Desde febrero de este 2014 Venezuela ingresó en una fase decisiva de su historia reciente.  Las fuerzas enemigas del gobierno chavista, del movimiento bolivariano y los cambios que ambos representan, han puesto en marcha un proceso de guerra civil para derrotarlos… La suma de los acontecimientos fue suficiente para definir su carácter y su final en la coyuntura  y, sobre todo, sirve para avizorar la tendencia general del enfrentamiento entre proyectos incompatibles: el del Estado-nación respecto al imperialismo, y el de sus clases sociales, entre la burguesía parasitaria y los que viven de su trabajo. En ese escenario complejo, las fuerzas más conscientes del poder popular aprenden por primera vez a buscar una salida revolucionaria que evite el desastre que se anuncia…(De la introducción del autor)


Modesto Emilio Guerrero presentó su libro "Una revuelta de Ricos. Crisis y destino del chavismo" el viernes pasado, en la sede del Sindicato de Luz y Fuerza La Pampa. El intelectual y periodista venezolano recorrió los tramos más importantes de su trabajo, señalando las peculiares connotaciones de los acontecimientos que durante los últimos meses han intentado socavar las bases de la democracia venezolana. Guerrero analizó el rol de las distintas clases y sectores de ese país en un fenómeno que algunos catalogan como una verdadera guerra civil. Sabemos, por la experiencia reciente, que la derecha ha vuelto a fracasar, también, en Venezuela, en el plano electoral. Esa frustración ha crispado a sectores profundamente antidemocráticos, a los que Modesto no duda en tildar de fascistas, que han decidido recurrir al terror urbano como método destinado a minar las reglas básicas de la convivencia armónica, amparados generalmente por la prédica sesgada de los grandes medios de comunicación, que mistifican sistemáticamente sobre la realidad política. "No hubo una guerra civil, es cierto, pero sobre el escenario social fueron arrojados suficientes elementos de ella para saber que esa es la puerta de "salida" que busca la derecha contra el chavismo", expresa el autor. Y advierte a continuación: "Las derrotas, como las victorias, son construcciones sociales. Pero cuando una crisis asume la escala y el nivel crítico entre revolución y contrarrevolución, las decisiones políticas y sus responsables en la dirección del acontecimiento se vuelven decisivas, concluyentes, categóricas. La "revolución bolivariana" se encuentra en ese umbral". Por eso, la calificación de "golpe de estado" en grado de tentativa permanente, es, según Guerrero, manifiestamente errónea. Porque ni el sujeto social implicado en las guarimbas y las barricadas, ni los instrumentos, ni la respuesta del gobierno han sido compatibles con un golpe de estado. Por ende, lo que que ha acontecido en Venezuela fue algo mucho peor que eso. "Un sector desprendido de la posición, actuando en nombre de los intereses generales de la burguesía, convertido en su vanguardia desesperada, se atrevió a ensayar métodos y recursos de una guerra civil. Una guerra civil que entienden como la única salida contra un gobierno y un movimiento que amenazan con quedarse más tiempo del permitido en el calendario imperial y de las clases dominantes".