Por Eduardo Luis Aguirre

En nuestra última entrega analizábamos lo que algunos medios caracterizaron como la posible "primera guerra por el agua". Se trataba del diferendo entre República Dominicana y Haití por los caudales del río Masacre, que había planteado una nueva situación de sensibilidad entre ambos gobiernos.
Hoy queremos ocuparnos de otro conflicto desatado por el aprovechamiento de los caudales del Nilo, entre Etiopía, Egipto y Sudán, una tensión concomitante, que nos interpela acerca de la importancia creciente de un recurso vital en un planeta donde las desigualdades y el daño ambiental permiten entrever un futuro por demás complejo.

Según la prensa internacional, Etiopía habría comenzado el proceso de llenado de su Gran Presa del Renacimiento etíope (GERD), una mega infraestructura hidroeléctrica construida sobre el río Nilo (imagen de 2019) que amenaza con generar un conflicto por el uso de las aguas del legendario río entre Etiopía, por una parte y Sudán y Egipto, por la otra, quienes temen que el acceso al recurso hídrico se vea seriamente afectado por una obra realizada de manera unilateral. El conflicto se suscitó hace años. Adis Abeba anunció en julio que el proceso de llenado se había puesto en marcha "de conformidad con el proceso normal de construcción de la presa hidroeléctrica". Deberíamos aclarar que el relleno de la GERD demanda en capacidad hasta 74.000 millones de metros cúbicos de agua. Un volumen que sin duda afectará el curso del Nilo. Para Etiopía, la GERD, que comenzó su construcción en 2011 y será la mayor central energética del continente, es la culminación de un ambicioso megaproyecto de modernización de su economía, principalmente agrícola, hacia una economía más industrializada centrada en la explotación y exportación de energía hidráulica. Para los egipcios se trata, en cambio, una amenaza existencial: Egipto depende del Nilo para cerca del 96% de su consumo hídrico, y El Cairo teme que la presa reduzca drásticamente su caudal de agua dulce disponible —y vital— en las próximas décadas. Hoy día, Egipto consume alrededor de 640 metros cúbicos de recursos de agua dulce per cápita, y su población supera ya los 100 millones de habitantes, según informó El confidencial (1)

Categóricamente contrario a la construcción de la presa, en anteriores ocasiones “el Gobierno egipcio ha amenazado a su vecino del sur con "todo tipo de consecuencias", describiendo el llenado unilateral de la presa por parte de Etiopía como una violación de acuerdos internacionales. Etiopía, en cambio, ha defendido lo que considera su "derecho soberano" para la construcción y el llenado progresivo de la presa, que podrá prolongarse entre cinco y 15 años. El tercer país en discordia, Sudán, ha expresado también su preocupación por el llenado de la presa, aunque Etiopía le ha ofrecido parte de los 6.400MW de energía eléctrica que calcula extraer de la GERD, así como facilitar el control de las periódicas inundaciones que asolan el país”.

Las administraciones de Jartum y de El Cairo temen que la presa retenga una cantidad de agua tal que provoque el caudal que llegue a sus territorios, situados en el curso más bajo, sea demasiado escaso para satisfacer sus propias necesidades de agua. El Nilo Azul, donde se encuentra GERD, confluye en Jartum con el Nilo Blanco, procedente del lago Victoria en África central. Desde la capital sudanesa, ambos cursos se unen para integrar el gran río que discurre hasta el Mediterráneo.

Aunque el Gobierno etíope de ha reiterado en múltiples ocasiones que sus vecinos no tienen nada que temer, sus vecinos ven con desconfianza los pasos que podría dar un país que desplegó misiles a causa del recalentamiento de esta misma situación diplomática, que obviamente fue, es y será de tracto prolongado. Debe tenerse en cuenta que, tanto en Sudán como en Egipto, casi la totalidad de la población reside en torno a la ribera del Nilo. Lo mismo ocurre con sus tierras cultivables, que precisan el agua del Nilo para ser fructíferas. De este modo, una bajada drástica del caudal podría ocasionar no solo escasez de agua, sino también una crisis alimentaria (2).

La conflictividad que genera un recurso cada vez más escaso, sobre todo para estados que lo demandan imperiosamente, es un problema geopolítico y humanitario que amenaza con transformarse en una cuestión de centralidad global en lo inmediato. Reiteramos, no hay más que observar el proceso de desertificación de las dos terceras partes del territorio de la Provincia de La Pampa a manos de Mendoza por el corte del Río Atuel para tomar una cabal dimensión de conductas cruciales que se ciernen sobre el porvenir inmediato de la humanidad.





(1)  https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-07-15/etiopia-comienza-a-llenar-la-polemica-gran-presa-del-renacimiento-en-el-nilo_2683495/

(2) https://www.atalayar.com/articulo/politica/aguas-nilo-bajan-cada-vez-mas-revueltas/20200522104828145902.html

De Atayar es también la imagen que ilustra la nota.