El Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia absolvió el jueves al líder nacionalista serbio Vojislav Šešelj de todos los cargos que pesaban sobre él por su actuación en las guerras balcánicas de los años noventa. "La acusación no aportó pruebas suficientes para
determinar que se cometieron los crímenes", explicó el juez del TPIY
Jean-Claude Antonetti al publicar el veredicto en La Haya. "Con esta
absolución de todos los cargos que contenía la acusación", la orden de detención
queda invalidada y Vojislav Seselj es "un hombre libre". El
pronunciamiento ha concitado rechazos en Croacia y Bosnia, y se
aguarda la posible apelación de la fiscalía en el caso.
Lo verdaderamente grave,
es que el imputado transcurrió nada más y nada menos que once años en prisión
preventiva.
ŠEŠELJ, fue presidente del Partido Radical Serbio
(SRS) y una figura política prominente en la República Federal
de Yugoslavia (RFY). Fue originalmente imputado de haber propagado
una política de unificación de «todas las tierras serbias en un
estado serbio homogéneo, que refirió como Gran Serbia” que incluiría
a Serbia, Montenegro, Macedonia y partes considerables de Croacia y Bosnia
y Herzegovina. También, de haber participado en una empresa criminal conjunta (JCE)
cuyo propósito era la expulsión por la fuerza de croatas, musulmanes y
otras minorías no serbias de los territorios antes mencionados. Fue
acusado igualmente de crímenes contra la humanidad y violación de las
leyes o usos de la guerra. El juicio comenzó el 7 de noviembre de 2007. El
21 de enero de 2009, Vojislav Šešelj se convirtió en el primer enjuiciado
por crímenes de guerra en ser acusado de desacato. El juicio por
crímenes de guerra fue suspendido indefinidamente el 11 de febrero de
2009, después de una decisión mayoritaria del tribunal sobre una solicitud
de la parte acusadora en ese sentido, a causa de la supuesta intimidación
de testigos por parte del entonces imputado. El 19 de mayo de 2010, la
Cámara de Apelaciones confirmó la condena de quince meses de prisión
aplicada a Šešelj por desacato. El juicio por crímenes de guerra contra
Šešelj se reanudó el 12 de enero de 2010, pero se suspendió nuevamente el
17 marzo 2010. Debe destacarse que Šešelj se presentó por propia decisión
ante el TPIY. Acusado de crímenes contra la humanidad y violación
de las leyes de guerra, ha venido protagonizando arduas polémicas con
el Tribunal, no exentas de densas argumentaciones históricas, filosófico
políticas, y geopolíticas, que, con independencia de los juicios de valor
que las mismas pudieran merecer (de hecho, discrepamos con muchas de las
posturas conceptuales, políticas e ideológicas de Šešelj), implicaron un
interesante contrapunto con la versión oficial sobre el conflicto y las
condiciones históricas previas al mismo. El Tribunal permitió su regreso a
Belgrado por razones de salud durante el año 2014. Su llegada a la capital
serbia concitó manifestaciones callejeras de miles de adherentes. Esas
adhesiones son las que, en buena medida, explican que Šešelj se postule
como candidato en las elecciones serbias, del próximo 24 de abril. El referente
ultranacionalista se encuentra gravemente enfermo, ha sido sometido a varias
intervenciones quirúrgicas durante el juicio y ya ha anunciado que este
agravamiento en su salud, que atribuye en buena medida a los años de encierro,
habrán de merecer un reclamo indemnizatorio millonario de su parte.
La absolución ha sido dictada en un momento particularmente sensible. Sugestivamente, el 24 de marzo pasado el líder serbobosnio Radovan Karadzic había sido condenado por el mismo tribunal a 40 años de prisión por genocidio, motivando que Rusia y la propia Serbia solicitaran el cierre del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), al considerar que la reciente condena al exlíder serbobosnio Radovan Karadzic demostró que es un órgano altamente politizado.
"Observamos una considerable politización y parcialidad en el trabajo del TPIY. Abogamos por su pronto cierre", había dicho el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa tras reunirse con su colega serbio, Ivica Dacic. Hace una semana la Cancillería rusa ya criticó la sentencia de 40 años de cárcel contra Karadzic por crímenes de guerra y acusó a dicha corte internacional de crear "el mito" de que sólo los serbios tuvieron la culpa de la guerra de los Balcanes. Por su parte, Dacic también abogó por suspender "en un corto plazo de tiempo" las actividades del TPIY, del que dijo que "no contribuyó a la pacificación" en la antigua Yugoslavia, su principal objetivo."¿Después de 20 años hemos firmado las paces en la antigua Yugoslavia? No. En los últimos años se ha producido una escalada verbal entre Serbia y Croacia", continuó, asegurando además que "La Haya es sinónimo de la ciudad de la que los serbios no regresan vivos" y el TPIY es "un tribunal político creado, según nuestro pueblo, para juzgar sólo a los serbios"."El fundamento de esta política es que los serbios son culpables de todo y que los serbios son los principales criminales de guerra", resaltó. Dacic consideró que los criminales de guerra deben responder por sus actos, pero tachó de "totalmente inadmisible" dictar "una culpabilidad colectiva" contra el pueblo serbio. Karadzic fue condenado por el TPIY a 40 años de prisión por el genocidio de Srebrenica y por otros nueve crímenes de guerra y lesa humanidad, dos décadas después de la guerra de Bosnia (1992-1995).