"Internos que deben utilizar los pasillos como dormitorios y que, por no poder salir en las noches al baño, tienen que hacer sus necesidades en tarros. Que amarran cobijas para que parezcan hamacas y así poder dormir en un lugar distinto al suelo. Que duermen, descansan o hasta cocinan en los baños y las duchas. O que intentan recuperar las horas de sueño que no pudieron conciliar durante la noche durmiendo de día en los patios principales, a pleno sol.
Ese es, a grandes rasgos, el panorama que presenta la cárcel de Bellavista, el establecimiento penitenciario que más recibe a detenidos y condenados de Medellín, el Área Metropolitana y municipios aledaños. Una gravísima problemática representada en una cifra: 209% de hacinamiento. Bellavista fue diseñada para recibir a 2.424 reclusos, pero, al corte de diciembre pasado, en ella estaban recluidos 7.493. Es decir, 5.069 personas están en un lugar en el que no tienen cabida.
Mientras diariamente salen entre 10 y 35 presos, entran entre 14 y 40. De esa manera, la cárcel de Bellavista se ha convertido en una olla a presión averiada y a punto de explotar. En el patio 2, por ejemplo, conviven grupos enemigos por naturaleza, como guerrilleros de las Farc y del Eln con exparamilitares, soportando un hacinamiento del 400%, porque allí están recluidos 1.674 hombres cuando apenas hay cupo para 400. Lo peor, no es el patio con mayor hacinamiento: éste es el patio 5, con el 500%, donde hay 300 cupos pero viven 1.531 internos.
Toda esta información está reunida en un reporte de 154 páginas que elaboró la Procuraduría con base en visitas realizadas a las cárceles de Bellavista y Pedregal (Antioquia), a mediados de diciembre pasado, y que fue conocido en su totalidad por este diario. Los funcionarios fueron testigos de cómo en un pasillo del patio 5 duermen hasta 350 personas. De cómo las duchas del patio 4 están al lado de una zona de reciclaje. De cómo en las paredes del patio 8 se filtra el agua que algunos tienen que secar en las noches para extender sus esteras" (Original de www.el espectador.com).
La realidad que describe el artículo periodístico no difiere en lo sustancial de lo que acontece en toda la región. Por supuesto, el infierno se ha de completar a futuro con la infaltable adquisición colonizante de un nuevo código procesal, en este caso destinado a "evitar la superpoblación carcelaria". Como una suerte de aloe vera político criminal, los sistemas de enjuiciamiento y persecución se venden y adquieren adecuando sus propiedades a los distintos clamores y demandas "populares". Así como en algunos países la expectativa estuvo cifrada en la mayor celeridad y la posibilidad ficta de aminorar la "inseguridad" urbana, en este caso se aspira a que un instrumento de criminalización estatal acote los excesos de los estados. Ninguna de estas necesidades ni su pretendida satisfacción son inocentes, ni mucho menos neutrales. Día llegará en que se discuta la verdadera ideología que subyace en estos instrumentos reproductores de poder punitivo, a cuyas aulas acuden ávidos de adquirir los rudimentos de la nueva escuela de las américas criminológica, cientos de estudiantes y juristas latinoamericanos. Curioso: justo en un momento histórico en el que la CELAC le pone límites a la OEA y desnuda los verdaderos intereses que ésta defiende, nosotros abrevamos de una de sus usinas más terribles.