Por Lidia Ferrari

EL M5S fue el partido más votado en el sur de Italia y, sobre todo, en grandes ciudades y periferias del sur, las de la gente más humilde. Lo aprovecharán los derechistas anti pueblo, como ese político que llegó a decir que el Norte estaba pasando hambre para darle el Reddito di cittadinanza (RdC) al sur. Gente de izquierda en serio que propuso votar al M5S dijo que era la medida más de izquierda impuesta en los últimos treinta años en Italia.

¿Qué dicen los melonitas y Cía? Que los del Sur son vagos porque prefieren ganar 500 Euros por mes sin tener que trabajar. Estos políticos sin vergüenza que ganan más de 1000 Euros por día no pueden reconocer su confesión de parte. Hay gente que no quiere trabajar por 500 euros significa que hay quienes pretenden pagar esos sueldos. Para eso sirvió el RdC, para que no puedan ser chantajeados con bajos salarios. Muchos de los que reciben este RdeC trabajan con sueldos ínfimos. Para el M5S, que lo impuso, permite que los jóvenes sean menos chantajeados por la mafia, venta de droga y los sueldos de hambre.

Existen empresarios millonarios que tienen el impudor de presentarse en televisión a criticar una medida que tienen la mayor parte de los países europeos. Gente millonaria que critica que les den migajas a los humildes. Esta es la división en dos partes de Italia. Con una ideología de tipo feudal que impone un sentido común de defensa del poderoso. Hay quienes desde su riqueza o, sin ser ricos, desde su relativo confort, son capaces de denigrar a quienes perciben una asignación del Estado para vivir con dignidad. Las historias que se cuentan son conmovedoras si se tiene un corazón que las escuche. Al país cristiano católico por excelencia, donde reside el Papa, le han inoculado el veneno del desprecio por el frágil o el pobre. Estas dos Italia son dos órdenes de existencia, son dos éticas, dos mundos que no pueden convivir bien. Nuestro presente Neoliberal pretende imponer esa narración tan anticristiana y extenderla por doquier. Nada de ayuda al débil, al necesitado, al excluido. Es el colmo de la exclusión. Ni siquiera las migajas que caen para los humildes.


El gran resultado del M5S en la Italia de la cuestión meridional, podría ser utilizada por aquellos que acusan a Conte de clientelismo con mucha mala fe. Pero también puede ser leído para contrarrestar a aquellos que dicen que el neofascismo se alimenta de los excluidos de la sociedad. Aquí, en Italia, en el Sur, los que supuestamente podrían representar a los excluidos, a los desocupados, votan a quienes ofrecen políticas que dan dignidad a las clases populares. Por eso, a la Meloni la votan no los excluidos sino los excluyentes, los que no quieren inmigrantes, aunque los precisan con bajas pagas; a los que no admiten al Estado como protector de los más débiles, aunque sí aceptan los subsidios a las grandes empresas o la reducción de los impuestos a los ricos.


La última frase de Conte después de los resultados fue: “… el que toque el RdC se encontrará con una barrera insuperable… quien piensa tocar el RdC tendrá que vérselas con nosotros”. Promete una batalla con coraje para defender lo conseguido y, entre otras cosas, tratar de imponer un impuesto a las grandes fortunas. Será la verdadera oposición en esta legislatura. Será la verdadera batalla política entre estas dos Italia que se pronunciaron en estas elecciones.