Por Diego Gómez (*)

Luego de 18 años, el sábado pasado, el tren que iba a conectar Belgrado con Kosovska-Mitrovica fue detenido en Raska, ciudad fronteriza entre la República de Serbia y Kosovo.

El propio gobierno serbio dio la orden de frenar el convoy, ante el desplazamiento de fuerzas militares albano-kosovores que tenían como segura intención impedir el ingreso a Kosovo.

El tren de fabricación rusa, a diferencia de todos los demás trenes serbios, estaba íntegramente pintado con los colores patrios y llevaba escrita en 21 idiomas la frase “Kosovo je srce Srbije” (Kosovo es el corazón de Serbia). Los nuevos vagones habían sido decorados por el diseñador gráfico serbio, Andrej Vasiljevic, con motivos de monumentos y símbolos serbios radicados en Kosovo, como el imponente monasterio de Gracanica, declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco (actualmente en curso de rehabilitación por un equipo de especialistas enviado directamente desde Belgrado).

Esta situación fue tomada en Pristina como una declarada provocación. El presidente kosovar Hashim Thaçi cuestionó la decoración "nacionalista" del tren y calificó su entrada en Kosovo como "provocativa" y "totalmente inadmisible” (Sputnik). Además, según el primer mandatario, viajaban funcionarios del gobierno serbio sin permiso para ingresar a territorio kosovar. En consonancia, el primer ministro, Isa Mustafa, agregó que “Serbia estaba mandando un claro mensaje de ocupación” (El País).

Del lado del gobierno serbio el primer ministro, Aleksandar Vucic, acusó a Kosovo de no permitir la reapertura de la comunicación ferroviaria, y comunicó que ya había debatido el incidente con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Por su parte, el presidente, Tomislav Nikolic, afirmó “Estuvimos al borde del conflicto ayer, los albaneses han demostrado que quieren la guerra”. Nikolic añadió que podría enviar su Ejército a Kosovo "si es necesario para proteger a los serbios de potenciales asesinatos" (Blic).

La crisis desatada por el tren se debe interpretar en el marco de la reciente detención (4 de marzo) en Francia del ex primer ministro kosovar Ramush Haradinaj, pedida por la diplomacia serbia. Belgrado ha solicitado la extradición a Paris para juzgarlo por crímenes de guerra durante el conflicto de Kosovo en 1999. 
La tensión entre Pristina y Belgrado parece no tener fin. En el 2013 se había abierto un canal de dialogo entre los dos gobiernos, ambos presionados por la Unión Europea, denominado “Dialogo de Belgrado” pero la persistencia de Serbia, frecuentemente apoyada por Rusia, en no reconocer la independencia de Kosovo hace que este último no pueda ingresar a organismos internacionales como las Naciones Unidas o la UNESCO.

El partido político serbio Dosta je bilo (Ha sido suficiente) claramente enfrentado al partido gobernante Srpska Napredna Stranka (Partido Progresista Serbia) consideró, por medio de una declaración en su sitio web (1), que todo ha sido una suerte de puesta en escena del gobierno de Vucic, que al verse desfavorecido en las encuestas para las cercanas elecciones que tendrán lugar en el próximo mes de abril, armó una farsa patriótica para sumar votos. El líder de Dosta je bilo, Saša Radulović, sostuvo que este accionar va absolutamente en contra de una verdadera política de dialogo que garantice la convivencia y la paz en la región.

El periódico sensacionalista serbio Blic, tituló en su edición de hoy martes “Presidente, vaya usted a la guerra, pero a nosotros dejenos en paz” (2), en alusión a las declaraciones de Tomislav Nikolic sosteniendo que Serbia está lista para una guerra en Kosovo.

En una nota realizada por el periódico kosovar Koha (3), el director del Centro Kosovar de Estudios de Seguridad Florian Qehaja sostuvo que las declaraciones de los líderes serbios Vucic y Nikolic deben interpretarse, en términos tácticos, como una manera de conseguir votos, y en términos estratégicos carecen de peligrosidad real pues no hay intención, por parte del gobierno serbio, de generar un futuro conflicto bélico.

El accionar demagógico-patriotero de Belgrado pareciera estar lejos de producir un conflicto bélico, más bien se ha perfilado como una manera de conseguir votos apelando al chovinismo popular. Sin embargo, en consonancia con esa vieja pero tan presente frase de Marx que parafrasea a Hegel se puede decir que en los Balcanes “la historia se repite como si dijéramos dos veces: la primera vez como tragedia y la segunda vez como farsa”. La retórica belicista de los años 90 del siglo pasado ha intentado volver, pero esta vez como triste comedia. En un escenario de profunda desmovilización política, característica típica de los ex países comunistas de Europa Central y Oriental, la llama nacionalista parece no haber prendido y tanto desde Kosovo como desde Serbia los medios de comunicación, los partidos políticos y buena parte de la población han avistado y denunciado la tosca y “cómica” maniobra del gobierno serbio.

Las dramáticas y fraticidas guerras de desintegración de Yugoslavia, durante las postrimerías del siglo XX, dividieron al país en siete unidades políticas diferentes, posibilitando la entrada de grandes capitales occidentales (pero también rusos y de las monarquía petroleras) que pauperizaron la economía del país produciendo un sensible proceso de desindustrialización, desempleo y emigración por cuestiones económicas. A imagen y semejanza de lo ocurrido en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, los “hasta ayer” burócratas del partido se convirtieron en líderes nacionalistas que “interpretando” el cambio de época lideraron los procesos de desintegración rumbeando velozmente hacia la economía de mercado. Para dicho fin promovieron el nacionalismo belicista, ya fuera serbio, croata, musulmán, albanés, desviando reclamos de autodeterminación política genuina hacia intereses en profunda connivencia con el capital imperialista. Sin embargo, esta vez, la burda jugada del gobierno de Aleksandar Vucic, el “Tren de Troya”, fue tomada como un agrio chiste que poca gracia ha causado.

Notas:

1. http://dostajebilo.rs/voz-nesposobnosti-i-pada-rejtinga/?lang=lat.
2. http://www.blic.rs/print/naslovna-za-1601/e51y4qh.
3. http://koha.net/?id=27&l=152140.

(*) Sociólogo. Miembro del CAEG. Colaborador de Derecho a Réplica. Publicado originariamente en http://www.laizquierdadiario.com/spip.php?page=gacetilla-articulo&id_article=64437 Reproducido con autorización del autor.