Por Juan José Giani (*)

1) Por principio, la violencia en política es indeseable y debe tratar permanentemente de evitarse, especialmente cuando produce víctimas externas al conflicto que la desata. 2) Los conflictos de intereses o de valores, que con connaturarles a la vida política misma, deben dirimirse a través de la vigencia irrestricta de la soberanía popular, nos satisfagan o no sus resultados electorales. 3) La violencia política en la Argentina en los años 70 es resultado fundamentalmente del golpe de estado de setiembre de 1955, de la posterior proscripción del peronismo a lo largo de 18 años y del exilio forzado de su Conductor el General Perón. 4) Las primeras expresiones de esa violencia surgen ante la evidencia de que los distintos gobiernos militares de aquel tiempo rechazaban tajantemente cualquier camino institucional que supusiera el posible retorno del peronismo al poder. 5) Esos gobiernos eran a las claras la encarnación de los intereses oligárquico imperialistas que el peronismo había afectado en favor del bienestar de los trabajadores. 6) Hasta el 25 de mayo de 1973 las operaciones guerrilleras de desgaste contra la dictadura, eran una estrategia legítima de resistencia contra gobiernos brutalmente antidemocráticos y antinacionales. 7) A partir de allí, y luego del triunfo del FREJULI y del retorno de Perón al poder, esa violencia se volvió totalmente condenable, inadmisible y, facilitó el terreno para el golpe genocida del 24 de marzo de 1976. Los delitos de esas organizaciones debieron ser juzgados en democracia, con todas las garantías del debido proceso. Al momento del golpe y ya muerto Perón, estaba en marcha la decisión de llamar a nuevas elecciones para relegitimar al gobierno del justicialismo en crisis. 9) Es un error no obstante reducir la militancia revolucionaria de los 70 a su faceta militar. Eran grupos con desarrollo de base en tareas sociales, gremiales y culturales en favor de nuestro pueblo 10) El golpe militar no fue para "combatir a la subversión" (que estaba claramente en retroceso y a la defensiva en aquel momento) sino para destruir al conjunto de las organizaciones populares, y al país industrial, soberano e inclusivo socialmente que había construido el peronismo; en el marco de un reordenamiento geopolítico promovido por el imperialismo norteamericano. 11) Allí no hubo ninguna guerra (contra lo que sostenía la dictadura y absurdamente también algunos grupos guerrilleros) sino una masacre planificada desde el estado que incluyo campos de concentración, torturas, desapariciones, robo de bebés, y prisioneros arrojados con vida al mar. 12) La discusión sobre si fueron o no 30000 en algún punto es entendible (pues los negacionistas sostienen que la cifra se agranda falsamente para financiar el "curro de los derechos humanos"), pero hay que correrse de ese lugar. No sabemos la cifra exacta pues quienes efectivamente la saben (los genocidas) ocultan la información, y asi hayan sido menos es un escándalo moral que exige hoy más que nunca Memoria, Verdad y Justicia.

(Docente de Filosofía. Universidad Nacional de Rosario).