Por Eduardo Luis Aguirre

 

Inicialmente pensé que este texto podría convertirse en el tercer artículo de una saga dedicada al mito urbano y colonial de los denominados  “países serios” (1). Finalmente, reflexioné sobre la intrínseca gravedad de un episodio emblemático que fulmina  lo que queda en pie de las democracias indirectas que generó la modernidad europea y decidí abordarlo sin eludir los precedentes domésticos que como coletazos de un nuevo orden no respetan límites o fronteras nacionales.

La denominada “cuestión catalana” se ha convertido en una suerte de manual de malas prácticas democráticas para el estado español. Y aclaro que no es mi intención –entre otras cosas porque carezco de elementos jurídicos suficientes- dar una opinión acerca de la viabilidad del referéndum del 1 de octubre de 2017 y las demandas independentistas.

Sí debo recordar el envío por parte de Madrid de miles de policías y guardias civiles a la comunidad “sediciosa”, la desbocada represión que se desató contra los electores y partícipes de la votación, el encarcelamiento de los principales referentes nacionalistas y el intento de hacer lo propio con el propio del Presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que debió refugiarse en el exterior.

Por si esto fuera poco, y de esta manera intentaremos aproximarnos al tema que quería compartirles, se detectó la existencia de una “operación Cataluña” de la que participaban servicios de inteligencia, políticos, tenebrosos comisarios, la “brigada patriótica”, la propia guardia civil y otras agencias del estado español, como el propio CNI. Parte de esas maniobras podrían incluirse en la trama de las denominadas cloacas de la democracia española, junto a la Gürtel y la Kitchen, entre otras.

Pues bien, hace pocos días, un nuevo y sordo escándalo ha estallado en la península. Un nuevo episodio de espionaje cuya magnitud se desconoce todavía, pero que amenaza con transformarse en un golpe de gracia para con una democracia de baja intensidad que el neoliberalismo no escatima en propiciar. Se trata del denominado “escándalo Pegasus”. Un novedoso (aunque no tanto, como veremos) y colosal acto de espionaje que alarma y pone de relieve la condición sistémica del sistema de control global imperante desde hace algunas décadas al interior de la circularidad del capitalismo mundial. Porque el sistema sólo puede ser adquirido por los gobiernos. Y que las operaciones de espionaje ilegal son moneda corriente en el mundo. Por algo Pegasus fue bautizado como el arma nuclear del siglo XXI.




Ahora bien: ¿en qué consiste el mencionado “Pegasus”? Se trata de un caso de espionaje político utilizado contra el independentismo mediante el sistema mencionado cuyas consecuencias afectan a los poderes políticos y al propio poder judicial de  España. Pegasus funciona de acuerdo a pautas que no son desconocidas.” Empieza con la llegada de un mensaje al móvil que supone un verdadero caballo de troya en el terminal telefónico. En este caso, se conoce el método y algunos de los más de sesenta afectados, pero todo apunta a que habrá muchos más. Y acaba de empezar la pugna política en que los partidos afectados apuntan hacia aparatos del Estado mientras el Gobierno español niega la mayor”, explica el diario Público (2). Las derivas de este “watergate” del siglo XXI ha producido reacciones institucionales y las primeras conjeturas llevan a pensar que el mismo se utiliza desde bastante tiempo antes de que el presidente Sánchez asumiera el poder. Pero habrían continuado durante la actual gestión. Un detalle que conviene recordar: en Estados Unidos el espionaje terminó con el gobierno de Nixon, que acabó preso junto a los demás responsables del espionaje.

Fuera de la legalidad y en violación de los más elementales derechos civiles y políticos decimonónicos, se espiaba desde 2017 a decenas de funcionarios, militantes, periodistas y referentes independentistas, incluido el propio Puigdemont. El actual President de la Generalitat, Pere Aragonès (imagen), ha interpelado al Gobierno central y reclamó explicaciones por "una vergüenza injustificable". Por si esto fueraa poco, el escándalo parece hacerse extensivo al espionaje ilegal de independentistas y disidentes vascos.



Pegasus había producido un estrépito similar en Francia durante 2021, espiando al mismísimo gobierno de Macron. “El escándalo Pegasus por el espionaje a líderes mundiales, periodistas y activistas sumó este miércoles un nuevo capítulo de reacciones desde Francia, donde el Gobierno ordenó una investigación al hackeo del teléfono del Presidente. También en México, donde se supo que el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto pagó unos 32 millones de dólares por el software, e Israel, donde Reporteros Sin Fronteras (RSF) le pidió a las autoridades que dejen de vender ese software para espiar. El sofisticado sistema explota las vulnerabilidades de los teléfonos móviles inteligentes y exporta los datos del usuario -correos electrónicos, mensajes, fotografías, conversaciones- hacia páginas de internet creadas por la empresa israelí NSO, que se renuevan constantemente para evitar ser detectadas”, informó en su momento la agencia Telam.

Con estos precedentes parecería suficiente para dar cuenta de una práctica capaz de socavar los pilares básicos de cualquier sistema democrático.

Sin embargo, hay algo que no debemos olvidar. Pegasus fue también un tema meneado y luego olvidado en la Argentina.

El propio diario Clarín, en su edición del día 19 de julio de 2021 destacaba lo siguiente: “El programa de espionaje Pegasus, vinculado a la empresa israelí NSO,infectó 50.000 teléfonos celulares de periodistas, activistas y políticos de todo el mundo, una herramienta que permite a sus responsables no solo acceder de forma remota a un equipo infectado sino también controlarlo y obtener información personal de su dueño” (3).

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, advirtió en su momento que las medidas de vigilancia sólo pueden justificarse en circunstancias bien definidas y con objetivos legítimos. "Si las recientes acusaciones sobre el uso de Pegasus también son ciertas solo en parte, entonces esa línea roja fue superada una y otra vez con total impunidad" (4), alertó Bachelet.

Según informó en su momento el diario Página 12: “El macrismo mantuvo estrechas relaciones con el complejo armamentístico y de ciberseguridad israelí. El ex presidente Macri viajó a Israel en 2006, cuando era diputado y jefe del PRO; en 2014 viajó la futura ministra de Seguridad del gobierno macrista, Patricia Bullrich, y en 2017, cuando Macri era presidente, se produjo la primera e inusitada visita de un primer ministro israelí a la Argentina. En ese viaje, el derechista Benjamín Netanyahu llegó acompañado por un grupo de empresarios, la mayoría de ellos ligados a la parafernalia represiva y de ciberinteligencia, entre los que se encontraban representantes de NSO Group” (5).

El semanario “El cohete a la luna” también se hizo eco de la adquisición de dicha tecnología por parte del gobierno de Mauricio Macri, reponsabilizando al propio presidente, la ministro de seguridad y su par de defensa: “En 2017 se dio por descontado, tras la visita al país del ex premier Benjamín Netanyahu, que la Piba, el Milico y Macri compraron el software malicioso Pegasus desarrollado por NSO Group” (6).

En el imperio de las democracias controladas, la estupefacción y la percepción objetiva de las grandes amenazas también son líquidas y efímeras. La suciedad antidemocrática de estas prácticas de persecución política y violaciones de DDHH fundamentales (hasta Aministía Internacional ha reclamado que los estados no violen sus obligaciones democráticas) de adversarios y disidentes, es más grave porque la noticia fue dada por New Yorker y no por los medios españoles, que en su mayoría han decidido mirar para otro lado, tal como aconteció con la prensa hegemónica argentina y del resto del mundo. Con lo que los aparatos represivos de los estados tendrían garantizada su tarea sucia contra los ciudadanos y las democracias.






(1)                  https://www.derechoareplica.org/secciones/filosofia/1358-introduccion-al-mito-conservador-acerca-de-los-paises-serios-ii

(2)                  https://www.publico.es/politica/catalangate-mensajes-aspecto-inofensivo-esconden-grandes-espionajes-politicos-europa.html

(3)                   https://www.clarin.com/tecnologia/actua-pegasus-software-espia-infecto-50-mil-celulares-periodistas-activistas-mundo_0_VgafioLjw.html

(4)                   https://www.pagina12.com.ar/356092-pegasus-espionaje-global-a-jefes-de-estado

(5)                   https://www.pagina12.com.ar/356879-espias-y-vacunas

(6)                  https://www.elcohetealaluna.com/la-legion-del-mal/

(7)                  https://www.publico.es/publico-tv/la-base/programa/1004957/la-base-45-pegasus-espionaje-y-guerra-sucia-contra-la-disidencia-politica#md=modulo-portada-bloque:4col-t5;mm=mobile-big