Por Eduardo Luis Aguirre. El Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) es un tribunal de opinión, integrado por prestigiosas personalidades de todo el mundo, heredero de la señera e inédita experiencia histórica que significara el Tribunal Russell-Sartre, así denominado como reconocimiento a dos de sus más insignes mentores. La autoridad moral y política de ambos tribunales resulta manifiestamente indiscutible, y sus pronunciamientos han puesto de relieve, históricamente, conductas generalmente perpetradas por los poderosos del planeta que han implicado graves violaciones a los Derechos Humanos de importantes agregados de personas. En los últimos tiempos, el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) ha estado especialmente atento y se ha pronunciado recurrentemente sobre el accionar de las multinacionales en países del Tercer Mundo, fundamentalmente respecto de los daños ambientales y ecológicos que esas empresas han ocasionado, casi siempre con total impunidad (1) . Precisamente, el TPP ha condenado hace algunos años a Repsol por sus abusos en Colombia (2) , cuyo gobierno neoliberal le ha prometido recientemente a Rajoy que “no expropiará” a las empresas multinacionales, cualquiera sean los desastres que éstas acarreen en materia ecológica, siempre en nombre, desde luego, de la “seguridad jurídica”. La empresa, además, ha causado importantes daños ecológicos en Ecuador (3) y otros países latinoamericanos (4). Justamente este año, el Tribunal se encuentra sesionando en México, y uno de los temas a abordar es la cuestión ambiental y el impacto que, entre otros factores, tienen las empresas petroleras en materia ambiental (5). Debe recordarse que el gobierno neoliberal mexicano es otro de los aliados de Rajoy en su cruzada anti argentina. Deberíamos estar atento a las conclusiones próximas del Tribunal en esta materia, para comprender mejor y resignificar las lógicas unitarias de la expoliación del capitalismo transnacional, sus prácticas y retóricas. Repsol tiene, además, y en lo que aquí importa, denuncias por daños ambientales sobre unos 900.000 kilómetros cuadrados en diversas provincias argentinas (6). “En Argentina, también opera en comunidades mapuches. Varias organizaciones indígenas han denunciado que Repsol había entrado en sus comunidades sin una información y consulta previa, lo cual viola las legislaciones nacionales sobre Derechos Indígenas. Resulta difícil contabilizar los impactos y cambios a nivel socio-cultural que implican en los pueblos indígenas actividades de extracción y producción petrolera tales como las de Repsol . “Más allá de sus campañas publicitarias, que tratan de dar una imagen de cuidado ambiental y sensibilidad social, un repaso a las actividades de la petrolera Repsol-YPF arroja un saldo demoledor. Sus explotaciones originan gravísimos daños ambientales y a la salud de las personas que viven cerca de las prospecciones. Las resistencias a esta explotación salvaje son cada vez mayores”. “Repsol opera en 32 países y en 2005 aumentó su beneficio en un 29,9%, alcanzando el resultado histórico de 3.120 millones de euros de beneficio. América Latina es el continente que le da más beneficios al extraer gas y petróleo con muy bajo control y carga impositiva. La presencia de Repsol en los países donde opera es parasitaria, ya que saca de sus fronteras materia prima a muy bajo costo, dejando daños ambientales irreversibles, y vende a estos países hidrocarburos a precios internacionales. Sus enormes beneficios la posicionan por encima de algunos Estados en cuanto a capacidad de inversión. Además, la transnacional dispone de mecanismos internacionales para proteger sus inversiones, como la OMC y el cuerpo diplomático español (como se ha comprobado recientemente en Bolivia o en Guinea Ecuatorial). Repsol está realizando su actividad en el interior de Áreas Protegidas de importancia mundial: el Parque Nacional Madidi, la Reserva de la Biosfera Pilón Lajas, el Parque Nacional Isidoro Sécure, el Parque Nacional Amboró, el Parque Nacional Aguaragüe (todos en Bolivia); el Parque Nacional Yasuní (Ecuador) y la Reserva Llancanelo (Argentina). Repsol también está presente en 17 territorios indígenas en Bolivia, el Resguardo Único U´wa (Colombia), el Territorio Indígena Huaorani (Ecuador), varios territorios indígenas de los pueblos Ashanika, Shuar y Shipibo (Perú), y afectando a comunidades mapuches (Argentina). En toda esta actividad las poblaciones locales son ignoradas, o sólo consultadas para rellenar un Estudio de Impacto Ambiental. Repsol se enfrenta en Argentina al menos a cuatro causas judiciales. A destacar la demanda civil presentada en 2002 por las comunidades mapuches de Loma de la Lata, donde Repsol explota el mayor yacimiento de gas y petróleo de Argentina. Estas comunidades demandaron a la empresa por 445 millones de dólares por los daños que sufrieron en su territorio; y 138 millones de dólares por impacto sobre la salud –se han detectado elevados valores de metales pesados en sangre en la población indígena, como fruto de la contaminación del agua de las capas subterráneas–, vegetación, fauna, y afectación sociocultural. Por otra parte, se reclaman 307 millones de dólares como coste de remediación de la superficie afectada. La consultora Umweltschutz estima que los trabajos de recuperación llevarán, por los menos, 20 años. Otro juicio, esta vez con resolución firme en 2005, mantiene la prohibición de explotar hidrocarburos en la reserva de Laguna Llancanelo” (7). En el sitio oficial del Tribunal Permanente de los Pueblos (8) se hace una mención expresa a las violaciones que la Empresa Repsol ha perpetrado en materia de derecho ambiental en la Provincia de Neuquén, pudiéndose incluso observar un video que da cuenta de esos embates (http://www.tv3.cat/videos/3196070). La referencia , vale señalarlo, data del año 2010. En Mendoza, por ejemplo, existen pasivos ambientales producto del accionar de Repsol, constatándose suelos empetrolados, cuttings y lodos de perforación. Estos pasivos, potencialmente, pueden afectar acuíferos. También se han verificado pozos sin utilización que no se han clausurado con procedimientos de abandono, lo que pone en riesgo de salinizacion y presencia de hidrocarburos en acuíferos , según daba cuenta la edición del 28 de agosto de 2008 del diario Río Negro que damnifica conjuntamente a las provincias de Río Negro, Neuquén y Mendoza (10). Existe una vieja causa en el sur de ASSUPA (Asociación de Superficiarios de la Patagonia) radicada todavía en la Corte Suprema de Justicia. El monto del daño al medio ambiente se estima en mil millones de dólares. Según diarios bonaerenses, “el Polo Petroquímico de Bahía Blanca -uno de los más grandes del país- está ubicado en la localidad portuaria de Ingeniero White, que tiene una población de 12 mil habitantes, y está a escasos 10 Km del centro urbano bahiense. Una distancia demasiado corta tomando en cuenta que esos complejos con alta peligrosidad ambiental deberían situarse como mínimo a 100 kilómetros de las zonas urbanas”. ”Está compuesto por tres tipos de industrias: la petrolera, la petroquímica, y la química. Las firmas más importantes que lo integran son PPB Polisur, propiedad de Dow Chemical Company, que produce etileno y polietileno; Compañía Mega -una sociedad anónima cuyos accionistas son YPF SA, Petrobras y Dow Argentina- que también genera etileno, materia prima de polietilenos y PVC; Profertil SA - integrada por Repsol-YPF SA y Agrium Inc.- que produce urea granulada y amoníaco líquido; y Solvay Indupa, que produce PVC”. ”Estas empresas, que aportan a la economía bahiense unos $ 125 millones anuales, y que generan ganancias anuales de 2.200 millones de pesos, les cobran al conjunto de la sociedad altos costos. Es que los $ 5 millones de pesos que pagan en concepto de tasa ambiental, no pueden equilibrar ni saldar los daños que causan diariamente y son irreparables en el medio ambiente” (11). Efectuada esta sintética enumeración de los daños ecológicos perpetrados por Repsol en nuestro país, deberíamos preguntarnos si la denunciada no debería ser, en realidad, la empresa, y, en caso de comprobarse la causación de estos desastres, ser condenada por los mismos. La existencia de un Tribunal de opinión, insospechable del sesgamiento y la selectividad que caracterizan a la “comunidad jurídica internacional” y sus tribunales de justicia, habilitan la posibilidad de que Argentina pudiera acudir al mismo como parte de su estrategia jurídica frente al diferendo planteado en términos binarios y absolutamente falaces por la empresa y el gobierno derechista español. Ello, por supuesto, sin perjuicio de la consideración y análisis de las conductas típico penales en que pudiera haber incurrido la empresa. Un resultado favorable, por cierto más que probable, demostraría a los pueblos del mundo una verdad histórica bien distinta de la versión binaria y antojadiza planteada por las grandes corporaciones (incluso, y muy especialmente, por los medios hegemónicos occidentales) y en buena medida inclinaría la balanza –por el peso específico del tribunal- al momento de dirimirse la cuestión de fondo en ámbitos jurídicos “formales”. Eso permitiría, en definitiva, delimitar sin lugar a dudas “quién debe a quién”. (1) "El Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), que tuvo su origen con los llamados “Tribunales Russell” sobre Vietnam (1966-1967) y sobre las dictaduras en América Latina (1974-1976), se constituyó formalmente en 1979. Está integrado por un amplio número de miembros nombrados por el Consejo de la Fundación Internacional Lelio Basso por el Derecho y la Liberación de los Pueblos, y su función es calificar en términos de derecho y hacer visibles aquellas situaciones en que se planteen violaciones masivas de los derechos fundamentales de la humanidad que no encuentren reconocimiento ni respuesta en las instancias oficiales. De alguna manera, se puede decir que representa la conciencia ética de los pueblos. Hasta la fecha, el TPP se ha reunido en más de una treintena de ocasiones para juzgar hechos acaecidos en muchos países. A lo largo de todas estas sesiones, el Tribunal Permanente de los Pueblos ha acompañado las luchas de los pueblos en la defensa de sus derechos fundamentales, juzgando simbólicamente desde situaciones de genocidio hasta las que han tenido que ver con instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, pasando por hechos relacionados con la negación de la autodeterminación, las invasiones extranjeras y la destrucción del medio ambiente. En la actualidad, hay que destacar las sesiones que se están llevando a cabo contra las empresas transnacionales por los efectos de sus actividades en América Latina" (http://www.enlazandoalternativas.org/spip.php?article42). (2)//www.quiendebeaquien.org/IMG/article_PDF/article_a546.pdf (3) http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/crudo-se-derramo-hace-10-dias-288192.html (4) http://www.quiendebeaquien.org/spip.php?rubrique17&debut_last_articles=20#pagination_last_articles (5) http://www.tppmexico.org/?page_id=76). (6) Gómez Nadal, Paco: “ REPSOL-YPF: LO QUE MAL EMPIEZA, SIGUE MAL Y ACABA MAL”, disponible en http://www.elciudadano.cl/2012/04/14/51033/repsol-ypf-lo-que-mal-empieza-sigue-mal-y-acaba-mal/ (7) http://tomalatierra.com/repsol-asesina-repsol-terrorista-ambiental-catorce-preguntas-y-respuestas-sobre-repsol-ypf/ 8) http://www.enlazandoalternativas.org/spip.php?rubrique=3, (9)www1.rionegro.com.ar/diario/2008/08/28/20088v28s22.php (10)www1.rionegro.com.ar/diario/2008/08/28/20088v28s22.php (11) http://www.latecla.info/2/nota_1.php?noticia_id=42924