Por Ignacio Castro Rey

Anatomía de una caída es una película impecable que conviene ver. Thriller sobre nuestras intimidades acosadas, está fabricada casi al detalle y mantiene la atención durante sus más de dos horas. Obviamente ambiciosa, es consciente de su nivel. Así se le debe juzgar. No habría por qué juzgar nada, lo propio sería dejarse llevar. Pero como uno sufrió, y al final no acaba encantado, lo justo es explicar esa incomodidad.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

Como en el emblemático 17 de octubre de 1945, como en la socialdemocracia de la II posguerra, como en los albores de la revolución cubana, como el ambiente único que se vivía después de la caída de Saigón, como en las revueltas polisémicas de París y Praga, como en cada una de las cruzadas contra el colonialismo. El campo popular se ve compelido ahora a reconstruir una idea de futuro más justo, una nueva forma de habitar los espacios comunes, una revalorización del nosotros que supere la barbarie de un hombre-individuo que nunca existió. Se trata organizarse para intentar una nueva utopía histórica.

Por Diego Tatián (*)

Toni Negri murió hoy en París. Pocos libros de un filósofo sobre otro han dejado una marca tan honda y perdurable como “La anomalía salvaje”, que escribió durante su reclusión en la cárcel de Rebibbia. Sin tiempo para denostaciones o lamentos, simplemente ocupó los años de prisión en escribir un libro revolucionario que desde hace cuarenta años está en el centro de los debates spinozistas.

Por Eduardo Luis Aguirre


Más allá de sus gestualidades extravagantes, asertivas y enjundiosas, Javier Milei es un presidente vacilante. Teóricamente vacilante y peligrosamente confuso. No nos interesa detenernos en los aspectos singulares de su personalidad ni en la relación que consiguió con una masa variopinta que lo vota y (hasta ahora) lo sostiene.

Por Eduardo Luis Aguirre



La irrupción rotunda y disruptiva de Javier Milei a la presidencia argentina ha habilitado un sinfín de calificativos sobre su ideología, caracterizada de las maneras más desmañadas e imprecisas que puedan imaginarse. Desde neofascismo, a “noemenemismo”, desde ser asumido como un déjà vu de los 90, hasta un anuncio de la reedición de los parámetros políticos de Martínez de Hoz durante la última dictadura cívica militar que devastó al país.

Por Ignacio Castro Rey

Después del ridículo de la inteligencia israelí en el espantoso y extraño atentado del 7 de octubre, se trataba de restaurar el pánico a «la única democracia de Oriente Medio». El rock de Apocalypse now, mientras se mataban vietnamitas, tenía así que ser ampliamente superado. Lo nuestro es un fascismo ambiental adornado con música techno, como el de esos jóvenes de las FDI que, con cualquier orientación sexual, bailan frenéticamente después de reventar palestinos con sus temibles Merkava. Pero algunas lluvias de sangre caen sobre almas mojadas.

Por Eduardo Luis Aguirre



Lo que es bueno para la colmena, es bueno para la abeja” (Marco Aurelio)



Habitamos los tiempos como podemos. Crucial impotencia la de la condición humana. Cuando los acontecimientos cuya drasticidad nos exceden, nos afligen, nos angustian o nos amedrentan, es natural que los sujetos intentemos pensar cómo atravesar ese camino incierto, incluso antes de que el nuevo Armageddon se precipite sobre nuestras espaldas. Si algo caracteriza al hombre es el instinto de supervivencia y la capacidad de anticipación respecto de aquello que, con suerte, logra entrever como futuro inmediato.

Por Ignacio Castro Rey.

López Obrador es un oscuro populista, peligroso para la transparencia democrática. Corbyn, antisemita. Xi Jinping y Maduro, unos dictadores. Erdogan, al-Ásad y Putin, déspotas y asesinos. Dentro de esta incesante campaña de incriminación de la humanidad exterior a nuestro «jardín» occidental, campaña sostenida por unas democracias sin exterior y cada día más normativas, Palestina es sólo el epítome, la metáfora colectiva de nuestro odio al otro, a lo Otro.