Por Nicolás Guerrero
A partir de la recaptura por parte de Inglaterra de las
Islas Malvinas en 1982, la proyección inglesa y de la OTAN, sobre el cono sur,
volvió a estar en las discusiones de los círculos de pensamiento geopolítico y
militar del mundo.
En nuestro país,
Argentina, Aldo Rico, (ex militar que combatió en las Malvinas a cargo del
Batallón 602 de Comandos), desde hace años mantiene la postura que las islas
son parte de un polígono estratégico
para la OTAN, conformado por: la isla de Santiago, isla de Pascua, las islas
Malvinas y Tierra del Fuego. Polígono que tendría su proyección hacia la
Antártida.
Esta extensión de terreno virgen en el extremo sur del
globo terráqueo, es la nueva disputa territorial que se avecina, ya que nadie
tiene soberanía territorial sobre la Antártida. Muchos países reclaman su
derecho geográfico hacia ella, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda,
Noruega, Reino Unido y la Argentina son los que se encuentran dentro del
Tratado de la Antártida, pacto de división territorial de una porción del
territorio en cuestión.
Con el reciente anuncio por parte del gobierno argentino,
de la futura instalación de una base
militar estadounidense en Tierra del Fuego, esta teoría vuelve a tomar fuerza. Siendo un gobierno alineado con los intereses
de la OTAN, este plan de expansión y dominio hacia el cono sur está cada vez
más cerca de concretarse y la postura de un personaje nefasto como Rico, vuelve
a cobrar vida.
Recordemos que Estados Unidos ya tiene bases en el territorio de Colombia, y, otras no tan
reconocidas en Paraguay (al norte del país, en zona rural donde se mantiene una
permanente tensión con el grupo guerrillero Ejército Paraguayo del Pueblo, más
conocido como EPP).
Por lo tanto, la
instalación de una avanzada norteamericana en Tierra del Fuego, se convertiría
en la instalación militar más al Sur, del gigante del Norte.