Por Lidia Ferrari


"El problema, y es donde quiero llegar, es que este progresismo hegemónico es un invento al cual atacar para poder no ocuparse de otras cosas. El otro problema, es que muchos han creído que es el progresismo el culpable de que estas derechas reivindiquen la familia, los valores tradicionales y, de paso, como sin quererla, vayan contra los derechos de las minorías. Pues el argumento de ellos es que estas ideologías, que nombran progresismo, es un discurso dominante, hegemónico.
No voy aquí a plantear mis objeciones a ciertas posiciones extremas en relación a las problemáticas de la inclusión o de ciertos feminismos porque no es lo que quiero compartir ahora. Puedo sí, acordar que, en parte, esas posiciones más extremas, tienen una función contraria a lo que se proponen. Y es aquí donde los pensamientos reaccionarios y de derecha se encolumnan, las hacen ostensibles para agitar el público.
Delineo un primer esquema para pensar esta astucia narrativa. El discurso del cómico italiano, como el de ciertos operadores de las ‘nuevas derechas’, está construido sobre dos bases fundamentales.
* Crear un enemigo que ahora es el progresismo, pero al que están inventando mientras lo critican. Y eso lo realizan a través de dos operaciones: Lo convierten en hegemónico. El cómico dice: ‘ahora no podemos nombrar hombre y mujer. Está prohibido.’ Y su público cree que hay un orden de cosas que les obliga a eso.
* Al construir como discurso hegemónico o dominante a eso que dan en llamar ‘progresismo’ o izquierda con rasgos peligrosos y triunfantes, ellos se colocan en el lugar de los rebeldes, de los revolucionarios, de los antisistema.
Derivas de esto que ellos mismos llaman batalla cultural -prestado de Gramsci-.
* No hablan de inclusión social o económica, salvo cuando se trata de ir en contra de los que ‘viven del estado’ que siempre son los que reciben beneficios sociales, como salud y educación pública, o rentas a los más débiles. Nunca los concretos poderes reales, aunque lo mencionen en términos generales para vestirse de ‘anti casta’ o ‘anti poderes’.
* Su discurso se cubre de una pátina de insurrección, de alborotador, de anti sistema clamando contra un ente llamado ‘la casta’ o los ‘poderes fuertes’. En ese sentido han tomado el modelo insurgente de las clásicas izquierdas para atraer a las personas y para poder crear consenso."
De mi texto ¿’Progresismo’ versus ‘Nuevas Derechas’? ¿De qué se ríen?