Por Lidia Ferrari (*)
Si somos coherentes con la concepción contemporánea de una desustancialización del sujeto. Si estamos convencidos que el sujeto se constituye en el campo del Otro, y que este campo es del lenguaje se nos hace difícil pensar en un carácter estructuralmente fascista, de derecha o de izquierda de la persona. De allí que frente a los resultados de las PASO en Argentina (resultado no vinculante, pues lo que cuenta son las elecciones de noviembre) se me ocurren, frente a la desazón, algunas reflexiones.
Digo en mi texto ‘¿Quién inventó la psicología de las masas?’, publicado en LacanEmancipa. “Cuando se piensa en la ‘masa’ como una unidad homogénea, con vida propia, se anula su composición en millones de individuos diferentes que reciben un mismo mensaje. ¿La homogeneidad está en la masa o en el mensaje que reciben? Pensamos que el mensaje se dirige a la multitud, pero el que lo escucha es el individuo. Es el mensaje el que debería ser señalado como homogéneo, simple o complejo.”
No habría muchas objeciones a pensar que el Poder del neoliberalismo en la actualidad está en manos de grandes corporaciones que se sostienen en el gran dispositivo de los medios de comunicación, ya sea para inducir el consumo de ideologías o de objetos. Cuando se piensa en regímenes democráticos la elección de cada individuo es crucial, también para el poder. Después tienen otras herramientas para desconocer el voto popular cuando los resultados no le apetecen, como el Law Fare, los golpes blandos, etc. Pero siempre el Poder intentará manipular la herramienta del sufragio universal.
Si el discurso y sus narraciones conforman la comunidad y su forma de vida (pues los hechos son relatados de alguna manera) sin duda que poseer los medios de difusión masiva es clave para el Poder. De hecho Berlusconi en Italia gobernó durante 20 años apoyado en la posesión de los medios de comunicación. Cuando pensamos en las redes sociales y sus plataformas como una nueva forma de disponer de una herramienta poderosa de control de los discursos circulantes, sin embargo, pienso que aun hoy, 2021, la televisión sigue siendo la forma más poderosa de controlar las narraciones que luego captan y sostienen o no los individuos. Porque alguno de nosotros no vea televisión no significa que una mayoría de personas, por lo general las más vulnerables en términos culturales, acceden a la realidad a través de los relatos televisivos. Para Pasolini la uniformación del idioma italiano frente a la proliferación inmensa de los dialectos de esa Italia tan diversa culturalmente, se produjo por la inclusión invasiva en las casas de la televisión a partir de los años ‘50. La televisión es la más potente máquina de guerra para incidir en las ideas de las personas. Aún hoy. No es casual que el ex Presidente Macri pretenda ocultar que ha comprado acciones en La Nación y que la Duquesa Esmeralda sea la voz disidente de ese aparato de poder que pretende ocultar sus estratagemas. Macri, discípulo de Berlusconi, como tantos otros, son quienes tienen en sus manos ese poder de difusión, constitución y disuasión narrativa. No se trata de poseer la verdad acerca de la realidad sino del poder de relatarla. En momentos más equitativos (muy escasos en la historia) en la manera de circulación de los relatos ideológicos y políticos, habría más chance para las ideologías emancipatorias. Sin embargo, hay que considerar que puede haber un rumor de fondo que se hace oír, casi imperceptiblemente, al que hay que apostar cuando no se poseen los medios de comunicación masivos. Como ha dicho Cristina, no es lo mismo estar en el gobierno, que tener el Poder.
P.D.1. Registro una autoflagelación de nuestro lado. Debemos sostener el gobierno porque la clave, pienso, no es solamente lo que hace o deja de hacer, sino la potencia de los medios de comunicación. Con Cristina el pueblo estaba mucho mejor y votó Macri y pensamos que porque no lo conocían. ¿Ahora el pueblo sabe lo que es Macri porque les aumentó los servicios y les hizo caer el salario? No lo sabe, -aunque lo haya padecido-, porque no se lo han contado.
P.D.2. Esto es igual en todos lados. También en Italia. La derecha y ultras están en la televisión de la mañana a la noche.
(*) Psicoanalista y escritora.