deben subestimar la renuncia a sus derechos civiles, y les pregunta si alguno desea abandonar el experimento: obteniendo por resultado que nadie lo hará.
Entre las reglas se establece como prioridad la seguridad de los voluntarios, y el no uso de la violencia, bajo sanción de ser expulsado del proyecto. Acto seguido el profesor pide que se pongan de pie determinados voluntarios que son asignados al rol de guardiacárceles, y a quienes se les da los uniformes y los elementos (esposas, silbatos, bastones, etc.) necesarios para desempeñar sus tareas. Todo el ritual de vestirse, ponerse el uniforme, tomar los bastones, las esposas, etc., es realizado por los guardiacárceles con mucha diversión y haciendo bromas entre ellos. El profesor Thon les dice que a partir de ese momento son guardiacárceles, y su trabajo es mantener la paz y el orden, y que se acaten las reglas. También les dice que su primer asignatura es explicarle la situación a los prisioneros. Pasan a los bañarlos en las duchas con mangueras y les dan un camisón para ponerse, que lleva un número que los identifica, un par de hojotas para calzarse y no tienen ropa interior para usar. Luego, van todos hacia las celdas para asignarlos. Son llevados por los guardiacárceles y durante el recorrido, en un clima de entusiasmo y relajación, un guardia llama la atención de un preso por el número que lleva en su bata. Esto provoca que todos los internos miren qué número le toco a cada uno de ellos. Hacen fila y entran por un pasillo hacia las celdas. Los guardias les piden a los prisioneros que se formen detrás de la línea blanca trazada en el suelo del pasillo de las celdas. Uno de los guardias les lee las reglas a los prisioneros: la primera regla establece que se los identificará y se identificarán entre sí sólo por el número que llevan. La segunda establece que a los guardias se los llamará “Sr. Guardia de Prisión”. La tercera regla expresa que cuando se apaguen las luces los prisioneros no deben hablar entre sí (hasta ese momento aún persiste un clima de camaradería, ejemplificado en el caso que uno de los prisioneros al escuchar esta regla contesta “entonces cantaremos”). La cuarta, establece que los alimentos se deberán consumir por completo (uno de los prisioneros retruca entonces “léanos el menú”, y todos los demás aplauden). La quinta regla obliga a obedecer inmediatamente cada orden de los guardiacárceles. La sexta, sanciona la desobediencia de una orden con un castigo que no se especifica; y ante la consulta de un interno sobre el tipo de sanción un guardia expresa que son flexibles. Finalizado esto, los internos son ubicados de a tres por celda. El lugar cuneta con cámaras filmadoras para que se pueda ver lo que está sucediendo. El líder que asume el rol de tal desde el principio es un ejecutivo, que según sus propias palabras en la entrevistas personal con los responsables del experimento expresa que “varias personas trabajan para mi”. Ninguno de los voluntarios tuvo algún tipo de experiencia en prisión alguna, por lo que no se puede atribuir sus conductas a esas experiencias previas que en este caso están ausentes.
Primer Día: Una vez realizadas las cuestiones formales y ubicados los internos, los guardias los dejan pasar el tiempo libremente. Varios de los presos se ponen a jugar al básquet y como les falta un jugador para completar el juego, invitan a uno de los guardias, que si bien titubea al principio luego accede y se pone a jugar; en ese momento el líder de los guardiacárceles (Kamps) le dice y le hace señas para que salga de ahí y no se mezcle con los presos. Hace sonar el silbato poniendo a los prisioneros detrás de la línea blanca, pero uno de los internos sigue picando la pelota de básquet y se la da a 77, quien se la tira a un guardia (Eckert) y se cae al piso por el golpe de la pelota que lo agarra desprevenido. Luego en la cena se da un nuevo conflicto entre guardiacárceles y prisioneros, cuando el preso 82 (Schütte) no quiere tomar su leche (cumplimiento de la regla cuarta) y Eckert le dice que debe tomarla igual, momento en que nuevamente interviene 77 y la toma él: y le dice al guardiacárcel “uno a cero a nuestro favor”. En ese momento 77[1] se ha ubicado en el rol de líder de los internos. Frente a esta situación el líder de los guardias los obliga a terminar de comer en dos minutos, pero no sanciona a nadie. Cuando todos los internos vuelven a las celdas, el compañero de 77 que leva el número 38[2] le dice a éste que fue un idiota por lo que hizo.
Una vez que están todos los internos dentro de sus celdas se apaga la luz y Eckert les dice a los internos que no se habla más, y cuando un interno le retruca qué sucederá si alguien habla, el guardia titubea y lo amenaza con que lo hará hacer lagartijas. Cuando todos los guardias se juntan en su lugar a comer, el líder de los guardias Kamps le dice a Eckert que no se deje manipular por los internos, y pasa a charlar con el resto de los guardias sobre los hijos de cada uno, cuando Eckert sale rápidamente caminando hacia las celdas, llega a la de 77, le dice que salga y se ponga a hacer lagartijas. Por su parte, 77 le dice que no tiene inconvenientes en hacerlas pero que se lo pida de una manera más amable; entonces Eckert hace salir a los dos compañeros de celda de 77 y los pone a los tres internos a hacer lagartijas. Uno de los momentos importantes es cuando el guardia fanfarronea y le dice a 77 que mientras hace las lagartijas le bese los pies. Finalmente, Eckert se dirige al lugar donde se reúnen los guardiacárceles, y cuando entra todos los demás lo felicitan por lo que hizo.
Segundo día: Los guardias sacan de las celdas a los internos, y los llevan a desayunar. En el camino, Eckert riéndose les pregunta a los presos de la celda tres si no les duele un poco los músculos, en obvia alusión a las lagartijas que les hizo hacer la noche anterior. Una vez en el desayunador, se vuelve a plantear el problema de la leche que el 82 no quiere tomar. Como 82 alega que no puede hacerlo porque le falta una encima que no le permite beber la leche y esto hace que la vomite, los guardias entonces lo sancionan y lo obligan a hacer lagartijas; ante esta situación, nuevamente 77 asume el rol de líder de los internos y los levanta a todos de la mesa para que hagan las lagartijas solidarizándose con 82 (y circunstancialmente eliminando el hasta ese momento único método de sanción que utilizaron los guardicárceles). Una vez que los guardicárceles se encuentran solos empiezan a discutir lo sucedido en el desayunador, y al margen de las cuestiones que desencadenaron los hechos de desobediencia, algunos llegan a la conclusión que el problema es el interno 77. Como puede apreciarse el segundo día comienza con una situación de violencia que supera a la ocurrida en la noche del primer día. Es decir que los guardiacárceles no han podido frenar aún el conflicto y el desafío que 77 planteó el primer día del experimento. Dos guardiacárceles (Eckert y Berus) se dirigen a la celda donde habita 77 y le desarman la cama que el interno ya había tendido, tirándole las sábanas fuera de la celda, a los pasillos. Eckert le dice a 77 que contará hasta tres para que 77 comience a hacer su cama, y cuando va contando 77 amaga con salir de la celda para buscar la sábana y así tender la cama, pero cuando está saliendo empuja a Berus hacia dentro de la celda y los encierra a los guardias junto con sus dos compañeros de celdas que se encontraban dentro de las mismas. En ese momento todos lo prisioneros empiezan a festejar, a gritar y a exigir una serie de reclamos (TV por cable, pizza, revistas pornográficas, etc.). Durante el alboroto de los internos entra uno de lso guardias a rescatar a sus compañeros encerrados en la celda y es agredido por los internos que le tiran con cosas, por lo que finalmente se van corriendo los tres guardias bajo una avalancha de objetos y ropa que les tiran los internos. Por lo que puede verse, la situación se encuentra notablemente desfavorable a los guardias dado que su misión de mantener el orden y la paz no ha sido aún lograda.
Los guardicárceles empiezan a discutir cómo restablecer el orden, exponen que ellos son 8 mientras que los internos son 12. El líder le pregunta a Berus qué opina dado que siempre está en silencio, y Berus le contesta que una vez leyó que en una situación como esa lo que se tiene que hacer para obtener el control es humillar a los internos. La moción tiene quórum entre los guardias, y Berus comenzó en ese momento a demostrar ciertas actitudes que luego le permitirán asumir como líder de los guardiacárceles[3]. Los guardias apagan las luces de las celdas y el pasillo, entran con linternas para poder ver y encandilar a los internos, y llevan extinguidotes de incendio que vacían sobre los cuerpos de los internos a los que además obligaron a desnudarse. Al interno 77 lo hacen desvestir, lo esposan y lo sacan fuera de la celda dejándolo esposa junto a las rejas que están frente a las celdas (una forma de publicitar a los demás internos lo que les puede suceder a aquellos que desobedezcan). Los guardias vuelven a su lugar de reunión, y comienzan a hablar sobre lo que hicieron,; uno de ellos plantea si no se habrán excedido, y otro le responde que no porque los de arriba (el profesor y la asistente del experimento) no habían dicho nada.
El profesor Thon reúne a los guardias y les dice que cumplieron con su deber: restauraron la paz y el orden, y que deben seguir así, pero tienen que recordar actuar de forma apropiada y que el próximo conflicto deben resolverlo de otra manera. Aquí finaliza el segundo día, de una manera bastante particular, dado que los guardias han recibido instrucciones contradictorias: por un lado los felicitan por restablecer el orden y la paz en el lugar, y por el otro les dice que el próximo conflicto debe ser resuelto de otra manera, de lo que cabe concluir que esta manera entonces no fue la apropiada. No fue una buena señal desde la dirección y los responsables del proyecto.
Tercer día: Los guardias hacen salir a los prisioneros de las celdas, y el líder Kamps empieza a hablarles y les explica a los presos que nadie quiere que se vuelva a repetir lo de la noche anterior y les pide que se mantengan en términos razonables.
En el desayuno 82 vuelve a dejar la leche sin tomar, y al ser obligado a tomarla vomita cuando lo hace, frente a lo cual Eckert se justifica diciendo que son las reglas que hay que cumplir. Después del desayuno se dirigen a las celdas y se produce un nuevo conflicto entre Berus y 77 cuando este último le increpa al guardia haberse excitado cuando vio a 77 desnudo y además tener un olor muy fuerte, Berus reacciona y está a punto de golpear a 77 pero logra tranquilizarse y los otros guardias se los llevan. Los guardias se ponen a tomar alcohol -que está prohibido- y van a buscar a 77 como habían decidido previamente, para humillarlo nuevamente a él solo. Se lo llevan entre tres guardias, le tapan la boca con una cinta para que nadie pueda escuchar sus gritaos. Lo llevan al sótano del lugar donde los guardias no pueden ser filmados[4], lo sientan enana silla atado con cintas. Mientras la mayoría de los guardias hace chistes y molesta al ahora indefenso 77, Berus grita alto y saca una máquina para cortar el pelo, y varios guardias le van cortando un poco cada uno, mientras Berus le dice que al otro día presente una solicitud de renuncia al experimento. Luego lo tiran al piso y algunos guardias lo orinan. Siempre hay un guardia -Bosch- que se mantiene al margen de este tipo de acciones.
Cuarto día: Los responsables del experimento le hacen una serie de preguntas a 77 dado que tiene el pelo rapado y además los guardias les dijeron al profesor Thon y a la doctora Grimm que 77 había solicitado la salida del proyecto. A la cuestión del corte de pelo el interno explica que se lo pidió a los guardias porque le picaba el pelo, pero niega haber hecho una solicitud y dice que puede deberse a una confusión. Luego de esto los guardias llevan a 77 a las celdas y el líder Kamps les avisa a todos los demás presos que si 77 no se comporta, todos tendrán que pagar por él. Los internos son llevados a una sala para que escriban una carta a quien deseen, 77 se guarda la carta que escribe para el director del diario para el que trabaja y rompe delante de Berus las hojas en blanco que le sobraron, quien por su parte le expresa que si no le gusta escribir cartas será ésta entonces la última oportunidad en que lo haga. Una vez que están todos los internos en sus celdas, el 69 entra en una crisis emocional. Los guardias dicen que de ahora en adelante a 69 se lo va a llamar “la mariquita”. Más tarde 69 se entrevista con el profesor Thon y la doctora Grimm y les plantea que se quiere ir del proyecto, pero éstos le preguntan a 69 qué sucedería si no lo dejasen ir. Entonces 69 contesta que la participación es voluntaria y que puede marcharse cuando quiera; respondiéndole los directores que al otro día le informarán de la decisión que tomen, lo que sorprende a 69 dado que no quiere volver a las celdas. Finalmente 69 es colocado en el pasillo de las celdas mirando para abajo. Una nueva crisis se produce cuando el preso 53 se descompensa emocionalmente: cuando los guardias tratan de tranquilizarlo, 53 golpea a varios de ellos (incluido el líder Kamps) hasta que Berus lo golpea muy fuerte con el bastón y lo neutraliza. Esta situación provoca una nueva discusión entre el profesor Thon y la asistente Grimm, que pretende sacar a Berus del experimento (por haber ejercido violencia, que está prohibido) para así evitar una escalada. El profesor se niega dado que considera a Berus y a 77 como los dos factores dinámicos del experimento, y sacarlo sería como abortar el experimento. Berus entonces logra quedarse, pero la asistente le comunica que si vuelve a golpear a un preso lo expulsa del experimento. Berus le responde que hizo lo necesario para restablecer la paz y el orden, y luego le explica a la doctora que ella no debe decirle cómo debe hacer su trabajo, y que si existe algún problema que se lo diga el profesor Thon[5]. Durante esa noche 77 sufre un ataque de pánico y su compañero de celda -38- le dice que la actitud que está teniendo lo pierde, que debe entender que se trata sólo de un juego. Pero 77 le responde que no se trata de un juego. Un poco más tarde los guardias entran a 69 a la celda junto con 77 y 38.
Quinto día: El día comienza con la imagen de 69 orinándose en la cama, y despertando de esta manera a 77 que duerme debajo de él. Cuando va a ver qué está sucediendo, 77 se da cuenta que 69 está muy mal y pide la ayuda de los guardias. Una vez que se llevaron a 69 y 77 se tranquiliza ve que en el pasillo de las celdas los guardias han puesto una caja negra a prueba de luz y sonidos, que hará de nueva celda[6]. Los guardias sacan a los presos al pasillo de las celdas, y Berus (ya líder indiscutido entre los guardiacárceles) les dice que es el día de visitas, y le pregunta a 82 si va a recibir alguna visita de alguien (sabiendo que no, dado que no tiene amigos ni familiares) y le toma el pelo a 82 hasta que 77 reacciona y es sancionado por intento de agresión a un guardia. La sanción consiste en limpiar los baños con su bata, y se posterga la visita hasta que 77 termine su tarea de limpieza. Luego de limpiar los baños 77 debe ponerse por orden de Berus la misma bata que usó en la limpieza. Terminada la tarea, vuelve 77 a la línea blanca del pasillo de las celdas donde lo aguardaban los demás presos y el resto de los guardias. En ese momento Berus dice que el que apeste no podrá recibir a las visitas, por ende 77 es sancionado y se queda en su celda solo, mientras el resto de los internos va al encuentro de sus visitas. Pero después de un tiempo llega el guardiacárcel Bosch y le da a 77 una bata limpia para que así pueda recibir a su visita. Cuando van caminado para la sala de visitas 77 le dice a Bosch que debe ayudarlo, dándole a su visita la carta que 77 le entrega en ese a Bosch. Luego de finalizada la visita el guardiacárcel Bosch va a entregarle la carta de 77 a la visita de éste, pero es interceptado por Berus, que descubre todo el plan. Al mismo tiempo la asistente del proyecto le dice a Eckert que quizás aborte el experimento, que el profesor Thon está de viaje y que ahora ella se encuentra a cargo del mismo momentáneamente.
Los guardias retrasan el cambio de turno porque están discutiendo qué hacer. Ponen la música bien alta, sacan los videos de las cámaras para que no se grabe nada. El plan de Berus consiste en sostener que el 77, la doctora Grimm, la novia de 77 y el guardiacárcel Bosch quieren arruinar el experimento; y que dado que el profesor Thon no se encuentra en el lugar, aprovecharán para hacerlo en ese momento. Berus les plantea al resto del grupo que debe tratarse de una prueba para ver cómo reacciona el grupo de los guardias. Y propone que todos los guardiacárceles se encierren hasta que vuelva el profesor; y que vayan reaccionando según los sucesos que se dieran. Decidido esto, los guardias colocaron una bata como la de los presos a Bosch y al asistente encargado de controlar las cámaras de video[7]. Los guardiacárceles hacen salir a 77 de la celda y les explican al resto de los prisioneros que un guardiacárcel y el 77 intentaron atacar el penal, y que el guardia fue suspendido y ahora es uno más de ellos. Entonces meten a Bosch en la celda (más tarde al asistente) y golpean a 77 y lo introducen en la caja negra. En ese momento el 38 exige que se aborte el experimento por violación a los derechos humanos, y el 82 le grita a Berus que es un cerdo nazi y lo insulta. Berus lo hace salir de la celda y le pega un bastonazo en la cabeza desmayándolo; en ese momento los otros guardias lo miran a Berus como desaprobando la acción, pero nadie lo enfrenta. A todos los prisioneros se les coloca una cinta en la boca. Mientras tanto 77 se encuentra dentro de la caja negra y al encontrar un destornillador dentro de la misma, comienza las tareas para tratar de salir de la caja negra. La asistente del experimento también fue tomada prisionera y metida en una celda como los demás presos. Por su parte, Berus ha anoticiado a todos los presos que se ha decretado el estado de emergencia. En un determinado momento el antiguo líder de los guardiacárceles se enfrenta a Berus, negándose a sostener el estado de emergencia y el uso de la violencia, y propone que esperen la llegada del profesor, pero Berus lo desafía y le dice que puede irse si así lo desea.
Cuando 77 logra salir de la caja negra, Eckert estaba intentando violar a la asistente Grimm, y al escuchar el ruido que hizo la tapa de la caja negra al caer al suelo, intenta detener al 77, pero no puede y es reducido, le saca las llaves y se liberan los presos. Cuando 77 y 38 van a ayudar a 82 se dan cuenta que está muerto. Luego viene el escape del lugar de lso prisioneros y la persecución de los guardias. En las ultimas imágenes se ve a un Berus derrotado frente a 77, a quien quiso matar y no pudo: el hombre que en siete años nunca había llegado tarde al trabajo, había sí llegado demasiado lejos en el acatamiento a la orden de la autoridad, en este caso el profesor Thon. El saldo del experimento fue de dos muertos y tres heridos. Y se salió de control al segundo día de iniciado el mismo.
Pareciera ser entonces que personas normales que no demuestran patología alguna, insertos en un determinado dispositivo de poder terminan realizando ciertas acciones que en término abstractos negarían ser capaces de realizar. Justamente, es el diseño de un dispositivo determinado de poder el que va a permitir unas acciones y no otras. El dispositivo establecido en la película “El experimento” divide a los sujetos en dos bandos distintos. Uno es el que tiene la capacidad de sancionar y ejercer dominación no violenta, y el otro que debe obedecer y acatar las órdenes de la autoridad que funciona en el dispositivo. Ahora bien, es este un dispositivo muy particular dado que en principio tiene una autoridad en común por sobre guardias (que es la autoridad intra-dispositivo) y los prisioneros: El profesor Thon y sus colaboradores. Y la segunda característica particular viene dada por la modalidad temporal de conformación: entran todos los sujetos al mismo tiempo al dispositivo. Esto va a manifestarse en varias circunstancias y momentos del experimento, dado que no ha habido una transmisión del saber-poder de unos individuos hacia otros. Esto explica que en el primer día no se sepa qué responder por parte de los guardias ante la pregunta de un interno sobre cuál va a ser la sanción ante un determinado incumplimiento por parte de ellos. Y también explica que sea la persona que en el afuera (en la sociedad) está más jerarquizada (el ejecutivo) quien desde el comienzo pretende ser el líder de los guardias, cuando la lógica de poder debiera potenciar al guardia más hábil para hacerse obedecer, que es claramente Berus. También el dispositivo es interferido porque no todos los participantes dicen la verdad y algunos de ellos tienen objetivos propios que son más importantes que la obtención del dinero que se les ofrece por participar. Se pueden encontrar casos muy claros de voluntarios que no asumen el rol que se les ordena que asuman: los casos más claros son 77 (desde el inicio del experimento) y el guardia Bosch (tibiamente desde el principio y más evidentemente a medida que pasan los días: recordemos que es el único que mata a otro guardiacárcel -a Eckert-). Y pendulando sobre estos participantes encontramos también a 38 (militar encubierto) que a medida que pasa el tiempo comienza a actuar dejando de lado su papel (informar a sus superiores y no dejarse manipular) y Berus, quien va de menor a mayor construyendo un personaje que termina destruyendo el mismo dispositivo que pretende estar fortaleciendo: lo que para él es una prueba que va a fortalecer el rol de los guardiacárceles, “una prueba para ver cómo reaccionamos” según sus palabras, termina haciendo necesario la finalización del experimento.
Un párrafo a parte merecen los directores del proyecto, el profesor Thon y la doctora Grimm, dado que uno por excesivo interés científico y la otra por no animarse a renunciar a ser parte de lo que consideraba que ya no podía controlar, facilitaron en buena medida una escalada de violencia que superó a todas las predicciones científicas. Como bien describe Bauman respecto al rol que jugaron muchos de los científicos durante el nazismo: “Lo que los científicos desean es simplemente que se les permita ir allí donde les lleve su sed de conocimientos. (...) Casi todos los científicos, a cambio, estarán dispuestos a renunciar a una larga lista de preceptos menores” (2006:135). Thon sucumbe a los aspectos que podría llegara a descubrir con la continuación del experimento, poniendo en un lugar secundario varios aspectos que son éticamente superiores al conocimiento. Y la doctora Grimm responde como una especie de burócrata al no decidirse a cancelar el proyecto cuando ella considera que se está yendo de control.
El dispositivo de poder facilita, potencia y promueve ciertas conductas, pero indudablemente no explica a la totalidad de ellas: ahí radica al dificultad de establecer los diferentes grados de responsabilidad entre los distintos protagonistas.
[1] El participante 77 (Tarek) es presentado desde el inicio con un objetivo distinto al de la mera obtención de dinero por parte de los organizadores del experimento. El es periodista, cuestión que oculta en la entrevista personal, y su objetivo es publicar luego la historia en la prensa, para lo cual incluso tiene unos anteojos con una pequeña camarita de video que filma lo que va sucediendo. De ahí que no sea extraño que 77 haya provocado ciertas situaciones para ver como se desarrollaba el conflicto y la lucha de poder entre guardias y presos.
[2] El participante 38 también es un caso de interés, dado que se trata de un militar que está de incógnito, que tiene el objetivo de reportar todo lo sucedido cuando el experimento finalice, y no debe dejarse manipular por los guardias ni por los presos. Por eso en general desaprueba las conductas de 77 que son siempre desafiantes a la autoridad de los guardias.
[3] Creemos que esta actitud de Berus le permitió erigirse como líder, dado que si bien en lo formal el rol lo siguió ocupando Kamps algunos días más, sus órdenes son dadas generalmente en situaciones de normalidad y calma; muy diferente a las intervenciones de Berus que se dan cuando la situación está descontrolada y nadie de los guardias atina a dar una solución.
[4] Cuando los responsables del proyecto ven cómo los guardias se llevan a 77 con la boca tapada, la doctora Grimm le plantea al profesor Thon que una agresión seria al cuarto día es muy preocupante, pero el profesor decide seguir adelante.
[5] Este es uno de los momentos más críticos de toda la película, dado que en una situación que debiera ser absolutamente controlable por parte de la asistente Grimm (se encuentra sola con Berus, éste ni siquiera lleva el uniforme puesto y se halla fuera de la zona del experimento, etc.) al no renunciar en ese momento o bien lograr la expulsión de Berus, consintió de alguna manera seguir siendo responsable de una situación que se encontraba fuera de su control.
[6] Cuando la asistente ve por las cámaras de video la caja negra le plantea su objeción al profesor Thon. Este le explica que es solo para ejercer presión psicológica. Pero la asistente no queda conforme y le contesta a Thon que el 53 y el 69 están en el hospital; que el 82 sufre depresión; que hay impotencia, pérdida de la noción de la realidad y desorientación. No obstante esto, el profesor alega que en cinco días se logró sumisión, violencia subliminal y pérdida de individualidad. La asistente le retruca que ya se alcanzó la meta que se habían fijado; pero el profesor le dice que están pasando por un momento estable, y que pueden ver aspectos que no han podido predecir, y que se tata de un experimento único en el mundo y que aún les quedan nueve días más. La asistente, resignada, le dice que quizás sea un error, que siente que están perdiendo el control y que no puede seguir siendo responsable. Pero Thon le dice que ellos pueden intervenir cuando quieran, y que en pocas horas debe reunirse con los miembros del Comité y que para seguir necesita su apoyo.
[7] Antes de ser atrapado como prisionero pudo dejarle un mensaje en el teléfono al profesor Thon sobre la situación descontrolada que se estaba viviendo en el penal.