Por Eduardo Luis Aguirre

Hoy es innegable la hegemonía de los derechos humanos como lenguaje de la dignidad humana. Sin embargo, esta hegemonía debe convivir con una realidad alarmante. La gran mayoría de la población mundial no es sujeto de derechos humanos, sino el objeto de los discursos de derechos humanos. Por tanto, hay que comenzar por preguntarse si los derechos humanos son eficaces para la lucha de los excluidos, los explotados y los discriminados, o si, por el contrario, la hacen más difícil. En otras palabras, ¿la hegemonía de la que goza hoy el discurso de los derechos humanos es el resultado de una victoria histórica o, por el contrario, de una derrota histórica?” (1)







La colonialidad impregna y condiciona todos los campos del saber en los países dependientes. Los presupuestos epistemológicos eurocéntricos y norteamericanocéntricos han avanzado no solamente en la producción de una subjetividad complaciente (que se expresa, por ejemplo, en la relación circular entre goce y renuncia, las lógicas de la resignación, el sentido común del “emprendedor de sí mismo” o del hombre endeudado que nunca da la talla, del consumidor insatisfecho, de los discursos de autoayuda o en los sujetos capaces de elegir aquello que contradice diametralmente sus intereses inmediatos), sino también en la construcción de una epistemología holística, omnicomprensiva, totalizante, de la dominación.

Se trata, durante el neoliberalismo, de enfrentar formas de alienación diferentes de las que describían Adam Schaff (2) y el propio Marx durante la etapa organizacional del primer capitalismo.

Por ende, será imposible diseñar nuevas lógicas emancipatorias, en cualquiera de esos planos, si no se prescinde de la matriz colonial. Por una razón fundamental: la mayoría de las personas piensa –con razón- que es mucho más probable que se produzca el fin del mundo que el fin del capitalismo.

Esto es así en la filosofía, en la sociología, en la economía, en la antropología, en el arte y en la historia. Pero también, desde luego, en el derecho y la sociología. Por supuesto, la dominación, sus retóricas y sus saberes implican y avanzan también sobre la criminología y la política criminal de los pueblos que han sufrido el flagelo de la colonialidad.

De hecho, los esfuerzos por construir una criminología propia, en base a una epistemología liberadora en la región latinoamericana han quedado incompletos -y de esa gesta dan testimonios excelentes textos académicos de autores de tales como Lola Aniyar de Castro, Nilo Batista, Raúl Zaffaroni, Alejandro Alagia e Ignacio Anitua, entre otros- al no poder concretarse en una encarnadura política y teórica rigurosa ni una forma unitaria de prefigurar las lógicas de los pueblos de nuestra América respecto de la infracción, el castigo, los infractores y la reacción social frente a las ofensas. En buen romance, no hemos podido articular una criminología y una política criminal emancipatoria, en buena medida porque las corrientes críticas de las que ha abrevado la izquierda académica forman parte también del entramado colonial de una epistemología de la dominación y porque los gobiernos progresistas, en la mayoría de los casos, fueron permeables a la tentación de "gobernar desde el delito".

Hemos intentado, recientemente, poner el acento en esa debilidad, analizando las sinuosas (cuando no contradictorias) particularidades de la política criminal de los populismos latinoamericanos (3)

El desafío, entonces, es, por una parte, releer los textos canónicos de la criminología crítica en clave latinoamericana, pero también –y esto es lo que surge como esencial- poder poner en diálogo a los pensadores de la liberación del continente e intentar escrutar y capturar las gramáticas y retóricas que, casi siempre implícita e indirectamente, nos   permitan ir armando una suerte de rompecabezas criminológico, asentado sobre las bases indubitables de un pensamiento decolonial.

Dicho en otros términos: ¿es posible articular una política criminal y una criminología decolonial recurriendo a los textos y reflexiones de Jorge Alemán, Enrique Dussel, Rodolfo Kusch, Ramón Grosfoguel, (desde luego) Raúl Zaffaroni, Rita Segato, Silvia Rivera Cusicanqui, Frantz Fanon, Enrique Marí, Arturo Enrique Sampay, Walter Mignolo, Ernesto Laclau, Juan Carlos Scannone, Jorge Abelardo Ramos, Julio Mafud, Boaventura de Sousa Santos, entre otros tantos?

El objetivo de este armado, seguramente discutible, siempre inacabado, polémico a más no poder, quizás también inédito, dista de ser una especulación lúdica o una esgrima intelectual. Remite, por el contrario, a la necesidad de activar la recuperación de territorios ciertos, ya recorridos, en las disciplinas sociales, para ponerlos a prueba en el espacio de articulación teórico de la cuestión criminal.

Estas “piezas que no encajan”, según señala Jorge Alemán, son evidencias extraordinariamente ricas de una arqueología contundente y actual, que nos impone únicamente la labor de la búsqueda, la extracción y la utilización del pensamiento crítico liberador al momento de realizar la tarea de desarrollo conceptual inexorable.

De ninguna manera esta búsqueda pretende abjurar de la criminología crítica, el abolicionismo, el garantismo penal, el realismo de izquierda y otras vertientes del pensamiento crítico que reconocen su anclaje en los países centrales. Se trata, por el contrario, de releer, sintetizar y sincretizar esas doctrinas, por todos conocidas, con los contenidos a veces imperceptibles que habitan los registros y la palabra de los pensadores del Sur. Incluso, del Sur de Europa. Y ponerlos en diálogo fecundo.

Enrique Dussel, por ejemplo, plantea una mirada crítica decolonial respecto del derecho romano. Y reivindica el derecho indígena y sus formas ancestrales mucho menos violentas de resolver los conflictos, cualquiera sea su gravedad, incluso el homicidio. El filósofo ensaya un cuestionamiento irrefutable respecto de la cárcel y destaca formas concretas de reacción social frente al crimen, absolutamente superadoras del encierro estatal (4).

Ramón Grosfoguel, por su parte, recupera a Fanon y su conceptualización sobre el racismo, estableciendo la necesaria connotación “institucional” de la discriminación y recordando la división entre el “campo del ser” (el espacio donde existe el derecho entendido como códigos, estatutos, convenciones y leyes) y el campo del “no ser”, donde imperan la violencia y la apropiación (5).




Con su libro “La problemática del castigo: el discurso de Jeremy Bentham y Michel Foucault” (6), Enrique Marí proporciona coordenadas estratégicas para analizar críticamente el pensamiento criminológico y sociológico criminal de cuño europeo. En buena medida, esa lógica decolonial es retomada por Alejandro Alagia en su artículo “Foucault murió en América”. Dice allí Alagia: “Durante casi dos siglos el saber jurídico penal y el criminólogico en Latinoamérica estuvieron subordinados a los temas, doctrinas, teorías y soluciones, pensados por los centros de poder mundial para el problema del delito y el delincuente. Esta colonización cultural no fue uniforme. Importamos racionalizaciones aberrantes, conservadoras, liberales y hasta revolucionarias. Ninguna fue satisfactoria” (7).

Rodolfo Kusch plantea cuestiones de centralidad estratégica. Una es la diferencia entre la filosofía del “ser” de matriz idealista alemana y el “estar” mediante el que describe la mirada del mundo del indio, del habitante original de Abya Yala (nombre con el que los pueblos originarios han acordado denominar a América). Del reflexivo indígena que queda fuera – por imperio del racismo y por su propia cosmovisión- de la técnica, del desarrollo, de la tecnología del capitalismo. Esa aporía que en tiempos neoliberales Jorge Alemán destaca como una tendencia imparable de no aceptar lo imposible. Lo que es imposible ahora puede no serlo en el futuro, cuando el progreso indetenible habilite y ensanche el campo de proyección de lo posible, que antes era imposible. No poder convivir con lo imposible nos lleva a varias y arduas cuestiones. Pensar que “todo es posible”, como lo impone la mirada del hombre que se preocupa por el “desarrollo” y la evolución del ser en aras de un progreso ilimitado supone dejar de lado, desechar, aniquilar, todo aquello que im-posibilita ese desarrollo. No entender que la vida en sociedad nos conmina –sin que podamos modificarlo, nunca- a muchas opacidades encubre el nuevo camino a los campos de concentración. En toda sociedad habrá locos, infractores, ofensores, transgresores de distintos e inagotables matices. Será imposible vivir sin distintos, sin Otros, sin sub-humanos o no-humanos que habiten en las catacumbas del campo del no-ser. Si se aspira a lo contrario, el camino más corto es el aniquilamiento de los que no participan de ese desarrollo. Kusch (8), Walter Mignolo (9) y también Jorge Alemán (10) nos proporcionan elementos absolutamente conducentes para una construcción criminológica americana, particular, acotada, que restituya la voz a quienes durante siglos no la tuvieron.









(1)   De Sousa Santos, Boaventura: “Derechos Humanos, democracia y desarrollo”, disponible en http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/Derechos%20Humanos%20Democracia%20y%20Desarrollo.pdf

(2)   “La alienación como fenómeno social”, Ed. Crítica, 1979, disponible en https://es.scribd.com/doc/89574152/La-Alienacion-Como-Fenomeno-Social-Adam-Schaff

(3)   http://www.derechoareplica.org/index.php/mas/sociologia/1145-subjetividades-arrasadas-limitaciones-y-asignaturas-pendientes-de-los-populismos-latinoamericanos

(4)   https://www.youtube.com/watch?v=xu6WEivmqTQ

(5)   https://www.youtube.com/watch?v=borTndxD_lk

(6)   Editorial Hachette, Buenos Aires, 1963.

(7)   Conferencia dictada el 28 de octubre de 2016, en el Congreso de Derecho Penal Criminología Crítica "en Homenaje al Dr. Eduardo Aguirre", Aula Magna, Universidad Nacional de La Pampa, disponible en http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2016/07/doctrina43843.pdf

(8)   http://www.derechoareplica.org/index.php/filosofia/1019-rodolfo-kusch-el-pensador-olvidado-del-surhttp://www.derechoareplica.org/index.php/filosofia/1036-hacia-una-filosofia-descolonial-de-los-pueblos-latinoamericanos; Kusch: Obras completas, Tomo I, Editorial Fundación Ross, Santa Fé, 2007. 

Ver también La fé de los antiguos- Rodolfo Kusch,  https://www.youtube.com/watch?v=czhAGBauF7U .

(9)   https://www.youtube.com/watch?v=bVBvZRaZx10

(10)                      “Horizontes Neoliberales en la subjetividad”, Ed Grama, Buenos Aires, 2016; también https://www.youtube.com/watch?v=eBklI2KAdxg&t=931s