A más de cincuenta años de su creación, producida en la histórica cumbre de Belgrado de septiembre de 1961 , el Movimiento de Países No Alineados llevó a cabo su XVI reunión en Teherán, recuperando, a partir de sus resoluciones, un protagonismo y una influencia internacional que no tenía desde la guerra fría. El reciente cónclave de Irán, puso de manifiesto que el anfitrión no es un paria internacional ni se encuentra “aislado del mundo”, conforme expresa una de las muletillas preferidas de Washington. Asistieron al mismo el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y representantes de más de 120 países que testimoniaron el fracaso de las políticas diplomáticas estadounidenses para cercar a Teherán. Este es un dato objetivo de la realidad, que llevó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a afirmar que la cumbre era una vergüenza para la humanidad. Semejante reacción se explica a poco que se explore el contendido de los casi 700 artículos que componen la resolución del NOAL. Entre los más importantes, se destacan aquellos que exigen un desarme nuclear global, un Estado palestino con fronteras seguras y la democratización de la ONU, reclamada en las propias narices de se Secretario General, cuya presencia en el encuentro fue duramente criticada por Estados Unidos e Israel, más allá de las claras señales de disciplinamiento que Ban hiciera, abogando por la libertad de los presos políticos del gobierno de Ahmadineyad, al que también exigiera el cumplimiento de las resoluciones de la ONU sobre su programa nuclear y la “cooperación plena” con el cuestionado Organismo Internacional de la Energía Atómica, cuya abolición lisa y llana se reclamara por su actitud negacionista en Chernobyl (http://www.profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=6510), análoga a su conocida inacción frente a la crisis nuclear de Japón, producto de su endogamia y reconocida proximidad con la industria nuclear . La respuesta del Grupo fue un respaldo a los derechos soberanos de Irán a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos, según informó la televisión estatal iraní. En consecuencia, la relevancia política internacional de estos pronunciamientos, devuelve al Movimiento un rol mucho más cercano al que tuviera desde su creación y hasta los años ochenta, en que la crisis entre algunos de sus miembros (la más recordada es, sin duda, la guerra entre Irak e Irán) constituyeron el preludio de un punto crítico que se expuso en toda su dimensión durante la década siguiente, cuando el colapso de la Unión Soviética, el derrumbe del Muro de Berlín, el fin de la guerra fría y el unilateralismo sobreviniente del mundo debilitaron las bases políticas que dotaron de sentido a un organismo que representó durante años, con su heterogeneidad y sus contradicciones, a los pueblos que luchaban por su liberación desde una posición autonómica. Hasta ahora. La densidad de la resolución del XVI encuentro y las circunstancias políticas que rodearon al mismo es comparable a la de 1961, cuando desde Yugoslavia se reivindicaban los derechos soberanos de los países emergentes y se ponía en crisis el dominio del imperialismo-colonialismo y el del neo-colonialismo en todas sus manifestaciones, como única manera de preservar la paz en un contexto de profunda sensibilidad internacional. Tal vez los más memoriosos recuerden algunos párrafos elocuentes de aquella primera cumbre, cuando los No Alineados declaraban que “Jamás la guerra ha amenazado a la Humanidad con consecuencias más graves que hoy en día. Por otro lado, nunca anteriormente ha tenido el hombre a su disposición poderes más fuertes para eliminar la guerra como instrumento de política en las relaciones internacionales”. “El imperialismo se está debilitando. Los imperios coloniales y demás formas de opresión extranjeras sobre los pueblos de Asia, Africa y América Latina están gradual mente desapare-ciendo de la escena de la historia. Se han conseguido grandes éxitos en la lucha de muchos pueblos por la independencia nacional y la igualdad. De la misma forma, los pueblos de América Latina continúan contribuyendo cada vez más eficaz mente a la mejora de las relaciones internacionales. Los grandes cambios sociales que están teniendo lugar en el mundo provocan necesariamente empeoramientos periódicos en el mundo; se acelera el fin de la época de la opresión extranjera de los pueblos, y ello hace que la cooperación pacífica entre los pueblos, basada en los principios de in dependencia e igualdad de derechos, sea condición esencial para su igualdad y progreso”. Cualquier parecido con la realidad actual no puede atribuirse a la casualidad. Tampoco, que la próxima cumbre del NOAL se realice en Venezuela.
EL ESPERADO REGRESO DE LOS NO ALINEADOS
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