Por Jorge Alemán (*)

"La revolución terminará con muchas cosas menos con la estupidez humana" respuesta de Trotsky a Lenin en Mi Vida, su autobiografía.



Tanto la labor de Iglesias con el Psoe, Catalunya y los presupuestos, como la decisión de Iñigo de trabajar en una opción política con Carmena, me parecen oportunas, pertinentes y coherentes en el horizonte político que trazan. ¿Porqué ha sido inevitable presentarlas en una oposición imaginaria, especular y narcisista entre ambos? Porqué desde hace tiempo todo el mundo sabe que esa pasión destructiva donde es el uno o es el otro ya es imposible de eludir?
Sin duda no dejaría de lado el hecho de que ninguno estuvo a la altura de la apuesta política en la que estaban implicados. Dos personas brillantes pueden ser muy tontas en sus relaciones con los otros cuando se comparte una experiencia política.
He entrevistado últimamente a los dos y se perciben con claridad las mediaciones que podrían existir para un acuerdo. Pero eso es el aspecto dircursivo-teorico y no el frondoso ser de cada uno y la imposibilidad de cada uno en ceder su propio narcisismo. A otros, por supuesto les interesa una interpretación más sofisticada de esta escena :nuevos demócratas, viejos stalinistas etc.
Lo cierto es que a las experiencias de las izquierdas no las monitorean las corporaciones como si sucede con la derecha, y quedan libradas a sus internas.
Por ultimo un interrogante se vuelve a imponer :¿cómo se construye un partido_movimiento de izquierda popular que no quede erosionado por sus impases internos?

(*) De su muro de facebook.