Por Eduardo Luis Aguirre

Durante el mediodía de hoy, mientras todavia se estaba votando en Brasil, subí este posteo a mi muro de Facebook. 

"No es sencillo obtener información sobre lo que puede pasar hoy en Brasil. Todavía esta fresca la sorpresa de la primera vuelta, más allá de lo que se especula o aparece en la prensa. Por eso no trepidé en recurrir a las siempre bienvenidas reflexiones de un pensador que desde hace décadas habita el país hermano.

No es posible desconfiar de los institutos de investigación, que son muy respetados. Y lo que afirman es razonable: la investigación es fotografía, no predicción. Y, en una campaña tan sucia, llena de fake news y técnicas de manipulación importadas de Steve Bannon y Cambridge Analytic, estos giros y sorpresas no lo son tanto. Hace unos días se publicó un extenso artículo de Antonio Lavareda, uno de los más reconocidos de la investigación en Brasil, presidente de la Asociación de Empresas de Investigación de Opinión.  En sustancia dice lo que he resumido en las líneas anteriores. Con énfasis en la sospecha de la abstención, que no fue muy superior a la media histórica, pero que en un universo de 157 millones de votantes, convierte cualquier 1% en un torrente de votos. Y la abstención siempre es mayor en el segmento más pobre de la población, que es el electorado prioritario de la izquierda que no puede llegar a los lugares de votación o decide no sufragar. No quiero entrar mucho más en detalle porque es todo muy hipotético, porque tiene mucho que ver con el juego y la influencia de internet y las redes y porque quiero señalar otro ángulo de mi interés.


Además de la campaña y los resultados de la segunda vuelta, parece cocinarse una nueva tanda de artículos, estudios y libros que apuntan no a aventuras electorales, sino a estratos sociológicos más profundos. Como dijo un analista francés de la vieja escuela, "tienes que salir del problema para entrar en el problema". Y el problema en este caso es bastante variado: ¿cuáles son las raíces más profundas del antipetismo?, ¿quiénes son estos evangélicos que crecen sin parar y en esta elección se han convertido en un baluarte de la derecha?, ¿cuál es la importancia del agronegocio como político e incluso como un nuevo sector de clase, enriquecido en las últimas dos décadas?, ¿y no será que la izquierda está exhalando un poco de naftalina? Que promete, tratando de cancelar los últimos treinta años de democracia en Brasil?. Y esta lista, de este texto que Otro pensó por mí no es exhaustiva, pero seguramente termina  con el bolsonarismo como un nuevo sujeto político y una nueva estupefacción".

Al anochecer de Argentina,  los diarios del mundo daban ganador a Lula en una elección reñidísima.cuyas ulterioridades desconocemos. La vuelta del viejo líder marcaría un rumbo en la región. Pero los condicionamientos que debera afrontar son de diversa naturaleza y confirman la existencia de un bloque social que apoya a la derecha. Casi la mitad del país optó por el bolsonarismo.  Aquel posteo escrito a cuatro manos se convirtió en un punto de partida para afinar los análisis ulteriores. Los tiempos que vienen serán muy difíciles. .